“Esta es la discusión que están esperando millones de argentinos y no las boludeces que se dicen todos los días en los medios de comunicación. Boludeces. Y perdonen la expresión”.
Esa fue una de las frases que más sintetizó el discurso de Cristina Fernández, ayer en la Plaza de Mayo. Casualmente cargada de argentinidad y expresada con cierta bronca.
Pero ¿Por qué? Porque la vicepresidenta la utilizó para cerrar las cuatro propuestas que tiene para el Frente de Todos, tanto en la campaña como en un futuro gobierno, en caso de ganar las elecciones.
De esta forma, se cerró lo que Cristina había comenzado cuando anunció que no sería candidata. Su lugar ahora será otro, pero fundamental: renovar una doctrina para el peronismo.
Una doctrina que no es solamente para la dirigencia política, sino también (y fundamentalmente) para el pueblo.
“También tenemos que saber que es necesario construir organización, profundidad territorial de la organización, profundidad sectorial en los sindicatos, en las fábricas. Una sola persona no puede. Tiene que haber una organización. Tiene que haber cuadros que tomen la posta y lleven adelante el programa de gobierno que necesita la Argentina”, manifestó al respecto, la expresidenta.
En esa línea, también convocó a que “cada uno y cada una en su lugar de estudio, en el trabajo, en la calle, en el bondi o en el subte o en la bici, cuente y permita que este entramado de desinformación en cuanto a los verdaderos responsables de la situación que vive la Argentina”.
Es decir, le habló directamente a la gente. Pero para quienes se fueron ayer de la Plaza con un sinsabor por no haberse avanzado con un posible candidato para las futuras elecciones, Cristina -quizás- dejó mucho más que un apoyo hacia un dirigente en especial: marcó un rumbo de cuatro ejes para reconstruir el país y también para elevar la calidad política en Argentina.
La vicepresidenta propuso cuatro ejes de un programa: rediscutir el acuerdo con el FMI, avanzar hacia una alianza entre lo público y lo privado en relación a recursos estratégicos, plantear una renovación del pacto democrático y una reforma judicial.
Rediscutir el acuerdo con el FMI
“Si nosotros, los argentinos y argentinas no logramos que ese programa que el Fondo Monetario impone a todos sus deudores, sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, de industrialización, de innovación tecnológica, va a ser imposible pagarlo por más que digan lo que digan. Cuando Néstor decía: “los muertos no pagan las deudas”, decíamos eso. ¿Se creen que van a poder pagarlo únicamente con commodities? No, olvídense de eso porque además, finalmente los commodities las terminan también regulando los flujos financieros y siempre te acomodan para que sigas debiendo. Es imprescindible entonces unidad nacional frente a eso.
Fue un préstamo político y la política también tiene que ser la solución. En todo caso que lo aten a un porcentaje de exportaciones pero, que dejen de querer dirigir la política y clausurarnos la industrialización del país y convertirnos únicamente en proveedores de materia prima. Somos 46 millones. No alcanza únicamente con la materia prima, tenemos que agregar valor, incorporarle tecnología para que haya trabajo de calidad y buenos salarios que es lo que el país necesita. Y se puede hacer porque nosotros lo hicimos durante 12 años y medio”.
Alianza entre lo público y privado sobre recursos estratégicos
“Tenemos que abrir la cabeza y mirar lo que les decía hace un rato, como en otras economías desarrolladas se articula una alianza entre lo público y lo privado. Tenemos recursos estratégicos extraordinarios gracias a los kukas también recuperamos Vaca Muerta. Recuperación kuka. Litio, materiales raros. Debemos tener mirada estratégica, que vengan a explotarlo pero, queremos… no digo que los autos los hagan acá eléctricos pero, por lo menos hermano, una parte de la batería o la batería entera hacela acá si te la estás llevando toda. Y cuando escucho a algunos dirigentes, a los cuales respeto porque son dirigentes votados por su pueblo, ponerse contentos porque en Bolivia y en Chile han sacado legislaciones que cuidan el litio. Y se ponen contentos porque dicen: “ah, bueno, porque les ponen muchas exigencias allá, se van a venir todos para acá”. Pero qué vocación de colonia, hermano. Qué vocación de volver a ser Potosí. Ponete en la cabeza ser Malasia, ser Corea pero, no volver a ser Potosí por favor”.
Renovación del pacto democrático
“Es necesario la renovación del pacto democrático. En una plaza como ésta, yo no estaba porque estaba en Santa Cruz, en Río Gallegos allá por el 30 de octubre del 83. Pero en una plaza como ésta, desde los balcones de aquel cabildo, un argentino que no era de mi partido había ganado las elecciones afirmando ser la vida y la paz. Junto a miles y miles de jóvenes como ustedes que, horrorizados por la tragedia de la dictadura, reclamaban un país diferente donde los que no piensan igual no son enemigos sino solo son adversarios. Donde quedaba erradicado y prohibido quitarle la vida al que no pensaba igual. Eso fue también en esta Plaza de Mayo. Hay que volver a renovar ese pacto. Cuando escucho y dicen: hay que acabar con el peronismo o el kirchnerismo. Por favor, si con ganarle alcanza. ¿Por qué tenemos que llegar al exterminio del otro? Y se los digo como parte de una generación que, finalmente, fue devorada en la vorágine de la violencia política. Con hijos y familiares que ni siquiera tienen el derecho de ir a llorar a sus seres queridos a una tumba. En nombre de todos ellas y de todas ellas no puede haber ningún argentino o argentina de bien que no se oponga a esas prácticas horribles”.
Reforma judicial
“Quiero decirles también finalmente que es necesaria una renovación de ese pacto democrático. Volver a darle al país un Poder Judicial que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia de la Argentina. Miren: cuando Néstor llegó al Gobierno lo amenazaron con la dolarización, me acuerdo el presidente de la entonces Corte Suprema de Justicia. Debo decir, es increíble pero, si me hubieran dicho que yo iba a decir esto en algún momento lo hubiera enojado enfáticamente, no lo habría admitido. Pero créanme que aquella Corte a la que Néstor pidió formalmente se le hiciera juicio político, al lado de este mamarracho que tenemos hoy, verdadero mamarracho, indigno. Nunca se escucharon y se dijeron las cosas, nunca se escuchó de ningún miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación las cosas que se saben y que nos enteramos todos los días. Por favor. No importa si es un jurista de una u otra orientación pero, por favor, los argentinos se merecen volver a tener una Corte Suprema de Justicia que sea llamada como tal sin ponerse colorado. Por favor se los pido a todos los partidos políticos de la República Argentina. Es la imagen del país también.
Créanme que con todos los defectos, con todos los errores, equivocaciones, yerros que pueden tener quienes forman parte de un Poder Ejecutivo, de un Poder Legislativo en sus distintos partidos políticos, vertientes ideológicas… La sociedad frente a estos dos poderes siempre tiene una garantía, una garantía inamovible, la del voto. Porque si no te gustan esos legisladores, no te gusta ese Presidente o aquel Ministro, tenés en tus manos el voto cada dos años para el Poder Legislativo y cada cuatro para un Poder Ejecutivo. Tenemos que repensar el diseño institucional, argentinos. No podemos seguir con la rémora monárquica de personas que son designadas de por vida y que nunca más rinden cuentas a nadie ni a nada. No se saben sus declaraciones juradas, no se sabe dónde viven, no se sabe qué tienen. Eso no es de República, eso no es de democracia, pónganle el nombre que quieran. (…) Es hora de que las instituciones de la República Argentina no estén para cuidar los intereses de las corporaciones y los poderosos sino la de todos los argentinos y las argentinas”.