En la madrugada del 2 de marzo del corriente año, una moto con dos personas a bordo frenó frente al supermercado “Único”, ubicado en la calle Lavalle al 2500 (a unas 25 cuadras del estadio de Newell’s). Uno de ellos efectuó al menos 14 balazos contra el mercado. Al huir dejaron un mensaje: “Messi te estamos esperando. Javkin es narco, no te va a cuidar”. El supermercado pertenecía a la familia de Antonela Roccuzzo.
Hasta el día de la fecha no se sabe quiénes efectuaron los disparos y cuál fue el móvil. Las tres principales hipótesis refieren a un mensaje extorsivo al supermercado (al mejor estilo “mafia china”), un mensaje para frenar las pretensiones del intendente de Rosario a la gobernación, o incluso una amenaza por parte de la barra de Rosario Central para evitar que Messi vista la camiseta de su histórico rival. Solo eso.
Como era de esperar, la noticia tomó relevancia mundial y nacionalmente suscitó diversas apreciaciones por parte de los principales referentes de la oposición que opinaron al unísono sobre la problemática del narcotráfico en Rosario. Patricia Bullrich, presidenta del PRO y posible candidata de Juntos por el Cambio, se refirió al tema: “No alcanza con mandar solamente a la Gendarmería a Rosario. Nosotros en su momento llevamos 3000 gendarmes. Ahora hay que hacer tareas de saturación con las Fuerzas Armadas para recuperar el territorio”. La mayor parte de los discursos transitaron esa tónica.
Tres días después del ataque al supermercado, nuevamente un ataque a un comercio, en este caso un quiosco ubicado en el barrio popular “Los Pumitas”, se cobró la vida de Máximo Jerez, un nene de 11 años. Maximiliano Oscar Castillo y Nicolás Ariel Castillo son dos de los cuatro que viajaban en el Honda Civic negro desde el que se abrió fuego contra un grupo de niños. Eran miembro de una banda narco que está en plena disputa de territorio con otra. Se presume que parte del ataque se digitó en comunicación con reclusos.
La ex ministra de Seguridad también se refirió al tema: “Presidente Fernández: por una ley de nuestro Gobierno, las comunicaciones en las cárceles están prohibidas. Violan la ley y usted no hace nada.” Al día siguiente la banda “Los Monos” atacó a tiros la escuela N°6430 y dejaron una amenaza escrita llamando a la guerra. Bullrich también twitteo.
El narcotráfico, más aun en Rosario, es un tema complejo. Todo tema complejo amerita estudio y un plan de soluciones complejas también. Toda respuesta fácil carece de rigor. “El envío de gendarmes como ya lo hizo en su momento (Sergio) Berni, como lo hizo Patricia Bullrich, si no viene aparejada de atacar la estructura corrupta que forma parte del delito en la provincia de Santa Fe, el problema no se va a resolver”, dice la concejala rosarina por Ciudad Futura, Caren Tepp.
El fiscal Luis Schiappa Pietra, también rosarino, quien llevó adelante un gran número de causas contra líderes narcos en la ciudad, también se pregunta cuáles son las principales falencias del sistema político a la hora de enfrentar el narcotráfico: “Creo que en la provincia quedó muy en claro que hay crimen organizado, y que ese crimen organizado implica lazos indisimulables de complicidad estatal. En la medida que el Estado sea parte de estas tramas criminales, es muy difícil que se pueda tener eficacia en su control.” El dedo acusar señala siempre a la policía santafesina, quien ya no es sólo cómplice, sino que es parte activa.
Ahora bien, el recrudecimiento y la aceleración de los casos de violencia narco no solo se vieron en Rosario. “En estas semanas se espiralizó la situación, no solo en Rosario. Tenemos un caso en La Matanza, de un pibe que venía a un club nuestro, que en una represalia a su familia lo tuvieron tres días secuestrado, lo violaron, lo torturaron, lo quemaron con cigarrillos, lo dejaron tirado en la calle y salvó su vida de milagro. En otro barrio, en un distrito coqueto del conurbano, van cuatro asesinatos en las últimas dos semanas. En otro barrio le dieron un tiro a un pibe que asiste a un dispositivo nuestro. Uno tiene la sensación de que alguien abrió una canilla”. Este fue el testimonio de Juan Grabois en una entrevista radial.
