La Nueva Era de Xi más fuerte que nunca

El liderazgo de Xi Jinping, la interna dentro del partido y el futuro de China en los próximos años. 

Si bien las ideas del partido y la re-relección de Xi Jinping fueron las conclusiones más importantes también quedó en evidencia la interna del PCCh

Este domingo finalizó el XX Congreso del Partido Comunista de China, donde se debate la estrategia a seguir de cara a los próximos 5 años. Desarrollo del país, ideología, lucha contra la corrupción y el balance de los 10 años de Xi Jinping. 

En el Gran Salón del Pueblo de Beijing se reunieron los 2296 delegados, que en edad promedio tienen alrededor 52 años. Según Donsgsheng, el 33,6% de los delegados son trabajadores de diversas industrias, el 11,5% son de 40 grupos étnicos minoritarios y el 27% son mujeres. Sin embargo, estas últimas no participan en espacios de toma de decisiones, una fuerte crítica hacia lo interno que se busca resolver de cara al próximo período. 

El Congreso se lleva a cabo cada cinco años y es el encargado de elegir al Comité Central del Partido. Dicho comité selecciona al Politburó de 25 miembros y finalmente al máximo órgano, el Comité Permanente. El Partido cuenta con 96.700.000 miembros. 

El PCCh promueve a sus miembros a través de una revisión que hace año a año de sus funcionarios. El Departamento de Organización del Partido entrevista a sus pares, superiores, subordinados, investiga su conducta personal y hace encuestas de opinión pública. Quienes tienen mejor desempeño, son promovidos. 

 

Xi Jinping fue elegido para un tercer mandato, el primer presidente en hacerlo desde Mao Zedong. Los delegados fueron elegidos bajo la guía del pensamiento de Xi de “socialismo con características chinas para una nueva era”.

Xi es el primer presidente chino, después de Mao Zedong, en ser elegido para tres mandatos.

El liderazgo de Xi Jinping y las internas

Si bien las ideas del partido y la re-relección de Xi Jinping fueron las conclusiones más importantes también quedó en evidencia la interna del PCCh. La figura del expresidente Hu Jintao no pasó para nada desapercibida, quien fuera mandatario desde el 2003 a 2013, estuvo en boca de toda la prensa internacional este fin de semana. 

En primer lugar, porque Xi Jinping hizo referencia a los 10 años anteriores del partido y sin mencionar a Hu Jintao dijo lo siguiente: “Hubo muchos problemas con respecto a mantener el liderazgo del Partido, incluida la falta de una comprensión clara y una acción efectiva, así como un deslizamiento hacia un liderazgo del Partido débil, hueco y diluido en la práctica”, era la antesala de lo que llegaría después, la fracción del Partido de la que forma parte Hu Jintao iba a ser corrida. 

Los Tuanpai son una fracción del PCCh de lo que fue la Liga de la Juventud a fines de 1970, miembros reformistas, de corte liberal, que poseían formación universitaria y que ya discutían la “apertura al mundo”. El expresidente Hu respondería a esa fracción que hoy es duramente criticada porque durante su gobierno hubieron muchos casos de corrupción, el PCCh no pudo responder a las demandas del pueblo por tener problemas institucionales y ser desorganizado y otra cosa que suma el discurso de apertura de Xi es que “algunas personas desconfiaban del sistema político socialista con características chinas”, esto último va a ser muy destacado en la etapa Xi Jinping.  

Además de la interna, Hu Jintao fue protagonista de otro momento: en pleno cierre del XX Congreso, con la prensa internacional en el recinto, retiraron a Hu Jintao del salón y lo llevaron a otro lugar. 

Desde la prensa occidental sostuvieron que se trató de una “purga en vivo”, mientras las autoridades chinas hablaron de una descompensación: “no se sentía bien y su personal lo acompañó a otra habitación para que descansara”, publicó Xinhua en un tweet. También manifestaron que no sería la primera vez que retiran al exmandatario de un evento por su delicado estado de salud. 

Sí bien no se pueden relacionar ambos eventos entre sí, es cierto que Xi Jinping busca romper con el enfoque más liberal del PCCh (ligado a la privatización de empresas, a una economía más abierta y a una relación más cercana con los Estados Unidos). 

Por otro lado, el actual líder chino busca un fortalecimiento de su figura y de sus propias ideas dentro del partido, Xi Jinping tiene hoy un liderazgo muy fuerte sólo comparado con la figura de Mao Zedong. En este sentido, su mayor objetivo está en la idea del “socialismo con características chinas”, en sus discursos lo mencionó en varias ocasiones: “Debemos mantener la confianza en nuestra historia, exhibir una mayor iniciativa histórica y escribir un capítulo aún más magnífico para el socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era”, sostuvo Xi.

 

Otro de los elementos para observar es que Xi se refirió al terreno internacional en el que se plantea poner a China como referencia a partir del desarrollo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta que convertirá al gigante asiático en un actor importante en el mundo y se espera que de cara al Centenario de la Revolución en 2049, China sea la principal potencia económica mundial. 

Xi Jinping es la síntesis del partido y tiene con qué demostrar esa construcción del liderazgo que hoy tiene: su país es la segunda economía a nivel mundial, en su gestión se erradicó la indigencia y tiene un enorme potencial económico en la región de Asia Pacífico. Es mérito del partido y de quienes lo acompañan, pero también del Xi. 

Para tener en cuenta, el Partido Comunista de China no sólo traza el plan estratégico de los próximos cinco años hacia lo interno, sino también hacia afuera. Todo movimiento chino, afectará inevitablemente al resto del mundo.