Entrevista a Rubén Dri: Las pascuas y la metáfora de un pueblo que no se deja morir

Uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo, analiza la dura situación social del país y vincula el accionar de las organizaciones sociales con la Teología de la Liberación. “Este es un pueblo que no se resigna a la muerte”, expresa. 

Rubén Dri escribió varios libros reiterpretando las enseñanzas de Jesús y con una mirada popular

En la fe cristiana, las pascuas son el “paso” de la muerte a la resurrección de Jesús de Nazaret. Al cabo de cuatro días, se recuerda la crucifixión de aquel líder social y espiritual de la vieja Palestina, así como su regreso a la vida. Un hecho que -como otros eventos religiosos- se fueron reinterpretando o modificando con el tiempo y por la lógica del mercado. 

Pero lo cierto es que el movimiento cristiano es todavía más grande que la opulenta Iglesia Católica y allá por la década de los 60´ y 70´, un sector de sacerdotes conformó un proyecto que cambiaría radicalmente la concepción de las enseñanzas de Jesús y otros hechos que relata la Biblia: la Teología de la Liberación. Precisamente uno de los pioneros de este grupo es el teólogo y filósofo, Rubén Dri.

“La Teología de la liberación pretende ser la recuperación de la teología en su sentido más profundo. La teología tiene que ver naturalmente con la existencia de un determinado ser, que llamamos Dios, que tiene un proyecto para la humanidad. Ese proyecto se los puede ver desde la dominación o la liberación. Pero ambos conceptos han sido disputados”, introduce en diálogo con AGENCIA RED GLOBAL el también profesor y uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, el ala de este sector en América Latina.

A sus 92 años, sostiene que “todavía tiene que seguir aprendiendo” y analiza de qué forma la Teología de la Liberación aún continúa presente en el pueblo y en la política de nuestro país. En ese sentido, se detendrá a opinar sobre el rol fundamental que ocupan los movimientos sociales, en donde -para Dri- se encarna “lo más cercano” a esta teología, la cual plantea que las enseñanzas de Cristo también marcaron un rumbo de cómo vivir en la tierra, compartiendo las riquezas, desarrollando sistemas de solidaridad y de compasión con el otro y la otra. 

Sin embargo, lo que comenzó como un movimiento que incomodó como nunca a la Iglesia Católica y que incluso, terminó con la persecución y el asesinato de muchos sacerdotes y líderes cristianos en el continente, también tiene su representación actual en el sector de “Curas en la Opción por los Pobres”. 

“El equipo de sacerdotes de la Opción por los Pobres toma lo mejor de la Teología de la Liberación y asume completamente ese proyecto en este contexto, que es muy distinto a la época de mayor profundidad como en los 60 y 70”, sostiene Rubén Dri, quien habla con pausa y claridad al recordar toda una generación que revolucionó la Iglesia. 

“La teología de la liberación es algo viviente, no ha muerto y trata siempre de reinterpretar el proyecto de Jesús”, dice, aunque aclara: “lo veo viviente, pero lo veo cascoteado”. 

Sin dudas, no solo se refiere al sector de sacerdotes que hacen labores en los barrios más humildes del país, sino -y especialmente- al rumbo de los movimientos populares en un contexto donde la derecha política, avanza.

Los curas villeros y las organizaciones sociales. Los reflejos de un cristianismo de base

El proyecto de Jesús en las organizaciones sociales

En este punto, el sector cristiano que encarna la Teología de la Liberación tiene una mirada definida sobre el rumbo del gobierno de Alberto Fernández, así como el contexto social-político que se vive en toda la región.

“Hay un pequeño triunfo de los sectores populares, que es este gobierno, pero está claro que ahora tiene contradicciones muy fuertes y en este momento está muy debilitado”, cree Rubén Dri, quien agrega que sin dudas “no es el mejor momento” del Frente de Todos y considera que transcurre un tiempo en donde “se están definiendo posiciones que definirán la próxima década al menos”. Allí aparecen los debates acerca del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y un sistema de mayor distribución de la riqueza. 

Por fuera de la política institucional, los movimientos sociales se han ganado un lugar clave para hacer comprender la verdadera situación de los sectores más postergados del país. Por eso Dri considera que la labor de las organizaciones y sectores de la Economía Popular “están muy cercanas al proyecto que encarna la Teología de la Liberación”. 

“Esta teología que se expresa la veo muy viviente, en el proceso de lucha, que se da de muchas maneras”, indica el autor de libros claves como “La utopía de Jesús” y “el movimiento antiimperialista de Jesús”. 

En este sentido, no podía quedar afuera su observación sobre el rol que ocupa el Papa Francisco, que a pesar de representar a una Iglesia que por siglos desarrolló otra teología, reconoce los cambios que está haciendo “por adentro”. Entre estos, su acercamiento a las organizaciones sociales del mundo. 

“El Papa Francisco está teniendo una actitud muy diferente de cuando estuvo entre nosotros como Cardenal. Ha habido transformaciones muy profundas en él. Ahora vemos un liderazgo que busca recuperar el proyecto de liberación cristiano y eso es muy positivo”, manifiesta Dri. 

“En este momento tenemos la suerte de que la Iglesia católica tiene una dirección que no está cerrada a los avances. Veo un liderazgo positivo”, cierra Dri, quien durante la última dictadura cívico-militar tuvo que exiliarse del país por su militancia.

Para Dri, hay “un pueblo que reclama y que de ninguna manera se resigna a la muerte”.

Ganarle a la muerte

Con los índices de pobreza e indigencia en un nivel preocupante, más una inflación que consume el bolsillo de la clase trabajadora, la situación social comienza a arder. Al mismo tiempo, la desazón repercute en la organización y la militancia política. Pero para Dri, “hay que saber ver la realidad sin caer en el pesimismo”. 

“Cuando las mujeres van a buscar el cuerpo de Jesús, se encuentran con ángeles que le dicen que allí no estaba, porque había resucitado. Creo que el mensaje es ese: hay demasiada muerte en el mundo y esto nos puede llevar al pesimismo. La vida debe triunfar sobre la muerte. Donde está la muerte, hay que saber buscar la semilla de vida. Esa semilla es el pueblo que está sufriendo, pero que realiza acciones liberadoras y trata de resucitar”, relata el teólogo.

Para el también filósofo y profesor, pese a la desolación, se observa “un pueblo que reclama y que de ninguna manera se resigna a la muerte”.

 

Precisamente la metáfora de la cual nos habla las Pascuas.