A causa de su internación, Milagro Sala vuelve a estar en la escena política. El presidente Alberto Fernández fue a visitarla y cuestionó a la Corte Suprema, dando a entender la persecución a la dirigenta social más importante en la historia de Jujuy. Un gesto que para algunos alcanza y para otros no.
El presidente hizo un recorrido por su trayectoria política y las “causas” que terminaron con su detención. “Voy a visitar a Milagro, injustamente detenida, enferma, para acompañarla como lo hice siempre”, expresó Fernández y agregó que su situación “es algo que no debería ocurrir y que está afectando no solo la libertad de una persona sino su salud”. “En un Estado de derecho la Justicia debe funcionar de un modo diferente a como yo siento que funciona en Jujuy”, cerró.
Milagro Sala ya lleva seis años detenida, pero durante todo este tiempo jamás contó con una condena firme ratificada por la Corte Suprema. Si bien la referenta fue centralidad pública durante el macrismo, a causa de una constante persecución mediática, ya era famosa en su tierra desde fines de los 90´ por su trayectoria política infinita, y el Movimiento que lideró considerado uno de los más importantes en Latinoamérica.
¿Cómo llega Sala a esa situación? Seguidilla de causas judiciales desde el gobierno provincial de Gerardo Morales, uno de los hombres fuertes del Radicalismo conservador, que presionó para que la dirigente social terminara detenida el 16 de enero de 2016. Mientras la Corte sigue sin dictar su competencia, Sala espera con arresto domiciliario ¿Qué representa Sala que resulta una amenaza al Gobernador jujeño? Un breve recorrido por su vida, que no es más que la historia de su organización.
Quiero volver a manifestar mi compromiso con Milagro Sala.
Desde siempre he planteado lo indebido de su detención y lo irregular del proceso. Milagro ha sido perseguida, hace 7 años que está privada de su libertad y tanto su salud como la de su marido se han deteriorado mucho. pic.twitter.com/Hbg7OLu6qr
— Alberto Fernández (@alferdez) June 29, 2022
La Tupac Amaru y la histeria en las clases altas
Sala lidera la Tupac Amaru, una organización barrial que empezó con copas de leche en los barrios populares de San Salvador y terminó sumando en sus columnas a 200.000 aspirantes en todo el país. En solo 10 años de trayectoria, la orga construyó 8000 viviendas y gestionó 5000 puestos de trabajo en la provincia, construyó un partido político propio y se volvió el tercer actor más importante de Jujuy, luego del Gobierno y el ingenio Ledesma.
La Tupac es una de las tantas organizaciones que nació a fines de los 90´, al calor de las resistencias piqueteras y los movimientos de desocupados. Como tantos otros, sus principales reclamos estaban puestos en el acceso a la tierra, el alimento y el trabajo, alineados políticamente bajo el esquema de organizaciones más combativas como la CCC o Barrios de Pie. Durante el gobierno de Duhalde, la organización sostuvo en los barrios la difícil situación que sufría el país, por ese entonces territorio de las organizaciones con más alcance en la provincia.
A partir del 2004, y bajo un proceso paulatino, la organización -como tantas otras- fue “invitada” a participar de la política, específicamente del Programa Federal de Emergencia Habitacional, que tenía como pata al “Jefes y Jefas de Hogar”, el exitoso programa creado durante la gestión de Néstor Kirchner, que posteriormente se convirtió en “Argentina Trabaja”.
Tenía como objetivo la organización de sus beneficiarios en cooperativas de trabajo para la construcción de viviendas, solucionando así dos aristas: emergencia habitacional y laboral.
El crecimiento de la Tupac se dio de forma descentralizada, extendiéndose en 16 provincias y expandiéndose de la Capital a localidades del interior de Jujuy como La Quiaca, Humahuaca, Tilcara-Maimará, Volcán, Calilegua, Libertador General San Martín, Chalicán, Lote Parapetí, San Pedro, Perico, El Carmen, Monterrico y Palpalá.
Durante la gestión Kirchnerista, la estrategia política que adoptó el Movimiento pasó a ser más desde “adentro” que desde “afuera”, y sus articulaciones pasaron a ser con gremios más “orgánicos” como la CTA y ATE. La Tupac ya no sólo construía viviendas, sino que había desplegado un equipamiento comunitario y una red de servicios sociales, educativos y sanitarios.
