El día después de las elecciones en Venezuela, la tensión y las acusaciones se elevaron entre el gobierno de Nicolás Maduro y la derecha venezolana. La falta de reconocimiento de los resultados informados por el CNE por parte de la oposición y una parte de los gobiernos de la región, caldearon las calles, donde crece la violencia a través de las guarimbas.
Tras el respaldo de las Fuerzas Armadas a los resultados electorales anunciados por el CNE que dieron por ganador a Maduro y denunciar un intento de golpe de Estado por parte de la oposición de derecha, fue la Organización de los Estados Americanos (OEA) quien emitió un comunicado que lejos de calmar las aguas tomó partido por las posturas más radicales.
“A lo largo de todo este proceso electoral se vio la aplicación por parte del régimen venezolano de su esquema represivo complementado por acciones tendientes a distorsionar completamente el resultado electoral, haciendo que ese resultado quedara a disposición de la manipulación más aberrante”, expresó la organización, la cual tiene antecedentes en promover intentos desestabilizadores.
A lo que agregó, “el régimen madurista se burló de importantes actores de la comunidad internacional durante estos años y nuevamente se fue a un proceso electoral sin garantías, ni mecanismos y procedimientos para hacer valer esas garantías”.
La OEA no menciona por omisión o por acción el Acuerdo de Barbados, donde oficializó como mediador el Reino de Noruega, en donde se pusieron de acuerdo tanto el oficialismo como la oposición para llevar adelante las elecciones del pasado domingo 28 de julio.
La organización a cargo de Luis Almagro, actor clave en lo que fue el golpe de Estado en Bolivia en 2019, pidió a Maduro que “acepte su derrota electoral y abrir el camino al retorno a la democracia en Venezuela”.