La semana pasada se conocieron los números de la inflación de enero que aumentó un 6%, consolidando una tendencia ascendente. El dato golpeó la estrategia antiinflacionaria del gobierno y la cartera de Economía. La promesa de alcanzar para abril un índice del orden del 3% parece quedar atrás.
A los pocos días se conoció la valoración mensual de la canasta básica alimentaria que subió un 7,2%, registrando un 109% en términos interanuales. Tomando como referencia la canasta básica total, una familia promedio de cuatro integrantes necesitó 163.539 pesos para no ser pobre, cifra superior al Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM), y más aun a un Salario Social Complementario (ingreso percibido a partir de las tareas realizadas en el marco del programa Potenciar Trabajo).
Los alimentos constituyen una parte importante en la cotidianeidad de los sectores populares argentinos, pero no implica toda su realidad. También está la infraestructura de sus barrios, el estado de los establecimientos públicos (escuelas, salas de salud, espacios recreativos), el acceso a servicios básicos (luz, agua y gas) y la ampliación de derechos laborales/previsionales. Estos son solo otros aspectos destacables, pero si los sumamos todos podemos afirmar que las condiciones de vida para gran parte de la clase trabajadora argentina va del estancamiento a la pauperización.
Dentro de la clase trabajadora argentina, el sector de la economía popular es quien más sufre los avatares de la política económica que afirma crecimiento y ordenamiento macroeconómico sin poder ver el impacto de esos balances en el bolsillo y el humor de gran parte de la sociedad. Ante esta situación, las organizaciones sociales enfrentan un 2023 incierto y cruzado por la dinámica electoral.
Como representaciones gremiales de los sectores más excluidos de la población coinciden en diagnósticos pero no en plan de acciones conjuntas, que incluso en muchos casos se contradicen y enfrentan. La arena de la contienda política, los marcos de alianzas y las pretensiones institucionales también mueven el tablero de la dinámica callejera y marcan el ritmo de las acciones, las no acciones, las denuncias públicas y las movilizaciones.
El dilema al interior de la UTEP
Uno de los dos grandes bloques que integran la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) lo encabeza el Movimiento Evita. Con Emilio Pérsico, uno de sus principales dirigentes, liderando la Secretaria de Economía Social en Desarrollo Social, la organización habita con autonomía relativa el ala “albertista” Frente de Todos (FdT) y ocupa lugares institucionales que entiende importantes a la hora de desarrollar un programa para los más excluidos.
La organización se activa en modo elecciones y entiende que es por ahí donde pueden entrar la mayor parte de los planteos y negociaciones necesarias para su programa. Este viernes realizaran la primera presentación pública de La Patria de los Comunes, el nuevo partido político que encabezarán el Movimiento Evita, Barrios de Pie y más organizaciones. El mismo Emilio Pérsico y Daniel Menéndez serán los principales oradores de la jornada.
En dialogo con ARG MEDIOS, el Secretario Gremial de la UTEP, Gildo Onorato manifestó: “Pensamos el lanzamiento como una instancia de participación política de los movimientos sociales, tenemos como objetivo definir un programa productivo, económico y social, y dejar expresando con claridad que país queremos para integrarnos al siglo 21 y al mundo con trabajo y dignidad para las mayorías populares”.
Un de las principales apuestas está ni más ni menos que en el partido de La Matanza, donde impulsan la candidatura de Patricia “Colo” Cubría.
Sobre las posibilidades de éxito en la arena electoral aclaró: “Es un desafío para los movimientos populares no solamente impulsar estrategias de desarrollo político-electoral. Existe un enorme vacío de nuestra democracia que está desprestigiada, con una ausencia de representatividad enorme. Tenemos que plantear una propuesta desde los sectores populares para aportar volumen electoral en aquellos lugares donde los sectores tradicionales del Frente de Todos han perdido prestigio, representación y territorialidad”.
Desde el otro bloque que compone la UTEP, integrado por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) conducido por Juan Grabois, el Movimiento Popular Nuestramérica y el Frente Popular Darío Santillán, se separan de la disputa electoral y plantean duras críticas a la situación económica.
Por su parte, la Secretaría Adjunta de la UTEP, Dina Sánchez, se manifestó sobre los balances de fin de año: “No finalizamos bien el 2022. Un fin de año con recortes, con compañeros y compañeras que no cobraron en tiempo y forma. El 2023 no lo arrancamos bien tampoco. En febrero, por diferentes motivos muchos compañeros que hicieron la validación de datos que se exigía, aun así no cobraron. Si estos compañeros para el mes que viene no cobran tendremos que evaluar acciones como UTEP”.
“También nos convoca la reglamentación del Potenciar Trabajo, para que no se cuestione y suspenda a compañeros y compañeras que tiene ingresos por fuera de su Salario Social Complementario. Sabemos que hay muchos que del cartonero, la construcción o la venta ambulante percibe otros ingresos. Hay un ensañamiento muy fuerte con nuestro sector y mucha estigmatización”, agregó Sánchez en diálogo con este medio.
Las organizaciones que componen el bloque integran también el Frente Patria Grande que cuenta con 3 diputados nacionales y 2 legisladoras locales (CABA y PBA). Dentro del Frente impulsan la candidatura presidencial de Juan Grabois a menos que se presente alguna figura que represente el cuadrante que integran junto al kirchnerismo orgánico a CFK. Sin embargo, separan los tiempos de la política electoral de los de la actividad gremial que entienden necesariamente más radicalizada.
Por fuera de la esfera del FdT, el bloque de la Unidad Piquetera encabezado por el Polo Obrero comenzó el año con fuertes acciones directas. Estas acciones no están exentas de la disputa electoral, ya que el Polo Obrero integra el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT). Pero la masividad de las movilizaciones responde claramente a una necesidad latente de miles de habitantes de percibir un ingreso básico para poder garantizar un plato de comida.
“Estamos encarando el año con todo, con acciones en todo el país, con un plenario piquetero nacional que va a incluir la elección de delegados. Vamos a un año muy difícil porque el gobierno profundiza un ajuste que vamos a resistir en las calles” comentó el líder del Polo Obrero, Eduardo Billiboni, en dialogo con ARG Medios.
“Nuestra principal demanda es el trabajo genuino, es decir la apertura de fuentes de trabajo. Por otro lado, mientras eso no ocurra, planteamos la universalización de los programas sociales y su aumento. Otro tema central es la comida en comedores, cuya logística y distribución es un desastre”, agregó el referente piquetero. Semanas atrás el Belliboni responsabilizó a Pérsico y a Grabois por los recortes en programas sociales en pos de redistribuir esos ingresos a sus cooperativas.
Será sin dudas un año signado por lo tiempos electorales donde las organizaciones serán una válvula de contención o impulso de una inestabilidad social que continua ahí como una olla de presión.