Pese a todo, Milagro Sala dejó en claro varias veces que no le interesaba candidatearse. Sin embargo La Tupac entendió que el instrumento electoral era importante para disputar espacios, por lo que intentaron incorporarse a esquemas ya consolidados como el PJ o posteriormente el FPV. Ambos les cerraron las puertas, aún con el visto bueno de Néstor y Cristina.
Según Sala, el FPV de Jujuy “era diferente al de la provincia de Buenos Aires. Están más preocupados por cumplir con los grandes empresarios”. Su última opción fue crear su propio partido político: Partido por la Soberanía Popular (PSP), en 2012.
Luego de presentarse en las legislativas del 2013, La Tupac metió algunas bancas en la provincia y en municipios. Los resultados convirtieron al partido en el segundo más fuerte de Jujuy, dejando atrás al PJ histórico. Como si fuera poco, en el 2015 Sala intentó instalarse como potencial candidata a Gobernadora de la Provincia de Jujuy, aún en situación de detención. A partir de ahí los ataques mediáticos se agravaron.
Su estrategia política de escasa autonomía fue una de las críticas que recibieron, tras haber construido fuertes vínculos con el Gobierno Nacional. El apoyo venía de arriba, pero cuando había que bajarlo localmente, los obstáculos eran varios. Con la llegada del macrismo no hubo más respiro, y una de las primeras cosas que hizo Macri al asumir la presidencia, fue cumplirle el capricho a Morales.
El infinito carpetazo
La primera intervención del gobernador jujeño fue mediante un decreto que suspendió los derechos de huelga, volviendo así un delito el acampe que estaba realizando la organización en la plaza principal de San Salvador. Eso la lleva a la primera detención, sin embargo posteriormente un Juez declaró su excarcelación. A partir de ahí, cayó sobre los hombros de Sala una nueva causa denominada “Pibes Villeros”, por “defraudación al Estado, extorsión y asociación ilícita”. Esa es la misma que descansa desde marzo de 2020 en los despachos de la Corte Suprema.
“En los seis años que Milagro Sala lleva presa ya atravesó seis juicios orales y públicos”, dijo su abogado Marcos Aldazabal. Entre el despliegue de causas que la acusan están: “Causa de los huevos” (2009), “Causas por el acampe” (2016), “Causa de las bombachas” (2014), “Causa balacera de Azopardo” (2007), “Causa Pibes Villeros” (2016), Causa Luca Arias” (2006), “Causa por amenazas en el penal de Alto Comedero” (2017), “Megacausa” (2016), “Causa por sustracción de expediente” (2009), “Causa por lavado de activos” (2017) y “Causa Campo Verde” (2021).
Algunas de estas quedaron sin efecto tras condenarla a prisión preventiva, como la “Megacausa”. Otras, según la Corte Suprema de Justicia de la Nación, deben volver a ser revisadas, como la causa “huevazos” y “Pibes Villeros”.
Si bien cada una tiene sus particularidades, hay un común denominador: no cuentan con “elementos legales para justificar su prisión preventiva”, dijo la ONU en 2016, quien además solicitó “al gobierno de la República Argentina liberarla de inmediato”. En esta misma línea de acciones internacionales, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos alberga una denuncia que hizo el CELS y el Andhes al Estado Argentino, por la “persecución política y judicial” de Sala.
Otro condimento que vuelve no solo incongruente sino ilegal la actual situación de la referente jujeña es su condición de parlamentaria del Mercosur, que cuenta con fueros que le impiden su detención. Por otro lado, la defensa de Sala denunció en ocasiones que sus derechos como imputada fueron violados, sin que ella haya podido conocer de qué hechos debía defenderse.
Presa política
El inmenso recorrido de una organización que ha salido de los márgenes de una de las provincias más desiguales del país, a estar sentada en las mismas mesas que quienes siempre tomaron las decisiones, es quizás la síntesis de esta historia.
Su protagonista, Milagro, hoy se encuentra con graves problemas de salud y gran depresión. Retomar esta discusión lleva otra vez a la polémica: a algunos el gesto de Fernández les resulta ejemplar. A otros no les alcanza. “La única solución que hay es el indulto y no es real que el Presidente no pueda hacerlo”, dijo el dirigente social Juan Grabois en declaraciones recientes.
A seis años de su detención, la causa de la protesta que dio origen a su actual situación, sigue abierta. Mientras tanto, la dirigenta política sigue desde su casa al hospital, esperando justicia.