El INDEC comunicó los números de pobreza del segundo semestre de 2022, el cual alcanzó al 39,2% de la población argentina y al 29,6% de los hogares, sumando un total de 18 millones de personas aproximadamente. La indigencia llegó al 8,1% de la población, lo cual representa el 6,2% de los hogares. El dato es sumamente alarmante y marca una suba sostenida desde 2016.
Según la información brindada por el organismo de estadísticas, durante este periodo la pobreza fue de 54,2% entre menores de 15 años, por lo cual más de la mitad de las infancias que habitan en el país se encontraron y se encuentran bajo la línea de pobreza. Le siguieron 45% en personas de 15 a 29; de 35% en las de 30 a 64; y de 14,5% en mayores de 65.
Parte de estos números se explican por la fuerte inercia inflacionaria que vive el país desde la salida de la pandemia. Entre los 2° semestres de 2021 y 2022, los aumentos de las canastas básicas (91,7% la alimentaria y 85,9% la total en el Gran Buenos Aires) superaron al de la suma del ingreso total familiar (77,2%). La región con mayor incidencia de la pobreza en el 2° semestre de 2022 fue el Noreste (43,6%); y la de menor, la Patagonia (34,7%).
más de la mitad de las infancias que habitan en el país se encuentran bajo la línea de pobreza.
Uno de los puntos más alarmantes que se desprenden de estos datos es que la premisa que el gobierno nacional repetía como un mantra sobre que los salarios le debían ganar a la inflación, a pocos meses de las elecciones, claramente no se está cumpliendo.
Si bien es verdad que la tasa de desempleo es la más baja de los últimos 8 años (en el tercer trimestre de 2022 se ubicaba en torno al 6,7%) son los ingresos y el nivel de vida de los trabajadores los que están en niveles muy bajos.
A este análisis se le puede agregar otro factor que lo torna aún más alarmante: el de la informalidad laboral. Según datos del segundo trimestre del 2022, la informalidad laboral había crecido un 20% interanual frente a un 3,5% del empleo registrado. El número total a ese momento era de 5,4 millones de personas.
Así Argentina se acopla a una realidad que impera en el resto de latinoamérica: trabajadores pobres que principalmente perciben sus ingresos de manera informal. En un año electoral el dato del nivel de calidad de vida tan bajo para gran parte de la población no es para nada una buena noticia.
Buena parte de estos resultados económico-sociales se explican por la falta de distribución del crecimiento económico de la pospandemia, pero por supuesto que también se puede comprender a partir de las consencuencias de haber firmado el pacto con el FMI, que mes a mes audita las cuentas del país para refinanciar la deuda que tomó el gobierno de Mauricio Macri en 2018.