La actualidad es muy difícil para el mundo Boca, desde la eliminación por copa Libertadores contra el Corinthians en la noche del 5 de julio, el desconcierto ha ido aumentando. La desprolija salida de Sebastián Battaglia como DT, la rápida transferencia del capitán Carlos Izquierdoz al Sporting de Gijón, el bajo rendimiento futbolístico de los últimos partidos con la conducción de Hugo Ibarra, el descontento del hincha con estos sucesos y con los manejos del consejo de fútbol del Xeneize, alimentan distintos argumentos para explicar la crisis actual, aunque el problema es más profundo.
El pasado 11 de julio, mediante una conferencia de prensa en la que estuvieron presentes Hugo Ibarra, Roberto Pompei, Leandro Gracián (el nuevo cuerpo técnico), Jorge Bermúdez (como representante del consejo directivo de fútbol) y Jorge Amor Ameal (presidente de la institución), se confirmó que serían los tres primeros quienes van a comandar al plantel profesional hasta diciembre. En esa misma conferencia el Presidente destacó: “Desgraciadamente, el merecer no alcanza, merecimos los dos partidos anteriores de la copa y los últimos dos también”, haciendo referencia a la edición anterior vs Atlético Mineiro y a la reciente eliminación contra el Timao.
La crisis de Boca nace de no poder considerar el “merecimiento” como una etapa anterior al éxito. El equipo de Sebastián Battaglia venía jugando bien y sin ir más lejos ya tenía dos campeonatos en su poder: la Copa Argentina 2020/21 (iniciada bajo la gestión de Miguel Ángel Russo) y el reciente título de la Copa Liga Profesional 2022, ganando categóricamente la final al gran Tigre de Mariano Martínez.
Si bien “merecer” no alcanza para ganar, debiera entenderse que cuando en el deporte se “merece ganar” es porque hay un esfuerzo y un buen trabajo realizado. Merecer debería entonces alcanzar para mantener un proyecto y darle tiempo de crecimiento para lograr el éxito que demanda la institución.
Al respecto, el ahora ex técnico manifestó en una entrevista con Alejandro Fantino, en el programa Animales Sueltos, que estaban preparando un proyecto a largo plazo y aseguró: “Yo al día siguiente de la eliminación, les dije a mis jugadores que había que levantarse y seguir”, expresando que pensaba mantenerse a la cabeza del plantel.
Pero como manifestó Hugo Ibarra, en la conferencia de su ratificación: “Boca no espera, Boca necesita de triunfos y eso es lo que queremos darle”. Este, quizás, pueda ser el error. No del actual DT del equipo de la Ribera, sino de la dirigencia. El problema parece ser no esperar y darle tiempo al trabajo a largo plazo, que en el caso del equipo de Battaglia, no alcanzó para evitar ser eliminado del certamen más importante, pero había empezado a demostrar un juego sólido, que progresivamente llevaría a los triunfos.
Inclusive con la llegada del ex lateral al banco de primera, también se ha cortado el gran proyecto de la reserva que el club tenía. El “Negro” era director técnico de esta división y logró dos títulos al mando de la misma, en los cuales también hizo sobresalir el rendimiento de los que hoy parecen ser las nuevas joyas Xeneizes: Aaron Molinas y Exequiel Zeballos.
Al mismo tiempo, en la conferencia de prensa el “Patrón” Bermúdez, al ser consultado porque se optaba nuevamente por un técnico procedente de la reserva al igual que con Battaglia, manifestó: “Una decisión posterior tiene que ser consensuada y darle el tiempo necesario para que se tome y no nos queremos equivocar, entonces como somos respetuosos con nuestra institución y hablamos permanente con nuestro presidente estamos de acuerdo en tomarnos el tiempo necesario”.
Claro que está bien tomarse el tiempo, es parte de un proyecto, pero entonces: ¿Por qué apresurarse a sacar al actual técnico campeón del fútbol argentino, si podían darle su continuidad al menos a terminar el certamen actual y la Copa Argentina?
La culpa del presente futbolístico no es del actual técnico, ni del anterior, tampoco de los jugadores, es de la incertidumbre que da a un plantel no poder fijar una idea por la necesidad del éxito inmediato. El fútbol otra vez es un fiel reflejo de la sociedad: se buscan soluciones mágicas o parches, en vez de dar los tiempos necesarios para ver buenos resultados y duraderos. El éxito y lo inmediato no son amigos.
Todos en Boca quieren el bien para el club, es una institución comandada por ídolos desde lo deportivo (El consejo directivo es liderado por Juan Román Riquelme, y lo acompañan Jorge Bermúdez, Mauricio Serna, Raúl Cascini y Marcelo Delgado), pero como aseguró el ex técnico y máximo ganador como jugador en la historia del club, en la entrevista en canal América: “Todos quieren el bien, pero quizás de maneras diferentes”.
Los próximos objetivos del mundo Boca parecen ser claros: levantar en lo deportivo lo más rápido posible y mantener el mismo para pelear este campeonato, el cual aún no ha llegado ni a la mitad, y, por otro lado, lograr la renovación del ya referente y máxima figura, Agustín Rossi, un pedido de la hinchada en el partido vs Estudiantes de La Plata, al cantar: “Rossi es de Boca y de Boca no se va”.
*Germán Petroselli es Periodista deportivo y es parte de la Red de colaboradores y colaboradoras de ARGmedios.