La decisión de la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, por empoderar a una de las iglesias evangélicas más importantes del país en el marco de una emergencia alimentaria, tiene en sus objetivos una doble jugada.
Por un lado, el gobierno busca así torcerle el brazo a las organizaciones sociales, las encargadas de asistir en los barrios con comedores y varias actividades de contención y trabajos desde cooperativas. Por otro lado, profundizar los vínculos entre el gobierno de Javier Milei y la rama evangelista de extrema derecha, tal como lo hizo Jair Bolsonaro en Brasil.
Todo comenzó luego de que la inexperta ministra saliera a rechazar a dirigentes sociales, que se habían apostado en las puertas del ministerio de Capital Humano en busca de una audiencia. Allí, Petovello gritó para las cámaras asegurado que “todo aquel que tenga hambre” o necesita una ayuda por parte del Estado sería atendido personalmente por ella. El resto -es decir los dirigentes de las organizaciones sociales- podían retirarse.
Acto seguido, los movimientos convocaron a gran parte de las personas que son asistidas en sus comedores populares y la fila para que la ministra los reciba superó las 20 cuadras. Nadie calculó el número exacto de personas necesitadas, pero cualquiera con sentido común habría decantado de que la atención personalizada tardaría meses, si no también años. Aún así la ministra no recibió a nadie.
En este marco fue cuando -para recuperarse de la muy mala imagen que había dejado- la ministra Petovello mantuvo un encuentro con los líderes de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (Aciera) uno de los sectores más importantes del evangelismo en el país, pero que al mismo tiempo ya venía cosechando lazos con La Libertad Avanza.
De esta forma, el gobierno y Aciera firmaron un convenio a partir de la fundación “Promesa Eterna” de José C. Paz con un desembolso de 177 millones para la compra de alimentos para más de 700 comedores que según la Iglesia hay distribuidos en el país.
“Se estima que se cubrirá una demanda de poco más de 36 mil personas”, tuiteó la noticia, la ministra.
Lo curioso es que el acuerdo además se da en el mismo momento en el que Milei realiza su primera gira internacional como presidente y se reunirá con el Papa Francisco, el líder de la Iglesia Católica.
Los lazos entre el gobierno libertario y el evangelismo, no son nuevos. Hay cuatro dirigentes que vienen de la iglesia y que terminaron siendo elegidos como legisladores de La Libertad Avanza: Santiago Pauli (Tierra del Fuego), Lourdes Arrieta (Mendoza) y Nadia Márquez (Neuquén). Esta última hija del pastor Hugo Márquez, nada más ni nada menos que el vicepresidente de Aciera.
Otro data curioso es que el actual titular de Aciera, Christian Hooft, fue quien decidió aportar una oración en representación de las iglesias evangélicas durante la ceremonia interreligiosa en la Catedral Porteña, el pasado 10 de diciembre, durante la asunción de Milei.
Además, es sabido que la relación entre la diputada Nadia Márquez y Francisco Sánchez -el ex diputado del PRO que entre otras cosas pidió la pena de muerte para Cristina Fernández-, es muy buena.
A su vez Sánchez sería parte de la estructura del ministerio de Relaciones Exteriores que está en manos de Diana Mondino. Quien casualmente la semana pasada recibió a líderes de Aciera. Allí se habría pedido la posibilidad de acelerar la reglamentación de la personería jurídica religiosa.