Los objetivos de Colombia para esta COP: financiamiento y regular los recursos genéticos

El lunes 21 comenzó la COP16 de Biodiversidad, el evento ambiental más importante del mundo que se está desarrollando en Cali, Colombia. Los objetivos principales que tiene el país anfitrión: Financiamiento y Regulación de Recursos Genéticos ¿Qué dicen las organizaciones sociales?

El lunes 21 comenzó la COP16 de Biodiversidad, el evento ambiental más importante del mundo que se está desarrollando en Cali, Colombia. Los objetivos principales que tiene el país anfitrión: Financiamiento y Regulación de Recursos Genéticos ¿Qué dicen las organizaciones sociales?

Financiamiento

Desde hace algunos años América Latina está cobrando un papel más protagónico en las discusiones ambientales. Hoy se posiciona como un actor que exige a los países del Norte Global la reparación de los daños al ambientales causados, y una justa reparación que deba ser equitativa.

En su discurso de apertura de la COP, el presidente de Colombia Gustavo Petro dijo que uno de los mecanismos de financiación podría ser el cambio de deuda por acción climática. “Solo cambiando el riesgo país por acción climática, podremos financiar el plan Marshall que detenga en el planeta la crisis climática”, y agregó; “no puede existir el riesgo como criterio de medida de la tasa de interés, ni así tasar los préstamos. Rebajar el riesgo en la deuda del tercer mundo es hoy sustancial, vital, para superar la crisis climática”.

El “canje de deuda por acción climática” es uno de los mecanismos y consiste en una reducción de los compromisos de deuda a pagar por los países del Sur con la condición de que esos recursos sean utilizados con un fin acordado. Nació en los 80 cuando la mayoría de los países de América Latina estaban muy endeudados, y resurgió en los últimos 2 años.

El primero que lo ejecutó fue Bolivia en 1987 donde cancelaron US$ 650 mil de su deuda a cambio de proteger tierras del Amazonas. El país de centroamérica Belice fue uno de los más recientes en utilizarlo. Redujo su deuda a cambio de designar el 30% de sus zonas marinas como áreas protegidas y destinar US$4 millones anuales durante las 2 próximas décadas a la conservación marina.

Uno de los objetivos de Colombia como anfitrión de un evento de esta talla, es cerrar financiamientos. Así fue. El segundo día de la COP, el Banco de Desarrollo de los países de América Latina y el Caribe y el gobierno de Colombia anunciaron una inversión de 300 millones de dólares para proteger la biodiversidad de la región.

Desde la zona verde de la COP16 denominada “la COP de la gente”, la Senadora por el Pacto Histórico de Colombia Isabel Cristina Zuleta denunció ayer que “quieren que la plata para restaurar la naturaleza venga del fondo de quienes se llevan nuestras propiedades genéticas”, y agregó; “hay que empezar por la plata que ya está. Tenemos un montón de dinero que proviene del impuesto al carbono”

Recursos Genéticos

Uno de los puntos más importantes a tratarse en esta COP16 de biodiversidad tiene que ver con los recursos genéticos; secuencias genéticas digitalizadas almacenadas en bancos genéticos de donde luego se extraen y se producen distintas cosas como alimentos, medicamentos, cosmética o incluso se utilizan para fabricar curas para las enfermedades.

Se intentó regular la industria de la genética con el anterior Convenio de Biodiversidad firmado en 1993 en donde se reconocían la biodiversidad de cada territorio, impidiendo que sea extraída por cualquier particular o empresa sin antes pagar las regalías correspondientes.

Tal como explica el medio colombiano La Silla Vacía en una nota de Natalia Arbelaez Jaramillo, “Antes de este convenio cualquier persona podía venir a Colombia, por ejemplo, u otro país, tomar un lulo u otra especie, llevársela para estudiarla y crear a partir de ella una vacuna sin pedir permiso. Después Colombia tenía que pagar regalías para usar esa vacuna sin tener ningún beneficio por ser el “dueño” del lulo. En otras palabras se consideraba que los recursos naturales eran patrimonio de la humanidad sin importar dónde estuvieran ubicados.

El problema es que luego del 2000 mucha de esa información genética de las especies se digitalizó en secuencias de códigos genéticos almacenados en bases de datos, y con inteligencia artificial se han creado muchas más. Dicho mecanismo no está regulado y queda fuera del tratado de Nagoya porque no implica tocar un ser vivo.

Es por eso, que el desafío para esta COP está en la regulación de los recursos genéticos digitalizados, algo que beneficiaría a los países multidiversos como Colombia, que resultan ser grandes semilleros de recursos genéticos, y que exigen que la industria mundial de la información digital del ADN de las plantas, animales, microorganismos, y otras creaciones a partir de esto, paguen lo que les corresponde.

La ContraCOP

La COP en Colombia resultó ser un escenario biodiverso en actores y participantes; por un lado están las negociaciones y reuniones bilaterales llevadas adelante en la Zona Azul. Por otro, las comunidades y organizaciones que impulsan distintos paneles, charlas y talleres en la Zona Verde, con la participación del resto de la sociedad.

Pero además, existe otro conjunto de organizaciones territoriales que cuestionan el desarrollo de la COP16. En su comunicado oficial La Vía Campesina (LVC) manifestó que “el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) tiende a ignorar el papel del campesinado o pescadores, en la gestión sostenible de los bienes comunes naturales, adoptando una perspectiva utilitarista, economicista y antropocéntrica, que no aborda de manera integral la pérdida de biodiversidad

Por otro lado, LVC aseguró que se oponen a la “modificación de los organismos vivos mediante el desarrollo de tecnologías de ingeniería genética y biología sintética, así como la instrumentalización de la información digital sobre secuencias genéticas (DSI) para patentar la naturaleza y controlar la agricultura y la Soberanía ALimentaria.