Kazajistán: protestas, destitución gubernamental y apoyo internacional

La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva habría accedido a desplegar temporalmente fuerzas de mantenimiento de la paz a raíz de las protestas que continúan después de que se hayan atendido las principales demandas de los manifestantes.

Kassym-Jomart Tokayev, presidente de Kazajistán

El presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, pidió la semana pasada ayuda militar a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) para hacer frente a las violentas protestas que tienen lugar desde el 2 de enero en el país. Alegó que el objetivo de los manifestantes es “socavar la integridad territorial”.  

La OTSC ha accedido a desplegar fuerzas de mantenimiento de paz durante un periodo limitado en Kazajistán, según la petición de Tokayev, expresó el presidente armenio Nikol Pashinyan en un post de Facebook.

La decisión de llamar a las fuerzas de la OTSC se produce después de que las protestas continuaran el miércoles a pesar de que el presidente ordenara el restablecimiento de los controles de precios del gas licuado de petróleo (GLP) y destituyera al gobierno. Estas fueron las dos principales demandas planteadas por los manifestantes.

En varios sitios, los manifestantes intentaron irrumpir violentamente en los edificios gubernamentales. Según el presidente Tokayev, el miércoles se produjo un tiroteo entre los “terroristas” y la fuerza aérea en Almaty, centro comercial y cultural del país y núcleo de las protestas.

La OTSC, formada en 2002, es un grupo regional de seguridad colectiva formado por seis repúblicas de la antigua Unión Soviética: Rusia, Kazajistán, Bielorrusia, Armenia, Kirguistán y Tayikistán.

A última hora del martes, Tokayev aceptó la renuncia del primer ministro Askar Mamin. El Presidente Tokayev pidió al viceprimer ministro Alikhan Smailov que tome funciones como primer ministro interino hasta que se forme un nuevo gobierno. Tokayev también anunció la imposición de la emergencia y el toque de queda en Almaty e invitó a los manifestantes a dialogar.

Durante las protestas, se produjeron disturbios y destrucción de bienes públicos. Varios vídeos en las redes sociales muestran a los manifestantes quemando coches y dañando la propiedad pública. Las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y granadas de estruendo.

 

Las protestas dan pie a la especulación

Tanto el momento como la naturaleza de las protestas han generado dudas sobre su dirección, dada la crisis geopolítica de la región. Algunos comentaristas han intentado relacionar las protestas con el actual enfrentamiento entre Rusia y las potencias occidentales por Ucrania. Aunque Estados Unidos ha negado su implicación, diciendo que “rusos no identificados” le han acusado falsamente de desencadenar los disturbios, su historia da lugar a dudas. Se han hecho comparaciones con protestas similares en Bielorrusia el año pasado, donde se acusó a los líderes de la oposición de colaborar con los europeos y Estados Unidos.

Kazajistán es uno de los mayores productores de petróleo y gas del mundo. Su gobierno, alegando que la producción de gas no es rentable e insostenible a los precios actuales, había permitido a la industria vender gradualmente sus productos en el mercado abierto a partir de 2019 como parte del fin de su política de control de precios a largo plazo. El 1 de enero se permitió a las empresas vender el 100% de sus productos en el mercado abierto.

Tras el levantamiento de los controles de precios, los precios del GLP casi se duplicaron, pasando de unos 0,12 dólares a 0,23-28 dólares. Dado que el GLP es la fuente de energía preferida en el país, los principales afectados fueron los trabajadores.

Las primeras protestas se registraron durante el fin de semana en la región occidental de Mangystau, que es también su principal centro de petróleo y gas. Al parecer, un gran número de trabajadores de la industria petrolera también se sumó a las protestas.

En respuesta a las protestas, Tokayev había anunciado el martes el restablecimiento de los controles de precios y una reducción del 50% de los precios del GLP en la región de Mangystau. También hizo un llamado a los manifestantes para que sean responsables y no escuchen a las fuerzas “interesadas en socavar la estabilidad y la unidad de nuestra sociedad”.

Nota publicada originalmente en Peoples Dispatch