Días después del cierre de listas y luego de un subibaja de nombres y apellidos que pasaron por el tintero para concluir en una lista unificada con Sergio Massa a la cabeza, la presencia del histórico sector sindical es muy baja en las listas nacionales. Sin embargo, la realidad no es la misma al interior de las provincias y municipios.
Horas después de que Massa anunciara su precandidatura a presidente, la cúpula de la CGT respaldó la decisión. Los tres que negociarán con el próximo ejecutivo serán los mismos hasta el 2025: Hector Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano.
Desde el lado del moyanismo, quien le plantea la interna más picante a la cúpula cegetista, no lograron colarse en ninguna lista. Hugo Moyano iba directo como primer candidato a diputado nacional en la lista de Daniel Scioli, pero horas después del acto de lanzamiento fue dada de baja. En la otra vereda, Pablo Moyano se había mostrado en apoyo al candidato de Cristina.
“Somos los que vamos a militar para que gane Unión por la Patria. Sabemos de tu trayectoria sabiendo que vas a estar al lado de los trabajadores”, había dicho Moyano hijo en la Biblioteca del Sindicato de Camioneros. A su lado ese día estaría el futuro y único precandidato a diputado nacional por el ámbito sindical.
Se trata de Paco Manrique, dirigente de SMATA, quien se presenta para la banca de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires con el partido Unión por la Patria. Sin embargo, su banca en diputados no responderá a la central. Su presencia es un guiño de parte de Máximo Kirchner, en reconocimiento a las tensiones internas que genera el dirigente de mecánicos a la cúpula cegetista.
Sin embargo, si se habla de lealtad, uno de los más leales quedó afuera. Se trata de Abel Furlán, dirigente de la UOM y uno de los más cercanos a Cristina durante los últimos años.
Muchos otros del sindicalismo perdieron su banca: la diputada Claudia Ormaechea, del riñón del bancario Sergio Palazzo no renovará su mandato en la banca, al igual que la dirigenta del Kolina, María Rosa Martínez, quien está cuarta en la lista por senadores bonaerenses para la tercera sección electoral.
Ambas integrantes de la Corriente Federal de Trabajadores, un espacio que nació en el 2016 y del que también forma parte el actual ministro de Trabajo Walter Correa, quien tampoco pudo acomodarse en ninguna banca más que en la del concejo deliberante de Moreno.
Por su parte, la CTA, es una de las centrales con mayor pérdida de lugares que ocupaba: apenas lograron ubicar a una dirigente de SUTEBA de Roberto Baradel en el lugar 18 de Diputados por la provincia, con nula chance de ingresar al Congreso. Se trata de la dirigente María Reigada, quien en diciembre culminará su mandato de senadora bonaerense y no continuará en el cargo.
Además, el sector que lidera Hugo Yasky, otro gran leal a Cristina, pierde su banca bonaerense ya que Omar Plaini del gremio de Canillitas no renovará, y queda sin su lugar por la seccional de La Plata, por lo que dará batalla desde el puesto número 7 en la Tercera Sección para ir al Senado. Sin embargo, las chances de que eso suceda son muy pocas.
La realidad de un movimiento obrero debilitado y super fracturado a su interior habla de un contexto cambiante, aunque con un factor similar en casi toda la política: el reflejo de una desconexión entre Nación y el resto de las provincias con sus municipios, del cual la dirigencia sindical no está exenta, lo que convierte en un panorama totalmente distinto en cada una de las ciudades en donde aún quedan varios representantes del sector sindical en sus listas.
En al menos 25 delegaciones hay más de 40 dirigentes sindicales que buscan ocupar cargos del ejecutivo o legislativo en sus ciudades. Tal es el caso de las localidades de Azul, Bahía Blanca, Bolívar, Bragado, Concepción del Uruguay, y San Martín, en donde integrantes cegetistas conforman la lista del ejecutivo municipal.
Los movimientos sociales sí hacen peso
La realidad es completamente distinta para el sector del trabajo no registrado, ya que las condiciones se dieron para que quien dispute la precandidatura a presidente junto a Sergio Massa sea Juan Grabois, dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE).
Más allá del sostén de votos que evita el derrame hacia la izquierda o incluso hacia el liberalismo (Milei), la correlación de fuerzas a Grabois le dio para meter a Natalia Zaracho nuevamente en la Cámara de Diputados en el lugar número 8.
Desde el sector de movimientos sociales también se encuentra la actual secretaria de integración Sociourbana del Ministerio de Desarrollo Social de Nación, Fernanda Miño, quien está número 20 en la lista, sin chances de entrar, ya que el objetivo del peronismo es aspirar al menos hasta la banca número 11 en representación de CFK.
Más allá de la estrategia electoral del Frente de Todos que pone a Grabois en el lugar de embudo, lo cierto es que su representatividad no podría haberse sostenido sin el crecimiento del sector durante los últimos años.
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