El complejo agroexportador retiene 16 mil millones de dólares y presiona para una devaluación

Esta semana el dólar retomó la disparada y se amplió la brecha entre las cotizaciones del oficial y el blue. Entre otras causas, la explicación a este fenómeno se da por la especulación de una sector de la economía que tiene mucho stock de mercadería y experiencia en doblegar gobiernos.

Según el Monitor Agroindustrial que publica la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales, al cierre del mes de junio quedaban 34,9 millones de toneladas de granos de soja sin vender. Es decir, el 73% del volumen total disponible, lo que significa que el sector está especulando para forzar una devaluación o alguna política especial para liquidar con mejores beneficios. 

Si tenemos en cuenta el precio de 443 dólares por tonelada de soja para julio en la Bolsa de Comercio de Rosario, da como resultado alrededor de 15.500 millones de dólares. A esto hay que sumarle otros 1.310 millones de dólares por  7,2 millones de toneladas de maíz que tampoco se vendieron según el mismo informe de CIARA. La producción está acopiada en los silos bolsa o en los galpones de las cerealeras. 

El complejo agroexportador vendió granos en la misma magnitud que los primeros 6 meses del año pasado. Pero, teniendo en cuenta que las últimas tres temporadas fueron de sequía, estamos hablando de valores mucho más bajos de los esperados. En números concretos es un 42% por debajo de los valores del 2022 y un 34% de los valores del 2021.

En diálogo para ARG medios el Licenciado en Economía Marco Kofman, miembro del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) considera que “hay una especulación de las grandes cerealeras, porque está observando los acontecimientos del comercio exterior del cual son el principal actor”. 

“Los grandes jugadores están viendo que el gobierno no tiene mucho más cintura para estirar en el tiempo su manejo de la divisa”, agrega.

 Esta es una de las razones por la cual el miércoles 10 de julio, el dólar blue subió $10 y cotizó $1.450, anotando un nuevo récord nominal intradiario. La suba de los últimos días es marcada y abrupta. El dólar viene de escalar $55 la semana pasada y la brecha con el oficial se ubica en el 56,8%. 

Por otro carril el banco central tiene un proceso a la baja de menor acumulación de reservas de los últimos años y se suma un agravante más: el gobierno tiene que usar dólares para pagar importaciones que se están adeudando desde principios de año.

Kofman explica que con la disparada de los dólares paralelos, del aumento de la brecha, “la especulación rinde más que unos meses atrás”, por lo que las grandes cerealeras ven que el gobierno “está débil en el manejo de las exportaciones e importaciones”, entonces es allí donde apuntan la presión.  “Porque en este contexto es más esperable que las agroexportadoras no liquiden para forzar una devaluación o hasta que consigan alguna política diferencial como la que le otorgó el gobierno de Alberto Fernandez con el dólar soja”, explica y analiza el economista.

Este actor de la exportación de granos ve que no hay otro sector del comercio exterior que aporte dólares a la economía y el gobierno lo está necesitando con urgencia. La administración Milei está en problemas para conseguir divisas norteamericanas que la economía necesita para estabilizarse mínimamente en el mediano plazo.  Hay que tener en cuenta que en los próximos meses se aceleran las necesidades de dólares para atender el endeudamiento externo de la economía. Así como en el segundo semestre de este año hay vencimientos de capital y pagos de intereses aproximadamente por 10 mil millones de dólares y el año que viene hay que pagar alrededor de 20 mil millones de dólares. Entonces no solamente hay que atender el problema actual del sector externo, sino del problema de una año y medio hacia adelante.

Hay algo más que complica más el panorama, es que hay una lógica inaugurada en el gobierno de Macri, que no fue revertida por el gobierno de Alberto y ahora se está profundizando: los salarios están muy bajos, es decir perdieron poder de compra pero en contraposición las tasas de ganancias de los emporios empresariales son enormes. Esto en un contexto de enfriamiento de la economía con falta de consumo, la actividad económica se retrae y el resultado es algo que ya vimos,  es decir, una caída de la inversión, según indicaron los datos del INDEC. 

Salarios a la baja y ganancias empresariales muy altas

Para Marcos Kofman el sistema económico nacional tiene salarios muy bajos, ganancias exorbitantes de los grandes empresarios que es lo que muestran todos los balances que cerraron en el primer trimestre de este año. Pero el economista del MATE profundiza con más precisión: “La ganancia elevada no se destina a la inversión porque no hay crecimiento de la actividad económica esperada, entonces se destina a la acumulación de  las empresas, es decir que las empresas compran dólares a través de billetes en el mercado formal, informal o a través de bonos y de ese modo van dolarizando sus ganancias.”

Entonces estas ganancias crecientes presionaban mucho más sobre el tipo de cambio, agravando el problema de la restricción externa de la economía Argentina. Hoy el país no solo necesita los dólares para atender sus obligaciones externas de endeudamiento producidos por el gobierno de Macri, sino también necesita muchísimos dólares para atender esta demanda del sector privado que tiene excedentes enormes y los quiere dolarizar. Y esta demanda del sector interno de las grandes empresas va a  seguir creciendo generando un mayor problema. 

Lavih Abraham, también miembro del equipo de economistas de MATE, da una orientación de lo que puede llegar a ocurrir: “El gobierno efectivamente quiere levantar el cepo, pero eso es una declamación. No tiene forma real de hacerlo en este momento”, dice, en diálogo con ARG MEDIOS. 

“Lo que sí me parece que salió de agenda es la dolarización. Sobre todo, y acá te voy a dar una opinión, porque el principal objetivo del gobierno es bajar la inflación. Eso es lo que le da legitimidad ante sus votantes. La dolarización es una herramienta para la estabilización y la baja de la inflación. Si lo logra sin necesidad de abolir el peso argentino entonces no lo va a hacer nunca”, sostiene.  

La solución no es solamente una cuestión de aumentar las exportaciones o de conseguir un préstamos de dólares que puede llegar a ser temporario. Puede que esto suceda y la economía Argentina consiga un equilibrio momentáneo por ejemplo  con una devaluación y que liquiden los granos las exportadoras. Pero la deuda argentina es muy grande y la política económica exterior es muy dependiente de los países centrales o de las potencias emergentes.  En mayo el Fondo Monetario Internacional envió fondos que habían quedado suspendidos por elecciones al gobierno de Alberto.

Pero las gestiones del ministro Caputo para conseguir financiamiento fracasaron  porque es muy difícil  para el FMI darle más crédito a la Argentina por ser un deudor casi incobrable. Nunca en la historia del organismo internacional hubo un país con ese nivel de deuda y este requisito excede a toda posibilidad de repago y financiamiento. Entonces el FMI tiene un problema político muy grande para volver a prestarle al gobierno Argentino. 

La incertidumbre es total para la economía Argentina las agroexportadoras retienen la cosecha por un lado y por el otro la deuda por importaciones desde que asumió Milei acumuló U$S 11.096 millones, y para empeorar el cuadro de situación los préstamos internacionales o las inversiones no tienen expectativas para desarrollarse además de la demanda de las empresas argentinas para dolarizar sus ganancias.  Lo que significa que estamos ante un momento de crisis, o peor aún, estamos en un callejón sin salida.