Javier Milei puede ser el próximo presidente de los 45 millones de argentinos el próximo domingo 19, si logra sumar una cantidad de votos suficientes para vencer a Sergio Massa. Esa posibilidad depende exclusivamente del plus que pueda salir de las filas de la ex alianza Juntos por el Cambio. Más precisamente, del riñón que hoy sigue fiel a Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
El resto de lo que alguna vez fue Juntos, está dejando señales cada vez más claras de que no acompañará a Milei o -a lo sumo- votará en blanco.
Si a esto se le agrega el condimento de que para este balotaje podría sumarse uno o dos puntos más de participación, la ecuación es todavía más apretada para el candidato libertario. Teniendo en cuenta que en octubre, sucedió eso y la mayoría de los nuevos votos migraron para el candidato de Unión por la Patria.
Ahora bien, si la única carta que está teniendo Milei para crecer varios puntos más en la segunda vuelta son los votos que puedan venir del macrismo, se decanta una hipótesis que pone en aprietos la conducción del “león” en su propio partido político: de triunfar en el balotaje, el poder residirá en Macri.
No solo porque le habría aportado el apoyo fundamental para que se convierta en presidente, si no porque le dispondrá de una estructura política que hoy Milei y sus aliados, carecen. De hecho, que hoy la inmensa cantidad de fiscales que cuidarán los votos de Milei sean miembros del PRO, lo dice todo.
Por lo cual, ya es evidente: Milei no podrá seguir mostrándose como un dirigente fresco y “anti casta”. Más aún, de ganar en la segunda vuelta, el actual diputado nacional no tendrá demasiado margen para gobernar y concretar sus propuestas.
Ahora bien, ¿El apoyo de Macri terminará siendo una catapulta positiva o negativa para la figura de Milei?
Quienes apoyaron hasta ahora al libertario, ¿Seguirán dándole su apoyo frente a una contradicción constante?
Luego de la muy mala performance de Milei en el debate del pasado domingo, Mauricio Macri fue a visitarlo al hotel en donde el libertario se aloja desde hace semanas. El encuentro fue a puertas y cerradas y hay muchas especulaciones sobre lo que se habló. Desde nuevas indicaciones de cara al próximo domingo hasta una recomendación de “bajarse”.
Pero más allá de cualquier hipótesis, hay algo que queda en claro: Milei dejó de ser él mismo y Macri volvió a conducir un espacio político inestable y lleno de contradicciones.