Se trate o no de un hecho que podría teñir de sospechas el voto de una de las sesiones más importantes de los últimos tiempos en el Congreso, lo cierto es que la designación de la senadora Lucila Crexell como embajadora de la Unesco llega con un muy mal timing.
¿Por qué? porque si bien lo que explica la legisladora es que este ofrecimiento ya se venía dando hace meses atrás, efectivamente se concreta a horas de que Crexell apruebe o rechace la ley Bases, tan resistida en la Cámara Alta.
Como era de esperarse, la legisladora neuquina que conduce un monobloque en el Senado, rechazó cualquier versión que la vincule con un hecho de corrupción.
“No tiene nada que ver con la negociación de la ley Bases”, dijo en diálogo con LN+, ayer por la noche, cuando la noticia comenzó a correr extraoficialmente por las redes sociales.
También, por esas horas, se conoció que en caso de ser efectivamente elegida como embajadora de la Unesco, la legisladora vivirá en Francia con un sueldo de entre 12 y 15 mil dólares por mes.
“No es cierto eso. Es una negociación que viene desde mucho tiempo antes. El año pasado existía una posibilidad de que pudiera ir a un organismo internacional. Lo estábamos trabajando con Patricia Bullrich. Cuando pierde, nos quedamos sin la posibilidad de hacer ese cambio en las gestiones”, respondió después Crexell.
“En abril se retoma una posibilidad y me ofrecen un lugar”, dijo y agregó: “Hubo una oferta y una aceptación”.
Vale aclarar que la legisladora, alineada con el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, había adelantado que iba a votar de forma general a la ley Bases. Aunque no había especificado su posicionamiento particular en algunos artículos. Como por ejemplo con las privatizaciones, en donde Crexell ponía el acento en sacar de esa lista, a Aerolíneas Argentinas.
Por supuesto, que al calor de lo ocurrido, será necesario esperar la decisión final de Crexell respecto a la votación particular de la ley. Ya que por estas horas, todo lo planeado parece tener un manto de misterio y las voluntades, también parecen ser maleables.
“Todavía estamos intentando que se retire del listado de empresas privatizables a Aerolíneas Argentinas. Por eso firmamos un dictamen en disidencia parcial para dejar la negociación abierta siempre hasta último momento”, dijo ayer mismo en la entrevista para LN+.
“Si pensaban que con esto me iban a amedrentar o a correr de mis convicciones, lo único que han logrado es fidelizar mi voto al compromiso asumido”, cerró Crexell.