La trama golpista que pone en riesgo el futuro de Perú

El fujimorismo se niega a reconocer el triunfo de Pedro Castillo y despliega acciones en todos los frentes. Desde una avanzada sobre instituciones jurídicas y electorales, hasta la promoción de discursos desestabilizadores. La irrupción de un personaje emblemático: Vladimiro Montesinos.

Perú futuro
Foto: Diario Peru21

Pasaron tres semanas de las elecciones presidenciales. La proclamación oficial de Pedro Castillo se ha convertido en un camino minado de trampas que pone en riesgo el futuro de Perú. Hay una diferencia irreversible de más de 44 mil votos en favor del candidato de Perú Libre. La transparencia del proceso se ha validado desde organismos electorales y observadores internacionales. 

Sin embargo, poco parecen importar los números. Keiko Fujimori insiste en una serie de maniobras que buscan desestabilizar el país y postergar la proclamación de Castillo, quien debiera asumir el próximo 28 de julio.

La estrategia de judicializar la política

La escalada de la última semana fue, por demás, intensa. El 18 de junio se confirmó que los Jurados Electorales Especiales habían rechazado el 100% de los 945 recursos de nulidad presentados por Fuerza Popular. En su primer intento,el partido de Keiko Fujimori buscó suprimir votos favorables a Castillo en las regiones donde obtuvo mayor respaldo. El 86% de esos recursos de nulidad fueron presentados fuera de los plazos establecidos por ley. El resto fue desestimado por falta de evidencia.

Pero la tarea del Jurado Nacional Electoral (JNE) aún no termina. Fuerza Popular presentó 370 apelaciones donde alega falsificación de firmas en las mesas de votación. El último miércoles se llevó a cabo la primera audiencia pública de segunda instancia para llegar así a la etapa final del proceso: proclamar un nuevo presidente.

En paralelo, otro hecho sacudió al JNE desde adentro: el magistrado Luis Arce Córdova solicitó su renuncia al organismo pese a que la ley no le permite abandonar el cargo en pleno proceso electoral. El fiscal hizo pública su decisión luego de declararse infundadas las primeras apelaciones presentadas por el fujimorismo, y acusó una “clara parcialización política en el Jurado Nacional de Elecciones”. La Corte Suprema de Justicia salió al cruce de las acusaciones de Arce, quien enfrenta ahora un proceso disciplinario. Sobre él, volveremos más adelante.

Ofensiva jurídica y legal

Desde Perú Libre advierten que esta renuncia se suma a las maniobras que buscan desconocer el triunfo de Castillo. En conferencia de prensa, la virtual vicepresidenta electa, Dina Boluarte, afirmó: “Denunciamos al Perú entero y al mundo que hay una banda delincuencial organizada para poder generar un golpe de Estado diciendo que hubo un fraude”.

Es que la ofensiva jurídica y legal es realmente inédita. En los últimos días, el ex presidente de la Corte Suprema de Perú, Javier Villa Stein, presentó un pedido para anular la segunda vuelta electoral. La solicitud finalmente fue declarada improcedente. También fue rechazado el recurso de habeas data presentado por Milagros Takayama, presunta personera de Fuerza Popular, que solicitaba datos de los electores que están protegidos por ley.

En paralelo, el Congreso inició la última fase en la selección de los nuevos miembros del Tribunal Constitucional (TC). El proceso que fue interrumpido en el marco de la crisis política e institucional de noviembre y se retomó en abril, luego de la primera vuelta electoral. Juristas y organizaciones civiles han advertido sobre los usos políticos en esta instancia. El TC es el último bastión en materia judicial para, eventualmente, cuestionar las decisiones de las autoridades electorales.

La irrupción de Montesinos

Pero las maniobras que buscan desconocer los resultados exceden las instituciones y se extienden a otros ámbitos de la vida social y política del país. Esta es la tercera semana de marchas y contramarchas en Lima. Se suman las proclamas destituyentes de miembros retirados de las fuerzas armadas (que fueron denunciadas por el presidente en funciones, Francisco Sagasti) y la aparición de personajes emblemáticos del fujimorato, como Vladimiro Montesinos.

Montesinos fue jefe del Servicio de Inteligencia y mano derecha de Alberto Fujimori. Actualmente cumple condena en la Base Naval de Callao por secuestro, homicidio, desaparición forzada, tráfico de armas y asociación ilícita. En Perú son célebres sus vladivideos. Una colección de grabaciones ocultas en las que se observa como Montesinos sobornaba a dirigentes políticos, empresarios, medios de comunicación y figuras locales para que se pusieran a disposición del gobierno.

Esta vez, el excandidato presidencial Fernando Olivera dio a conocer audios recientes de Montesinos (que además se suponía incomunicado en la Base Naval). Los archivos revelan la conspiración en favor de Keiko Fujimori y sobornos para que la candidata sea declarada ganadora. Los audios revelan una crítica a la ingeniería legal de Fuerza Popular y el intento por ponerse en contacto con un intermediario para llegar a Luis Arce Córdova. Recordemos: se trata del fiscal que presentó su renuncia al JNE. “Sería bueno que lo localizaras a él para que él pueda apoyar y bueno, tiene que meter un poco de gasolina, ya tú me entiendes, ¿no? (…) Él te va a decir hay tanto, cancelar honorarios de tanto. Ya tú maneja directamente con él ese tema”, indica Montesinos en las grabaciones.

 

A espera de la proclamación

Además del riesgo institucional que suponen todas estas acciones —algunas a plena luz del día y otras cubiertas de sombras— también hay que considerar las heridas infringidas sobre el tejido social del Perú. La dilatada proclamación de Pedro Castillo alimenta discursos de odio hacia sus votantes —muchos de ellos de los sectores más postergados y estigmatizados del país—. El ánimo en las calles se caldea, en lo que también parece un movimiento calculado.

El jueves un grupo afín al fujimorismo, reconocido como La resistencia, atacó a un grupo de personas que acampaban frente al Jurado Nacional de Elecciones en defensa del voto de Castillo. Autoridades electorales han denunciado públicamente que se han convocado plantones frente a sus casas para ejercer presión en relación a los pedidos de nulidad.

Este sábado habrá movilizaciones en Lima a la espera de una proclamación que no llega y pone en riesgo el futuro político de Perú. La mirada y el respaldo continental al proceso democrático puede ser decisivo para frustrar las aspiraciones golpistas.