Al gobierno le empiezan a entrar los golpes pero no quiere cambiar la estrategia 

Ayer en Diputados, hoy en el Senado.  La oposición arma mayoría para imponerle límites al gobierno de Javier Milei, algo que también comienza a materializarse en las calles.  Sin reconocer errores, esta mañana salió a hablar el ministro de Economía, Luis Caputo, quien acusó al Congreso de “querer voltear al gobierno”. 

Ayer, el gobierno recibió dos cachetazos en la Cámara de Diputados.  La oposición juntó mayoría para rechazar los vetos hacia la emergencia pediátrica (Garrahan) y la ley que mejoraba el financiamiento universitario. Todo mientras una verdadera multitud colmó las calles y los alrededores del Congreso, que celebró los resultados que surgieron puertas adentro. 

Ahora el Senado podría terminar de anular los vetos del presidente Javier Milei. Lo cual sería un verdadero hito en la historia política del país.

Hoy, la Cámara Alta del Congreso también podría seguir acertándole golpes al oficialismo, ya que estarían los votos para rechazar otro veto presidencial: la nueva ley sobre los Aportes del Tesoro Nacional, que fue impulsada por los gobernadores. 

La normativa plantea que gran parte de esos recursos puedan ser administradas desde las provincias, para evitar la discrecionalidad o la voluntad de un gobierno nacional. De fondo, la normativa es una respuesta de los mandatarios, cansados del ajuste que le aplica la Casa Rosada.

Tras los dos rechazos que se dieron ayer, el oficialismo no emitió un comunicado, pero esta mañana sí salió a hablar el ministro de Economía, Luis Caputo, quien acusó al Congreso de “querer voltear al gobierno”. 

La estrategia del gobierno nacional continúa siendo la misma. Se reflejó en el Presupuesto 2026 que presentó Milei por Cadena Nacional y se vislumbra también en las declaraciones de sus principales funcionarios:  ir a todo o nada. 

Hasta ahora, ese rumbo le generó algunos balances positivos en la denominada “macro economía”,  así como también logró reducir considerablemente la inflación. Sin embargo, en la última elección legislativa de la provincia de Buenos Aires, la estrepitosa caída de La Libertad Avanza pudo haber sido un puntapié para revisar esa estrategia. 

“Los logros macroeconómicos no se están materializando en la vida de la gente”, ensayó el presidente en su discurso cuando presentó el nuevo presupuesto. 

Ahora, el poder legislativo también comienza a darle la espalda. Algo que hay que sumarle la cada vez peor relación que se está cosechando con los gobernadores. 

Esta tarde el Senado podría terminar de reflejar esa mala sintonía, lo cual podría abrir un nuevo juego desde la Casa Rosada de cara a las elecciones de octubre. La carta que el gobierno tiene para volver a establecerse o empezar un duro derrotero de inestabilidad.