El gobierno de Javier Milei sufrió su peor derrota política desde que asumió, allá por diciembre del 2023. No se trata sólo de una elección legislativa. Si miramos bien, perdió por más de 13 puntos en la provincia de Buenos Aires –la provincia más importante en términos electorales– , logró unificar a un peronismo atomizado y también hizo nacer a un nuevo líder opositor: Axel Kicillof.
Todo, a semanas de la elección nacional de octubre, en donde el oficialismo ya le prende velas a todos los santos para no salir mal parado.
Si a este cuadro le agregamos que la Casa Rosada nunca terminó de reaccionar con coherencia y política tras las denuncias de coimas que apuntan directamente contra Karina Milei y otros funcionarios, la crisis se acentúa.
Habría que sumarle un último condimento a un panorama adverso para el gobierno: la interna cada vez más expuesta que vive La Libertad Avanza, entre los sectores que lideran la hermana del presidente y Santiago Caputo.
La mesa política que anunció el gobierno como respuesta a las exigencias de cambios en su Gabinete luego de la aplastante derrota en las elecciones del domingo, ya desilusionó a propios y extraños. Está conformada por los mismos funcionarios de siempre y no removió a ninguna pieza clave. La más apuntada en ese sentido, era la Secretaria de la Presidencia.
Claro, quienes conocen de cerca al presidente saben que antes de echar a su hermana, Milei es capaz de renunciar primero. No se trata sólo de una funcionaria con poder, sino de su sostén emocional.

Aún así, sin siquiera hacer grandes cambios al interior del gobierno, la Casa Rosada sigue sin tender puentes con gobernadores aliados y cercanos. Los mandatarios le vienen exigiendo al Poder Ejecutivo Nacional financiamiento para obras públicas y el envío de los fondos del Aporte del Tesoro Nacional (ATN) adeudados.
Recién allí, se podría mejorar el diálogo con las provincias. Pero por ahora, el gobierno de Milei no quiere aflojar y evitar tocar el bendito equilibrio fiscal. De hecho, se especula que esta semana el presidente vete el nuevo financiamiento para el Hospital Garrahan y el financiamiento universitario, que se aprobó en el Congreso en las últimas semanas.
Entonces, acá la pregunta de millón: ¿Cómo piensa lograr estabilizar el poder el gobierno, luego de semejante derrota y sin moverse un ápice del plan de gobierno que lo llevó a este presente?
¿Milei será capaz de mostrar un perfil más político y negociador… o seguirá con su estrategia principal: ir a todo o nada?
Hasta ahora, el gobierno nacional sólo ratificó un aliado incondicional: el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ayer salió a respaldar su plan de gobierno.
En un país tan volátil y complejo como la Argentina, subestimar un cuadro de situación como este, podría ser terminal. Que alguien se lo diga al presidente.















