El ministro y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, mantuvo una reunión virtual con su par egipcio Mohamed Maai en lo que fue leído como un fuerte mensaje al Fondo Monetario Internacional. Es que Argentina y Egipto son los dos mayores deudores del organismo de crédito con lo cual una posible coordinación de cesación de pagos por ejemplo podría poner en aprietos al FMI.
Dicho de otra manera, más que empujar a Argentina y a Egipto al default, sería el propio FMI el que estaría en riesgo de bancarrota económica. Argentina debe renegociar un nuevo acuerdo con el organismo luego de que el titular de Economía utilizó las reservas para contener la suba de los dólares financieros en la última corrida cambiaria a fines de abril. Cuando eso sucedió el acuerdo que había firmado Martín Guzmán a principios de 2022 se cayó. Sin embargo el Fondo no empujó al país al default como podría haberlo hecho en otros tiempos, quizás por los fluidos vínculos de Sergio Massa con los grupos económicos estadounidenses.
Por su parte Egipto tuvo en enero un último acuerdo con el Fondo Monetario que sumó USD 3.000 millones más a la cartera que tiene el organismo con ese país. Los desembolsos desde Washington fueron acompañados por un paquete de medidas, como la puesta en marcha de un tipo de cambio flexible, una política monetaria de tasas más altas para combatir la inflación, un ajuste fiscal que reduzca las necesidades de financiamiento y el peso de la deuda pública entre otras reformas estructurales. En otras palabras, un paquete de ajuste típico del FMI.
En siete años, Egipto recibió del FMI un total de US$ 23.000 millones. Hoy debe más de 19 mil millones de toda esa suma. Hace un mes, el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, rechazó la devaluación que quiere imponer el Fondo: dijo que su país no depreciará aún más su moneda frente al dólar “si afecta al ciudadano” y a la “seguridad nacional”, pese al acuerdo que en ese sentido firmó con el Fondo Monetario Internacional.
Argentina se encuentra en un escenario similar. Sergio Massa de momento está evitando una devaluación brusca del tipo de cambio que produzca una seria pérdida del poder adquisitivo de la población antes de las elecciones. La alta inflación sin embargo está funcionando como una especie de “devaluación a cuentagotas” mientras el dólar paralelo se encuentra estancado debajo de los 500 pesos hace un mes y medio. Sin embargo la brecha cambiaria se está achicando con paulatinas subas del dólar oficial que hoy se encuentra en 272 pesos la venta y 259 la compra.
Massa sabe que si no hay un nuevo acuerdo con el organismo previo a las elecciones los grupos económicos concentrados podrían forzar una corrida que licuaría los salarios junto con sus intenciones presidenciales. La presión al Fondo con esta reunión puede leerse en esa clave.
