Las consecuencias directas de achicar el Estado en tiempos de crisis climática 

El gobierno nacional redujo el presupuesto y busca eliminar leyes en materia ambiental. En lo que va de la gestión de Milei, ya se sufrieron varias catástrofes ambientales y una epidemia histórica de dengue. Los especialistas indican que es un “anacronismo” achicar al Estado en tiempos de crisis climática. 

Otra vez las lluvias golpean con crudeza a gran parte del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y a otras ciudades importantes del país. Calles completamente inundadas, otra vez familias que lo pierden todo, otra vez el caos.

Nadie puede negarlo: las supertormentas que estamos experimentando son cada vez más frecuentes y pareciera que -lentamente- nos vamos acostumbrando a convivir con un clima inestable, desequilibrado y en constante cambio: pasando de sequías a grandes inundaciones. O de invasión de mosquitos, a incendios. 

En La Plata, por ejemplo, entre el martes 19 y miércoles 20 ya se registraron más de 200 mm de agua, una proporción muy cercana a lo que generalmente debería llover en todo un mes. 

Frente a este contexto, en donde los desastres naturales parecen golpear cada vez más frecuentes, el gobierno nacional de Javier Milei se muestra distante de lo que ocurre con el clima. De hecho, como se conoció durante la campaña electoral del año pasado, su espacio político es más bien receloso de la idea de “cambio o crisis climática”. Pese a la innumerable cantidad de pruebas científicas recolectadas a lo largo de varios años y con el trabajo de miles de expertos de todo el mundo. 

De hecho, la Organización Metereológica Mundial ya dijo que el 2023 fue el año más caluroso de la historia, y que el clima tocó el límite de 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, lo que pone de manifiesto el rotundo fracaso de las metas que se impusieron en el famoso “Acuerdo de París” (2015). 

Una situación climática global que -por supuesto- también golpeará a la Argentina, como ya lo hizo este año con el trágico temporal de Bahía Blanca (en donde murieron 13 personas) y las graves inundaciones registradas en Corrientes y Entre Ríos. 

Es decir, los efectos climáticos como estos serán cada vez más frecuentes y pondrán en riesgo a la población. 

Entonces, frente a la evidencia ¿Cuáles podrían ser las consecuencias si el Estado se corre de su lugar de protector de la ciudadanía y desoye las advertencias sobre el cambio climático?  

Para la investigadora, socióloga y activista ambiental Maristella Svampa, la idea de que el Estado se achique en tiempos de un colapso ambiental, “no solo son un anacronismo” si no que también “es avalar una política abiertamente criminal, que deja en el desamparo a sus ciudadanos, dado que ya se están viendo cuales son las consecuencias del cambio climático”.

Para Svampa, no es que el gobierno de Javier Milei desconozca las advertencias de la comunidad científica respecto al cambio climático, sino que evidentemente es una tarea en donde el Estado deberá distribuir recursos y una tarea de prevención.

“Es sin duda algo que no se puede evitar, pero se puede mitigar, con medidas de prevención, de adaptación y cuidado, en relación a la población, tanto en lo que se refiere a la creación de infraestructura más seguras, como respecto de la salud, muy particularmente de la población más vulnerable, que es y será la más afectada, como estamos viendo ahora con el temporal que hay en la provincia de Buenos Aires”, considera para ARG MEDIOS la investigadora y escritora de numerosos artículos y libros sobre este tema. 

En una de sus recientes publicaciones -en conjunto con el abogado ambiental Enrique Viale- la activista considera que en realidad el colapso ecológico ya está aquí, pero en forma de colapsos parciales”. 

“Su forma actual es lo que podemos llamar una persistente acumulación de ´colapsos localizados´”. 

Vale recordar que el gobierno nacional de Milei ajustó considerablemente los recursos para la Secretaría de Ambiente y busca eliminar algunas leyes que protegen zonas vulnerables, como con la Ley de Bosques, Ley de Fuego y Ley de Glaciares. 

Un último factor que también puede incluirse respecto a los fenómenos ambientales que se volverán frecuentes en nuestro país (y en el mundo) es la actual epidemia de dengue, que ya superó cualquier récord histórico de casos. 

Hasta la fecha se registraron 120 mil contagios y 79 muertes, provocando colapso y tensión en muchas de las guardias de los hospitales públicos y privados del país. 

Al respecto y en línea con lo expuesto, el gobierno nacional de Javier Milei descartó cualquier posibilidad de vacunar a la población. 

“Si lo hacemos ahora, el efecto recién se verá en unos meses cuando el mosquito ya no sea un inconveniente”, aseguró ayer el vocero presidencial, Manuel Adorni.