Una encuesta midió el primer termómetro electoral de cara a las elecciones generales de octubre y en principio, hay buenas noticias para el oficialismo. Se trata de una medición de la Consultora Analogías, en donde se destaca el dato de que el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, se metería en el balotaje de noviembre junto a Javier Milei.
El estudio coincide en que en las últimas semanas hubo “una leve mejora de Sergio Massa, que es equivalente a una caída de Javier Milei, de alrededor de un punto porcentual”. De esta forma, el actual ministro de Economía se colocaría en una segunda vuelta con el candidato libertario.
La encuesta, por su parte, desliza que la candidata de Juntos – Patricia Bullrich– no termina de encender y quedaría atrás en las elecciones de octubre, aunque por muy poco de todas formas.
Siempre según la encuesta, Milei cosecharía un 31,1% de los votos en octubre, mientras que Sergio Massa rondaría en el 28,1%. En tanto, Bullrich se encajaría en un 21,2%, lo que trasluce que no todos los votos de Horacio Rodríguez Larreta irán para la exministra de Seguridad. El análisis de la consultora sostiene que “el voto de Horacio Rodríguez Larreta en las PASO se sigue desgranando, de modo que sólo el 50% se traslada a Patricia Bullrich”.
Vale aclarar que en esta encuesta de Analogías, el 11,4% de los encuestados respondió que “no sabe” a quién votará, un porcentaje alto que podría cambiar el escenario según a dónde se dirijan los votos.
El estudio de Analogías, realizado sobre 2.398 casos, mide entonces un parcial aumento de confianza al ministro de Economía, quien viene de realizar varios anuncios para que el conjunto de la clase trabajadora recupere capacidad de consumo.
Si bien la encuesta no lo puso dentro de sus ítems, hay otro factor que podría beneficiar a Massa: los debates presidenciales que se realizarán previo a las elecciones de octubre.
Por ahora, en lo que tiene que ver estrictamente con las reacciones de la gente luego de la palabra de los candidatos, Massa es el que saca ventaja. Por su parte, Milei, no cede en sus posicionamientos extremistas, lo que genera una retención de su voto más duro, pero el alejamiento de sectores más de centro.
De hecho, sus últimas declaraciones en contra del Papa podrían jugarle caro, teniendo en cuenta que naturalmente tocará las fibras sensibles de las clases populares apegadas a la fe cristiana.