El Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (Sutna), que lidera Alejandro Crespo, lleva cinco meses reclamando aumentos salariales a las empresas FATE, Bridgestone y Pirelli. Ese conflicto fue escalando hasta que esta semana empresas de otros sectores de la industria automotriz empezaron a alertar por la faltante de insumos neumáticos para continuar con la cadena de producción.
En el periodo 2021-2022, se había acordado un porcentaje a marzo, mes en el cual las partes se reunirían de nuevo a discutir la revisión por los meses de abril, mayo y junio de 2022. El reclamo del sindicato fue la recomposición salarial correspondiente a ese periodo, y el establecimiento de un punto de convenio que asegure el pago al 200% de las horas trabajadas durante los fines de semana. La última oferta de las empresas fue un aumento del 66% por ese periodo, rechazando el reclamo por las horas extras.
Las partes se volverán a reunir las próximas horas para intentar destrabar el conflicto. El gobierno nacional mira con atención este conflicto en una semana en la que el INDEC publicó los números de pobreza e indigencia del año: la pobreza del país ronda el 36,5% y la indigencia el 8,8%. El dato fue resaltado por la propia vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien expresó que “es necesaria una política de intervención más precisa y efectiva en el sector” y, al mismo tiempo, “diseñar un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia”.
Según informó el diario Página12 el presidente Alberto Fernández se comunicó con Javier Madanes Quintanilla, el dueño de FATE (la única firma nacional de las tres que producen neumáticos) para consultarle por el estado del conflicto; al tiempo que el ministro de economía Sergio Massa, expresó que analizan abrir las importaciones en caso de que el conflicto persista. El argumento del ministro es que “hay 150000 puestos de trabajo en riesgo” y miles de dólares que se están perdiendo por la medida de fuerza, un “lujo que la Argentina no puede darse”.
Las internas en el movimiento obrero
En este contexto, la cúpula de la CGT se reunió con el presidente, entre otras cosas, para negociar un bono para trabajadores para fin de año, excluyendo de dicha reunión a Pablo Moyano, dirigente de camioneros y hombre fuerte del gremio, quien no se tomó nada bien la exclusión.
Durante varias horas circuló la versión de que Moyano abandonaría la central obrera, cosa que finalmente no ocurrió. Pero las tensiones dentro de las cúpulas de la CGT (que no eran nuevas) quedaron expuestas y están vinculadas de algún modo con el conflicto neumático.
Es que en las cúpulas de la central obrera, el sector que representan Héctor Daer y Carlos Acuña está a favor de mantener la paritaria como única herramienta para paliar el poder adquisitivo de los asalariados en este alto contexto inflacionario. Moyano, junto con otras líneas del sindicalismo como las CTA, vienen bregando por la necesidad de un aumento de suma fija para todos los sectores además de mantener la paritaria. De esa forma se reactivaría fuertemente el consumo y por inercia, “también el sector informal despegaría un poco”, argumentan.
Por ahora, el conflicto social se acelera, pero también el gremial, a partir del conflicto con los trabajadores del neumático. Un escenario que agiliza los debates en esta central obrera escurridiza a mostrarse en las calles.