A finales de noviembre, el autoproclamado Gobierno de la República de Kosovo aprobó, con 77 votos a favor, el acuerdo realizado con el Ministerio de Defensa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte para la adscripción de personal de la Fuerza de Seguridad de Kosovo (KSF) en las Islas Malvinas, a la Compañía de Infantería Roulement.
Es decir que, bajo el patrocinio británico, Kosovo enviará un Contingente de la Fuerza de Seguridad de Kosovo a las Islas Malvinas bajo el rótulo de “operación de apoyo a la paz”. Proviniendo de uno de los principales miembros de la OTAN y de los países colonialistas e imperialistas, sabemos que las “operaciones de paz” no se acercan ni un poco a esa idea. Y, aunque suene trillado, también recordamos que muchas guerras se desarrollaron en el nombre de la paz.
Suena particularmente contradictorio que Inglaterra lleve adelante una misión de apoyo a la paz en las Islas Malvinas cuando históricamente se ha encargado de violar cada uno de los acuerdos y resoluciones decididas en las Naciones Unidas, y avanzar sobre el territorio argentino ilegítimamente ocupado.
¿Por qué Kosovo a Malvinas?
Si bien resulta inalcanzable poder trazar la historia de los Balcanes Occidentales para poder entender de manera exhaustiva los detalles que llevaron a la desintegración de Yugoslavia en varios Estados, nos enfocaremos en comprender que dichos procesos llevaron a ubicar geopolíticamente a Serbia como aliado ruso en la región y a Kosovo como protectorado de la OTAN.
Luego de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999, una operación lanzada unilateralmente por la Alianza sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, se llegó a un Acuerdo Técnico Militar que supuso el fin de la guerra y posicionó a la fuerza militar de la OTAN para Kosovo, la KFOR, con una presencia definitiva en el corazón de los Balcanes.
En febrero de 2008, Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia, creando un Estado nuevo autoproclamado República de Kosovo. Actualmente, un 60% de países que conforman la ONU no reconocen a Kosovo como Estado independiente ni soberano, incluyendo a Serbia, Rusia, China, Chipre, Grecia, España, Rumanía y gran parte de Nuestra América, África y Asia.
Argentina tampoco reconoce a Kosovo, especialmente por la importancia que le otorga a la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de la ONU de 1999, que resalta el principio de integridad territorial y la solución de las controversias mediante un acuerdo negociado y mutuamente aceptado por las partes involucradas, principios que resultan relevantes para la cuestión de las Islas Malvinas.
Actualmente, en Kosovo se encuentra una de las bases militares militares más grandes y costosas creadas por Estados Unidos: el Campo Militar de Bondsteel. Entonces, ¿Por qué Kosovo querría enviar a entrenar a sus fuerzas al exterior teniendo una de las bases militares más grandes en su territorio?
A Kosovo le interesa formar parte de cualquier plataforma, acuerdo o proyecto que dicte el bloque EEUU / Reino Unido/ OTAN, especialmente si se trata de entrenamientos militares y reconocimiento internacional como país independiente.
En este sentido, también vale preguntarse, ¿por qué Inglaterra decide llevar fuerzas kosovares a las Islas Malvinas, y no a cualquier otra de sus bases? Podemos observar dos intereses ubicados dentro de un gran objetivo único: mantener su hegemonía frente al contexto internacional de disputa por la reconfiguración del sistema de orden mundial, o también denominado por ellos mismos, proyecto de Global Britain.
Por un lado, Reino Unido sigue avanzando en sus relaciones con los países de Europa del Este, por lo que este tipo de acuerdos fortalece su posición en la región que posee un alto interés geopolítico, ya que se trata de un puente entre Asia y Europa occidental. Además, Kosovo, como protectorado otantista está dispuesto a ser utilizado como herramienta de desestabilización.
La estrategia colonial del Reino Unido
Por otro lado -el punto que nos interesa desarrollar aquí- Reino Unido está interesado en consolidar su presencia en el Atlántico Sur. La misión de Kosovo en las Islas Malvinas comprende hasta siete (7) miembros de las KSF, por lo que se trata de un pequeño contingente, casi simbólico.
En este sentido, el doctor en historia, docente e investigador, Guillermo Martín Caviasca, le explica a esta periodista que no se trata de ninguna novedad este tipo de avance del Reino Unido. De hecho considera que “Malvinas ha sido usado reiteradamente para aclimatar tropas para ir a otros escenarios de combate”.
