Finalmente, después de tantas idas y vueltas, Patricia Bullrich fue confirmada como la próxima ministra de Seguridad en el gobierno de Javier Milei.
Esa era la versión que había circulado y que posteriormente se puso en duda ante el silencio del presidente electo. De hecho, ayer se había especulado con que Bullrich termine ocupando la cartera de Trabajo, un cargo que ya conocía luego de haberse desempeñado en esa área durante el gobierno de De la Rúa.
Pero en la mañana de este viernes, la Oficina del Presidente Milei -la cuenta que plantea ser la comunicación oficial del gobierno que asumirá este 10 de diciembre- confirmó a la exministra de Macri en Seguridad.
“Agradezco al presidente electo @JMilei la oportunidad ofrecida para volver a servir a la patria como ministra de Seguridad. Me comprometí con cada uno de ustedes a lograr el cambio profundo que nos demanda la sociedad y daré esa batalla desde el lugar que hoy me toca”, dice parte del tuit que escribió la ex candidata a presidenta y rival de Milei.
“El cambio verdadero es posible si la ley se aplica en cada rincón del país, de forma pareja para todos y sin privilegios. Argentina necesita orden. Seremos implacables contra el crimen y daremos una lucha sin cuartel contra el narcotráfico. Es simple: el que las hace, las paga”, cerró Bullrich.
— Oficina del Presidente Javier Milei (@OPEArg) December 1, 2023
Una ministra que reprimió sin miedo
Ese fue el cargo que ocupó entre 2015 y 2019 bajo la administración macrista, mostrando un perfil duro y anti protesta social, lo que le llevó a ordenar represiones con diferentes fuerzas de Seguridad, algunas de ellas con graves heridos y fallecidos, como ocurrió con Santiago Maldonado y el asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel.
En el caso de Maldonado, la sociedad se mantuvo altamente conmovida durante varias semanas, luego de que el joven tatuador desapareciera tras una represión ilegal de Gendarmería. Finalmente su cuerpo fue hallado extrañamente en el mismo lugar que se había rastrillado en al menos tres ocasiones.
Todavía no se sabe si el ofrecimiento hacia Bullrich fue una negociación de parte de Mauricio Macri o bien una conversación entre el ala mileista y la actual presidenta del PRO. De ser la segunda opción, denota que habrá algún cortocircuito con el expresidente.
A esto hay que sumarle el capítulo de que la futura vicepresidenta Victoria Villarruel, tenía altas pretensiones de poder dominar áreas que tengan que ver con Seguridad. La llegada de Bullrich generará un posible primer conflicto entre ambas.
Lo cierto es que, de esta manera, Bullrich volverá a un rol principal en la política. Para hacerlo, tuvo que abrazarse a Milei pese a haber sido una ferviente crítica del libertario, en el marco de la campaña electoral. De hecho, la propia Bullrich lo denunció penalmente por calumnias e injurias, luego de que el ahora presidente electo la haya calificado de “montonera pone bombas”.
Pese a todas esas contradicciones, los movimientos de la exministra la terminan posicionando en un lugar de poder.
La gran pregunta es: ¿Cómo manejará el conflicto social en las calles en el marco de un gobierno que antes de asumir ya aclara que habrá un fuerte ajuste, desempleo e inflación?