Cantamutto: “No es real que sean peores las variables que en el 2001”

Dialogamos con un economista que afirma que las declaraciones de Milei respecto a una posible hiperinflación y otros riesgos económicos, están lejos de suceder en el país.

Fue una semana más que agitada para la economía. Comenzó con una feroz corrida que llevó el dólar a mil pesos, todo un récord. El candidato libertario, Javier Milei, quedó en el ojo de la tormenta tras sus declaraciones públicas en las que aconsejó a la población a no renovar sus plazos fijos en pesos y comprar dólares, que según el economista, en un precio alto ofrecen mejores condiciones para la dolarización.

Estas declaraciones provocaron inestabilidad en los bancos, quienes salieron a pedirle “responsabilidad democrática”. Por su parte, diversas organizaciones, e incluso el presidente Alberto Fernández, lo denunciaron formalmente por atentar contra la estabilidad democrática y económica.

Previamente Milei había declarado durante el Debate Presidencial, estar atravesando variables económicas peores que las del 2001. Por su parte, en conferencia de prensa, Patricia Bullrich, candidata de Juntos por el Cambio, declaró que ya se está atravesando una hiperinflación.

Para revisar estas afirmaciones dialogamos con Francisco Cantamutto, licenciado en Economía, investigador asistente de CONICET en el IIESS-UNS e integrante de la Sociedad de Economía Crítica.

ARG Medios: ¿Son ciertas las afirmaciones de Javier Milei cuando asegura que las variables económicas son peores que en 2001?

Francisco Cantamutto: No es cierto. Para el 2001 llevábamos tres años de recesión y el desempleo estaba en un cuarto de la población económicamente activa. Nada de eso es una realidad hoy, algunos sectores acusan recesión, otros siguen expandiéndose y el desempleo está en niveles bajos que son históricos. El problema que tenemos es la inflación, que sí es mucho más elevada que en 2001, y la inestabilidad cambiaria, ficticiamente contenida durante esa época que terminó estallando en una mega devaluación que llevo el dólar de 1 a 3 pesos, es decir, un 200%. En estas últimas semanas se pasó de 740 pesos a 1000 en el dólar paralelo, lo cual es una devaluación del 30%, ósea muy inferior en términos numéricos. Actualmente la situación cambiaria es más inestable, pero no es real que sean peores las variables que en el 2001.

 

ARG Medios: ¿Qué opinión tenés sobre los dichos de Patricia Bullrich que asegura que ya estamos en una hiperinflación?

FC: No, no estamos en una hiperinflación, pero no se descarta que no aparezca como un riesgo en caso de que se acelere la corrida cambiaria, y a merced de los dichos de Milei, se de una corrida financiera. Pero hoy no estamos en una hiperinflación.

 

ARG Medios: El aumento del dólar paralelo ¿Es operación financiera o incapacidad del gobierno?

FC: El gobierno tiene pocas herramientas para estabilizar en el corto plazo. Siempre antes de las elecciones se producen corridas de este tipo, la diferencia respecto de otras oportunidades es que el candidato más votado y su equipo la estuvieron fogoneando de manera abierta, generando un clima de mayor inestabilidad. Esto es una novedad absoluta que afecta a la mayor parte de la población que incluso no participa de la operaciones de dólares paralelos. Recordemos que este equipo tiene el apoyo de grandes fondos de inversión.

 

ARG Medios: ¿Cuáles son algunas salidas posibles a esta crisis desatada?

FC: La idea ficticia de una dolarización fanática y fantástica, de la noche a la mañana no va a solucionar nada. Es muy difícil de acá a las elecciones contener esta corrida de un dólar que es ilegal siendo que el gobierno tiene capacidad de intervenir en los mercados que son legales. El tipo de cambio oficial esta planchado después de las PASO, y los financieros los viene moderando a través de la intervención, vendiendo reservas que había acumulado en las semanas previas, y poniendo el límite en las salidas rápidas para desmontar posiciones de bonos. En el mercado ilegal, salvo allanar cuevas, el gobierno no tiene mucho que hacer. Por eso pasa al escenario político, donde las responsabilidades pesan de otra manera ¿Estamos ante una crisis? En ciernes, sí. Hay que ver hacia donde deriva, más que nada después de las elecciones.