Creo que en la provincia quedó muy en claro que hay crimen organizado
Según trascendidos, en la cartera del ministro de Seguridad bonerense, Sergio Berni, la apreciación es la misma: aumento significativo de la violencia narco, con visibilidad mediática y financiamiento. Una repentina profundización de un problema sumamente complejo que también se comienza a ver en las barriadas del conurbano: paso del narco menudeo a las guerras con mayor sofisticación de armar, conflictos constantes, métodos más violentos de ataque, reclutamientos, narcos prestamistas. En pocas palabras, instalación.
¿Pero quién se retiró para que haya instalación narco? El que se retiró fue el Estado. Volvamos a Bullrich y las redes. En el último tiempo, además del narcotráfico otro elemento ha invadido la pantalla de los celulares: las peliculescas imágenes del Centro de Confinamiento del Terrorismo, la mega cárcel creada por el presidente salvadoreño Nayib Bukele para encarcelar a las pandillas maras. Este modelo compatibiliza con lo propuesto por la ex ministra. Mayor agresión punitiva, intromisión de las FFAA en asuntos de seguridad interna y generación de comandos especializados.
Pero, ¿Cuál es justamente una de las principales críticas al modelo de Bukele? Para muchos especialistas no es la precisamente la política de mano dura la causante de las caídas en las tasas de homicidios sino el acuerdo de las pandillas entre sí, y centralmente, del gobierno con las mismas. Según la agencia de noticias “El Faro”, Bukele habría negociado con las principales maras a cambio de control territorial y apoyo electoral. La política se seguridad de Bullrich durante el macrismo fue apuntada por lo mismo: mega operativos para las cámaras que derivaban en la detención de lo que comúnmente se llama “perejiles” entregados en común acuerdo con los grandes carteles que controlan el territorio.
La política de seguridad de Bullrich lejos de debilitar el narcotráfico implicó acordar con algunas bandas y fortalecerlas en desmedro de otras que sirviesen de sacrificio para las cámaras. La sospecha concreta de algunos funcionarios y referentes sociales es que alguien, o algunos, o algo, abrió la canilla y acelero el proceso de un problema que ya lleva varios años incubándose. Y ahí radica uno de los principales problemas de las políticas antinarcotrafico, jamás ponen en cuestión el financiamiento. Como dice el periodista rosarino Carlos del Frade, el narcotráfico “es una copa invertida, se descubre por abajo, pero siempre se encubre por arriba”.
¿Cuáles son algunas respuestas posibles contra el narcotráfico más allá de las demagogias punitivas? Volvamos a la referente rosarina Caren Tepp: “Hace mucho tiempo venimos señalando que el abordaje contra el narcotráfico lo tenemos que plantear con golpear por arriba y por abajo. Por abajo generando oportunidades para los pibes y las pibas de los barrios populares, mejorando sus condiciones de vida e integrándolos. Por arriba esta la lucha contra el lavado de dinero”.
El 7 de marzo, mediante un video en sus redes el presidente Alberto Fernández detalló una serie de medidas para combatir al crimen organizado en la ciudad santafesina. Se enviaron 1400 efectivos para operativos de seguridad y se movilizó al Ejército para que participe en tareas de urbanización de barrios populares.
El punto nodal es que se dispondrá una delegación de la Unidad de Información Financiera para detectar el lavado de dinero. Por otra parte, algunos días la Cámara Nacional Electoral manifestó su preocupación por la falta de control en el financiamiento de los partidos con “el lavado y el narcotráfico”. Aquí está la madre de todas las batallas contra el narcotráfico. Investigar líneas de lavado y financiamiento que quizá lleguen a candidatos que muy cómodos desde sus casa twittean sobre que hay que hacer con el narco en el barrio. Ya no hay tiempo para simulacros y operativos muy bien filmados.