Gasoducto Néstor Kirchner: una oportunidad hacia el interior de la Argentina

A tres días de su inauguración oficial, se habla de divisas, pero también de independencia energética y oportunidades que traerá el proyecto a ciudades estratégicas en el interior del país.

El 9 de julio se inaugurará oficialmente el primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) que conecta Vaca Muerta con la provincia de Buenos Aires, recorriendo más de 600 km y que permitirá recomponer el saldo comercial energético deficitario desde 2011 a la fecha. 

La primera etapa de la obra que generó 60.000 puestos de trabajo, llega hasta Salliqueló (provincia de Buenos Aires), desde donde se extenderá el segundo tramo hasta San Jerónimo (provincia de Santa Fe). En los próximos días comenzará se comenzará con la licitación de la segunda etapa.

Si bien se habla mucho de las divisas que nos proporcionará Vaca Muerta, poco se habla de los beneficios que traería al interior de las ciudades, como el caso de Bahía Blanca, una localidad con ADN industrial que cambiará radicalmente su matriz portuaria y productiva, gracias al GPNK.

Autoabastecimiento: primer paso para una boleta de gas más baja

Desde 2011 a esta parte, Argentina registró un saldo negativo por tres mil millones de dólares anuales por la importación de gas para el autoabastecimiento industrial y domiciliario. 

Con la puesta en funcionamiento del GPNK se redistribuirá por cuatro provincias el gas extraído del segundo yacimiento de combustible fósil más grande del mundo: Vaca Muerta, y así, se reducirán las importaciones de gas.

El ahorro entonces será de 2100 millones de dólares para este año por sustitución de importaciones y 12.000 millones de dólares de superávit para el 2024, según el Ministerio de Economía de la Nación.

El autoabastecimiento de gas permitirá a la Argentina tener precios más competitivos a la hora de abastecer tanto a industrias como a usuarios residenciales.

Vale aclarar que el total de importaciones de GNL de este año llegó a los 1837 millones de dólares por 44 cargamentos, mientras que el año pasado los 41 buques contratados costaron 2.884,7 millones de dólares.

A pesar que el precio internacional del GNL se desplomó por menor demanda de Europa, para el Estado argentino significa una inversión importante que podría ser evitable.

 El gas de Vaca Muerta es más económico que el importado, lo que mejoraría la ecuación de costos de producción de la industria e impactará mejor en el consumo domiciliario con boletas de gas más bajas. 

Desde el punto de vista ambiental, el mayor uso de este combustible fósil para el rubro del transporte, permitirá la independencia de otros mucho más contaminantes y perjudiciales como el fuel oil y el gasoil. 

Por último, la obra permitirá no solo avanzar hacia el autoabastecimiento en materia energética, sino que logrará que el país se posicione como uno de los proveedores de gas de la región ante el declinamiento de la producción boliviana. 

Bahía Blanca y un cambio de paradigma

Una de las ciudades que se transformará gracias al GPNK es sin dudas Bahía Blanca. “Si bien, las pujas siempre hicieron que el gas se exportara desde Neuquén a Chile, el puerto de Bahía competía por la salida del gas con otros puerto y  hoy está muy bien posicionado en ese sentido”, dijo Gonzalo Semilla, Economista jefe del CREEBBA en un diálogo con Radio Urbana de Bahía Blanca.

Uno de los pulmones industriales bonaerenses es precisamente esta ciudad, con una infraestructura que mayormente se alimenta de gas. La llegada de más combustible fósil desde Vaca Muerta a la localidad de Bahía Blanca permitirá duplicar su actividad industrial ubicada en zona portuaria.

Pero sin dudas, uno de los proyectos que espera Bahía es la planta de Gas Natural Licuado, que la ubicará como una de las pocas en tener una y que presupone 10 mil millones de inversiones en una primera etapa que permitirá producir 5 millones de toneladas al año de GNL. 

En época invernal, existe la postal típica del buque regasificador arribando desde Bolivia al puerto de Ingeniero White (la salida portuaria de Bahía Blanca)  para inyectarle a la red energética el gas que Argentina no logra cubrir mientras que exporta para afuera.

Son alrededor de 35 barcos de GNL que se importa en el pico invernal. Por el contrario, cuando la planta de GNL alcance su capacidad máxima, Argentina exportará más de 460 barcos anuales, convirtiendo al GNL en uno de los principales generadores de divisas para el país.

Este proyecto pronosticado en un plazo de 10 años que tiene como principal inversor a YPF tiene en sus planes la construccion de un gasoducto que conecte directamente Nequén con Bahia Blanca.

El lugar que deja la construcción del Gasoducto para las proyecciones es enorme: contando los empleos vinculados directamente con la industria del gas, y también los indirectos como empresas de transporte, industria o construcción, se estima que en la ciudad se crearán entre 5 y 8 mil puestos de trabajo, mientras que 9 mil es el total de desempleo actual que hoy tiene la ciudad.

Ahora bien, ¿Estarán nuestras empresas a la altura de las inversiones que llegarán? ¿Tendremos profesionales capacitados por nuestras universidades y el personal adecuado para cubrir la demanda de empleo? 

Son algunas de las preguntas que responderá  un plan de gobierno que encamine el futuro energético de la Argentina.