Debido a las presiones que nacen desde Washington, Argentina evitó la importación de combustibles de origen ruso y se sumó a la lista de países que, de forma directa o indirecta, adhieren a las sanciones hacia Rusia, luego de su invasión a Ucrania.
La decisión, sin embargo, llamó la atención porque se dio de parte de la empresa YPF, la petrolera con capitales estatales que conduce Pablo González, un dirigente ligado a La Cámpora y que responde directamente a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
Si bien la exmandataria había mantenido una relación positiva con el gobierno de Vladimir Putin, durante la guerra iniciada el pasado 24 de febrero, fue tajante con la invasión militar rusa. Al mismo tiempo, condenó el avance de la OTAN y el poder de veto que tienen países como EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU.
“Específicamente, y debido a eventos que son de conocimiento público a nivel mundial, YPF S.A. no tomará en consideración ofertas relacionadas con productos cuyo origen pueda ser asociado a la Federación Rusa”, dice parte de una cláusula a la cual tuvo acceso Econo Journal.
Ahora bien, la medida que tomó el gobierno argentino también responde a un punto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), como no podía ser de otra forma si hablamos de una presión occidental en contra de Rusia.
Hasta entonces, la posibilidad de comprar combustibles al país en guerra no se descartaba, porque luego de una serie de medidas en contra de Rusia, el presidente Vladímir Putin determinó que su gas y petróleo se vendería en rublos, la moneda nacional. Esta jugada intentó debilitar al dólar en el comercio de ese recurso, principalmente exportado a la Unión Europea (UE).
En Argentina, la posibilidad de comprar petróleo ruso en rublos, parecía todo un negocio: ante la falta de dólares y con una ajustada situación financiera para pagarle con esa divisa al FMI, la transacción de combustible en rublos no era una mala idea. Sin embargo, todo voló por los aires cuando el Fondo recordó que Argentina estaba inhabilitada a hacerlo si quería pagar el petróleo en rublos. Solo podía hacerlo en dólares.
La huella imperial
Todavía es muy temprano para saber si la imposibilidad de importar gas y petróleo de otros países, en especial de Rusia, podría llegar a afectar el abastecimiento de combustibles en el país. Sin embargo, el hecho de descartar esa comercialización exasperó los ánimos y la responsabilidad recayó en el ministro de Economía Martín Guzmán, quien fue el principal responsable de acordar con el FMI y no reparó en ese punto clave.
“Esta decisión de no importar petróleo ruso tiene una clara huella de parte de la presión de los norteamericanos que están preparando un bloqueo a Rusia en todos los órdenes”, le dijo a ARGmedios, el economista Francisco Cantamutto.
A su vez, el investigador del IIESS UNS- CONICET consideró que estas presiones de parte de Estados Unidos ha generado tensiones diplomáticas en Europa, “que para poder prohibir el petróleo y gas a Rusia, tuvo que hacer una serie de malabares” luego de la negativa de varios países rusos dependientes, como Hungría.
“Esto tiene que ver con que la UE no solo depende de los hidrocarburos rusos para mantenerse calientes durante el invierno, sino para su propia economía. Cuando esto no esté, va a afectar no solo al bienestar de los hogares sino a un incremento de los costos de producción que le puede hacer perder mercados en el exterior. Donde el gran miedo es perderlo ante China”, completó Cantamutto.
En síntesis, las sanciones hacia Rusia que comenzaron con un objetivo aleccionador, terminaron afectando a los países agresores. Pero principalmente a quienes dependen más de la comercialización con Rusia. Ante este panorama, Estados Unidos parece montarse sobre una situación que podrá soportar de una forma mucho más robusta que sus aliados europeos y sin comparación con el resto del mundo, en donde la guerra está abriendo la posibilidad de una hambruna generalizada.
Frente a este panorama, el gobierno argentino deberá pensar si se acopla a cada aventura occidental contra Rusia o prioriza su economía y estabilidad política en la región.