El conflicto interno que se abrió en Taiwán tras la visita de Pelosi 

La República Popular de China continúa con los ejercicios militares en el estrecho de Taiwán. Mientras tanto, al interior de la isla se discute cómo seguir después de Pelosi. 

El ejército taiwanés también hizo lo propio: realizarán ejercicios de artillería con fuego real en el condado de Pingtung.

El Ejército Popular de Liberación chino continuó esta semana con los ejercicios con aviones y buques de guerra alrededor de Taiwán. Según el canal de noticias CGTN, afirmaron que estos ejercicios además de ser rutinarios, también son una severa advertencia a las fuerzas extranjeras que pretenden infringir la soberanía china.

“Es el despliegue logístico eficaz que garantiza la supremacía del EPL. Tengo la mirada puesta en el campo de batalla y estoy listo para ejecutar tareas de apoyo en esta misión. A la llegada de los jets de combate, terminamos con rapidez el reabastecimiento de combustible en vuelo y de la forma normativa. La misión pone de manifiesto nuestra función como fuerza aérea multiplicadora”, manifestó Yang Minghui, Jefe de Escuadrón de la Fuerza Aérea del Teatro de Operaciones Oriental del EPL.

El ejército taiwanés también hizo lo propio: la agencia central de noticias oficial informó que durante esta semana realizarán ejercicios de artillería con fuego real en el condado de Pingtung —al sur de la isla—, para probar la preparación para el combate, en respuesta a los ejercicios militares chinos con fuego real que rodean a Taiwán.

Esta escalada del conflicto histórico se dio luego de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, lo que China consideró una provocación y a la que respondió con el anuncio de cuatro días de ejercicios militares desde la semana pasada.

“Taiwán debería conservar su subjetividad. Podemos entablar amistad con Japón y Estados Unidos, pero no necesitamos volvernos hostiles con China.”

Después de Pelosi

Hacia adentro de Taiwán la respuesta a la visita no fue unánime. La relación entre Beijing y Taipei es más estrecha y compleja de lo que se puede analizar en Occidente. Un ejemplo de esto es la recepción a Pelosi por parte de la población de la isla: en la capital taiwanesa se realizaron dos movilizaciones en simultáneo, una de bienvenida y otra de rechazo. Algo así es lo que ocurre en la política y la población de Taiwán al respecto. 

El mismo alcalde de Taipéi, Ko Wen-je, lo demostró luego de darle la bienvenida a Nancy Pelosi a través de un mensaje en su cuenta de twitter. Por otro lado, advirtió que “Taiwán debería conservar su subjetividad. Podemos entablar amistad con Japón y Estados Unidos, pero no necesitamos volvernos hostiles con China. Taiwán puede beneficiarse de ambos lados y no estar en un dilema”, sostuvo Ko. 

Otro de los elementos para destacar de la reacción del pueblo taiwanés es la encuesta publicada ayer por la Foundation for the People, del partido Kuomintang en referencia a la visita de Pelosi: el 45,1% de las personas encuestadas dijo que causó más daño que un beneficio, mientras que el 27,4% dijo lo contrario y el 22,9% pensó que tenía pros y contras.

Por otro lado, cuando se les preguntó sobre su postura sobre las relaciones entre China y Taiwán, el 7,7% de los encuestados se mostró pro-unificador, el 65,3% prefirió el “status quo” y el 23,1% se mostró partidario de la independencia.

Si bien una sola encuesta no es representativa, demuestra que el debate sobre si es un acierto o no la visita de Pelosi a la isla, está latente en la población y que la relación con China tiene demasiadas complejidades como para que el conflicto escale.