Desde que Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela ganando las elecciones de 1998, la oposición no caminó precisamente por las sendas de la democracia. Si bien el chavismo se fue consolidando como un movimiento de masas que también utilizó toda la fuerza del Estado y las Fuerzas Armadas para sostenerse de los embates, la derecha venezolana -siempre planificada y financiada por los Estados Unidos– emprendió una serie de intentos de golpes de Estado y desestabilizaciones, que siempre terminaron en violencia y muertos.
Para comprender qué es lo que está pasando actualmente en Venezuela, no solo se tiene que indagar en la validez de los resultados del pasado domingo 28, donde el Consejo Nacional Electoral (integrado por el oficialismo y la oposición) dio por ganador a Nicolás Maduro. También hay que recordar que las protestas y denuncias de supuestos fraudes, no son nuevos en el país y generalmente han desatado “guarimbas” (piquetes) en las calles, con escalada de violencia y hasta fallecidos.
Golpe de Estado del 2002
En abril de ese año, un sector del ejército dio un golpe de Estado y secuestró al presidente constitucional, Hugo Chávez. El propio expresidente aseguró que la orden era asesinarlo.
El golpe no solo fue dado por parte de las Fuerzas Armadas, si no que fue principalmente fogoneado por los medios de comunicación, que alentaron a una manifestación frente al Palacio de Gobierno. Varias personas recibieron disparos por francotiradores desde uno de los puentes céntricos. Posteriormente se descubriría que los propios perpetradores del golpe de Estado habían sido los que habían disparado contra la gente, para hacerlo pasar por una represión.
Gracias al apoyo del pueblo y otro sector real del ejército, Chávez recuperó su mando y el chavismo se consolidó.
Guarimbas del 2004
Las protestas de este año fueron las primeras que terminaron en guarimbas violentas en diferentes puntos del país. Las manifestaciones que comenzaron el 27 de febrero de ese año se dieron contra las medidas del Consejo Nacional Electoral, que había denegado un referéndum revocatorio presidencial para ese año. Sin embargo, algunas de las guarimbas terminaron en destrozos y disparos con armas de fuego. Según fuentes oficiales, durante las protestas, 9 personas fueron asesinadas.
Guarimbas 2014
La estabilidad de la revolución bolivariana continuaría, hasta que 10 años después la derecha del país encabezó uno de los procesos de desestabilización más grandes en la historia. Ocurrió, no casualmente, a meses del fallecimiento de Hugo Chávez.
El gobierno de Nicolás Maduro llevaba meses y la situación económica estaba realmente complicada, con una de las inflaciones más altas del mundo y un desgaste social por la inseguridad, que se cobraba la vida de muchos venezolanos cada año. Ese clima de inestabilidad reunió a muchas personas en las calles, pero fue capitalizada por los dirigentes de la oposición, principalmente por Antonio Ledezma, María Corina Machado -hoy resurgida como líder de la derecha del país– y Leopoldo López. Este último, indicado como principal responsable político de la muerte de más de 43 personas y casi 500 heridos.
Si bien la investigación por las muertes todavía no se han establecido con claridad, muchos casos ocurrieron en guarimbas protagonizadas por la derecha y en donde no había presencia de las fuerzas de Seguridad. También, muchos de los fallecidos eran militantes chavistas. Ese método se repetiría tres años después, ocasionando más violencia y muertos en las calles.
Guarimbas 2016- 2017
En 2016, las protestas se enfocaron principalmente en torno a las elecciones parlamentarias del año anterior. Sin embargo, tras la intervención del Vaticano y el diálogo con la oposición, las manifestaciones y tensión en las calles se disiparon.
Al año siguiente, la crisis política y social estalló nuevamente. Siempre de la mano de dirigentes de la oposición, quienes rara vez aceptaron canales de diálogos con el gobierno de Maduro.
En abril de ese año, las protestas se concentraron para exigir la destitución de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, quienes -según la oposición- habían dado un “autogolpe” al anular las atribuciones de la Asamblea Nacional. Pese a que estas sentencias fueron corregidas, la oposición continuó agitando las calles sin tener ya en claro los motivos. Las guarimbas no tenían un por qué puntual. Según los reportes oficiales, durante estas manifestaciones violentas de la derecha venezolana se dieron “ataques a la Policía y la Guardia Nacional Bolivariana; destrucción de entes públicos, privados e infraestructura pública; colocación de barricadas, y enfrentamientos contra la población civil que no apoya a los opositores”.
De hecho, la periodista Karina Velasco, recordó desde las redes sociales cómo en primera persona fue testigo de la violencia desmedida que se dieron por aquellos días en manos de manifestantes de la derecha venezolana. De hecho, durante aquellos días un adolescente de 16 años -Orlando Figuera- fue asesinado a golpes e incendiado durante aquellas guarimbas, solo por llevar una remera roja, relacionada al chavismo. Sin embargo para la periodista, las razones de su asesinato se dieron más que nada por su color de piel: Orlando era morocho.
Aunque no hay datos oficiales, las guarimbas de 2017 terminaron con un saldo de 163 muertos, 2977 heridos y 1351 detenidos. Eso lo afirma al menos, el Foro Penal Venezolano.
Sobre Venezuela y no me importa si me dejan de seguir pero voy a contar la verdad:
1.- de mayo a agosto de 2017, trabajé en Caracas, documentando las protestas y la implementación de la Asamblea Nacional Constituyente. 🧵
— Karina Velasco (@kaoryvsco) July 29, 2024
2024: las mismas denuncias y la misma violencia
Con la nueva elección que dio por ganador a Nicolás Maduro, la derecha de ese país volvió a radicalizarse, pero esta vez con un apoyo internacional amplio. De hecho, el presidente Javier Milei fue uno de los incitó esa violencia desde la Argentina, llamando a las propias fuerzas armadas de ese país a dar un golpe de Estado.
En las últimas horas, también la Organización de Estado Americanos (OEA) se pronunció en contra de los resultados de las elecciones de Venezuela, alimentando el marco para más violencia.
Todavía no hay datos fidedignos, pero desde medios opositores a Maduro, ya se habla de cuatro personas fallecidas durante las protestas y guarimbas que se iniciaron desde este lunes 29 de julio. La historia, una vez más, se repite y parece que la sangre seguirá siendo de gente inocente.