La principal intención de Inglaterra, explica Caviasca, es “demostrar que tienen el control sobre el territorio, que ejercen soberanía”. “Demuestran que nosotros (Argentina) no podemos hacer nada para evitarlo”, agrega el autor de libros y artículos sobre historia argentina, historia militar, geopolítica y relaciones internacionales, .
Este acuerdo sale justo cuando se cumplen 57 años de la adopción de la resolución 2065 (XX) de la ONU. La primera referida exclusivamente a la Cuestión Malvinas, en la cual se reconoce la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido y se invita a ambos países a negociar para encontrar una solución pacífica a la controversia. Entre los principales puntos de la Resolución 2065 (XX) se establece que el caso de las Islas Malvinas es una de las formas de colonialismo al que se debe poner fin.
Desde Cancillería Argentina emitieron un comunicado el 1 de diciembre rechazando de “forma contundente la intención de enviar nuevas tropas militares a las Islas Malvinas, territorio argentino ilegítimamente ocupado por el Reino Unido”. En el comunicado detallaron que “constituyen una injustificada demostración de fuerza y un deliberado apartamiento de los llamamientos de numerosas resoluciones internacionales de la Asamblea General de las Naciones Unidas y de otros foros internacionales”.
El mensaje de la Cancillería Argentina también expresa que “el envío de Fuerzas de Seguridad kosovares al Atlántico Sur contraviene específicamente la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que insta a ambas partes (Argentina y Reino Unido) a que se abstengan de adoptar decisiones unilaterales que entrañen la introducción de modificaciones en la situación mientras las Islas están atravesando el proceso de negociación recomendado por la misma Asamblea”.
También se estaría violando la resolución 2621 (XXV) de la Asamblea General de la ONU que “insta a todos los Estados Partes a condenar y oponerse a las actividades y arreglos militares de las potencias coloniales, ya que constituyen un obstáculo para el proceso de descolonización”.
Reino Unido no sólo viene violando sistemáticamente los acuerdos y resoluciones decididos por la ONU, pese a que contradictoriamente dicen defender y liderar la “democracia” y el “orden basado en normas y valores”. Sino que además hace años que avanza sobre el territorio argentino del Atlántico Sur en aspectos militares, económicos, geográficos, científicos, energéticos, explotación de recursos e incluso colocando armamentos nucleares, como lo denunció el propio Secretario de Estado sobre Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona.
En un contexto de reconfiguración del sistema de orden mundial en donde encontramos al bloque anglo-occidental en declive frente al avance multipolar en ascenso liderado por el eje sino-ruso, mantener la hegemonía y el control sobre un territorio geopolítica y geoestratégicamente importante, como es el Atlántico Sur, resulta clave para las potencias colonialistas/imperialistas.
Islas militarizadas en una zona de paz
Recordemos que en las Islas Malvinas y el Atlántico Sur se encuentra el Complejo Militar de Mount Pleasant y la Cuarta Flota de la Armada de los Estados Unidos. El primero es “el centro militar más importante de toda América Latina e integra el dispositivo de seguridad global montado por la OTAN lo cual evidencia la relevancia estratégica que los británicos y sus aliados le otorgan al Atlántico Sur”, describen desde el Centro de Estudios de Integración Latinoamericana «Manuel Ugarte». La Cuarta Flota de EEUU es la responsable de todas las operaciones en el Caribe, América Central y América del Sur.
Las Islas Malvinas y el Atlántico Sur poseen una importancia geoestratégica y geopolítica debido a su posición “de “pivote” entre vastos espacios marítimos, insulares y continentales, ricos en recursos ictícolas e hidrocarburíferos y otros recursos estratégicos”, explican desde el Centro.
También destacan el emplazamiento geográfico de las Islas Malvinas que se “encuentra próximo a espacios codiciados por parte de poderes hegemónicos mundiales, muy particularmente el Estrecho de Magallanes”, que funciona como corredor interoceánico entre el Atlántico y el Pacífico.
Por último, describen desde el Centro, “la proximidad de la denominada confluencia antártica”, dota a la región de “una notable riqueza biogeográfica, potencialidad ictícola, con aguas ricas en nutrientes y ecológicamente muy productivas”. Además, las Islas Malvinas se encuentran muy cerca del continente antártico que, según el Centro, “alberga alrededor del 80% del agua dulce del planeta y concentra reservas de carbón, petróleo, hierro y otros minerales”.
Frente al contexto actual de disputa internacional, como reflexiona Caviasca, “Inglaterra no resignará parte de sus lugares claves que le permiten desplegarse como potencia en el mundo, como es el Atlántico Sur”.
Constantini Micaela es periodista internacional en PIA Noticias y ARGmedios.