El valor del dólar se volvió un tema constante de charla entre grupos de amigos, familiares y laburantes. Pensar en verdes se volvió una realidad en la economía argentina que pasa por momentos de crisis con una inflación desbocada y una devaluación constante.
En ese escenario, algunos economistas plantean todo tipo de soluciones en el aire y algunas de esas propuestas encuentran eco frente a la desesperación de que el sueldo no alcance y la falta de respuestas de quienes gobiernas.
Javier Milei repite una y otra vez que dolarizará la economía si es elegido presidente. Poco explica de las consecuencias drásticas que podría tener una dolarización entre laburantes. Vamos por partes.
¿Qué se necesita para dolarizar la economía?
Para dolarizar se requiere que todos los pesos depositados en los bancos y en circulación en la gente sean canjeados por los dólares de las reservas del Banco Central de la República Argentina.
La cifra necesaria de reservas para dolarizar es muy superior a la necesaria en una convertibilidad, dado que en la dolarización no es suficiente canjear la base monetaria por las reservas, sino que se necesitan cambiar los depósitos y todas las letras y bonos del BCRA.
Argentina tiene 36.731 millones de dólares en el BCRA. Por lo que para cambiar todos los pesos por dólares, el BCRA debería hacer una devaluación de 25 veces el valor que tiene hoy el dólar.
El dato surge de un informe realizado por la consultora 1816: “El tipo de cambio de conversión para rescatar el pasivo del Banco Central es de 9944 pesos si se usan las reservas netas”.
Es decir que si un laburante percibe un sueldo de 150 mil pesos por mes pasaría a cobrar 15 dólares mensuales. La misma cuenta se haría para los depósitos, plazos fijos u otras formas que los argentinos deciden resguardar sus ingresos.
Otra de las opciones que presenta la consultora 1816 para llevar adelante la dolarización, sería conseguir un préstamo de 40 mil millones de dólares para sumar a las reservas y así asegurar que todos los pesos se cambiarán por dólares.
Resulta impensado que Argentina acceda nuevamente a un crédito internacional cuando todavía padece, y por 100 años más va a seguir padeciendo, el último crédito tomado por el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional.
Argentina debería lograr un superávit de u$s57.000 millones más intereses para cancelar el crédito con el FMI además de pagar el nuevo crédito internacional.
Los bancos tampoco se verían beneficiados con una dolarización de la economía. Ante un déficit de balanza comercial o fuga de capitales al exterior no habría financiación de una autoridad monetaria viable, ya que el BCRA se quedaría sin reservas además de no poder emitir dólares. En ese sentido, los bancos quedarían expuestos a una falta de liquidez.
Pérdida de soberanía e inconstitucionalidad
La dolarización de la economía significa no tener una política fiscal ni política monetaria propia. La economía quedaría en manos de los precios relativos que la Reserva Federal de EEUU, subiendo o bajando las tasas de interés, quisiera imponer.
Si el dólar subiera o bajara en el mundo la economía argentina quedaría expuesta a sufrir bruscas recesiones o expansiones sin poder morigerarlas con las tasas de interés ni tampoco con instrumentos que aumenten o disminuyan la liquidez.
Asimismo, además de ser una pérdida de soberanía nacional, la dolarización no es constitucional. El artículo 75 inciso 6 de nuestra Constitución establece y reglamenta que exista “un banco federal con facultad de emitir moneda, así como otros bancos nacionales”.
La experiencia de Ecuador
Uno de los países que dolarizó su economía es Ecuador. Su principal responsable fue Guillermo Lasso, quién dos décadas después llegó a la presidencia de la Nación con ideas neoliberales sobre la economía.
En marzo de 1999, mientras se desempeñaba simultáneamente como gobernador del Guayas, presidente del Banco de Guayaquil y vicepresidente de la Asociación de Bancos, fue el principal artífice del Feriado Bancario, cuando se incautaron cerca de 2 mil millones de dólares de depósitos de los pequeños y medianos ahorristas. El 11 de marzo de 1999, Mahuad declaró el “congelamiento de depósitos”, por un año, de las cuentas de más de 2 millones de sucres (es decir más de 500 dólares).
Tras una crisis económica sin precedentes, la dolarización se sancionó bajo el mandato de Jamil Mahuad en enero de 2000. El cambio fue de 25.000 sucres por dólar, quitando el 78% del poder adquisitivo a quienes poseían recursos en la moneda local.
Tras dos décadas de implementado el dólar, Ecuador no vio mejorado sus indicadores económicos como exportaciones, inversión extranjera, endeudamiento, etc. . A nivel social, la población continuó sufriendo las malas condiciones de antaño en términos de empleo, jubilaciones, ingresos, etc.