Como sucedió con el golpe en Bolivia, la OEA acelera la desestabilización contra Venezuela 

El titular Luis Almagro pidió la detención del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la Corte Penal Internacional. En 2019, el mismo organismo aseguró que en Bolivia se había cometido fraude electoral y tras el golpe de Estado contra Evo Morales, el informe de la OEA fue desmentido por siete informes internacionales, que decían lo contrario.

La Organización de Estados Americanos (OEA), lejos de buscar claridad respecto a los resultados de las elecciones en Venezuela, acelera un proceso de desestabilización y violencia, a partir de las últimas declaraciones de su titular, Luis Almagro. 

Luego de afirmar que en las últimas elecciones del pasado domingo 28 de julio “se había cometido fraude”, ahora Almagro y la OEA en su conjunto solicitarán a la Corte Penal Internacional, imputar al presidente Nicolás Maduro y pedir su detención. 

 Maduro prometió un baño de sangre, y nos indignó oírlo y más nos indigna ahora que lo está haciendo”, expresó en su última conferencia de prensa, acelerando lo que el gobierno de Venezuela denuncia como “un golpe de Estado en curso”. 

Lo llamativo es que la OEA no envió veedores internacionales para ser parte de la auditoría de las elecciones de Venezuela y a pocas horas de que la oposición en ese país denunciara “fraude”, la organización lo dio por hecho y posteriormente profundizó declaraciones en contra del gobierno chavista. 

“Es el momento de presentar cargos de imputación y orden de captura por parte de la Corte Penal Internacional contra los principales responsables, incluido Maduro. Es hora de la justicia. Nosotros vamos a solicitar la imputación de esos cargos. Por un hemisferio libre de crímenes de lesa humanidad. Mis palabras en el Consejo Permanente sobre los resultados del proceso electoral en Venezuela”, manifestó Almagro. 

Además, también es llamativo la resolución que tomó el titular de la OEA, luego de que en la última asamblea que trató precisamente la situación en Brasil, dos países claves como Brasil y Colombia se abstuvieran de determinar que en Venezuela se había cometido fraude electoral. 

De hecho, el presidente de Brasil, Lula Da Silva, aseguró que el proceso de votación “fue tranquilo y normal”, pero solicitó que el gobierno de Nicolás Maduro acelere la entrega de las actas. Algo que legalmente en Venezuela se tiene que dar en un plazo máximo de 30 días, pero que por la presión internacional se intentará hacer en mucho menos tiempo.

Vale aclarar que en la mayoría inmensa de los países del mundo, la auditoría de toda la elección, así como la entrega de las famosas “actas”, se da en cuestión de semanas o meses, como sucedió en la última elección de los Estados Unidos. 

A todo esto, el gobierno de Maduro denunció dos ataques e intentos de hackeos de su base de datos electoral, algo que la OEA no mencionó y pasó por alto constantemente. 

En la última votación respecto a sancionar a Venezuela, se consiguieron 17 votos a favor, cero en contra, 11 abstenciones y cinco ausencias, con lo que no se alcanzaron los votos necesarios para emitir la resolución.

Hay que recordar que la OEA también fue un actor clave en la desestabilización final que permitió al golpe de Estado en Bolivia, contra el expresidente Evo Morales. El organismo había dicho que en esa última elección que reeligió a Morales se había cometido fraude, pero tras el golpe, siete informes internacionales de prestigio señalaron lo contrario y dejaron expuesto al informe de la Organización que lidera Almagro.