En el marco del Plan de Urbanización, la empresa Villarex, contratista del gobierno porteño, demolió una losa el pasado 18 de enero en el sector de Bajo Autopista de la Villa 31, provocando el derrumbe de otras casas habitadas por casi 30 familias que quedaron en la calle.
Las casas se encontraban en lo que se conoce como Bajo Autopista (Illia) en la zona de la Villa 31 Bis, donde cerca de 30 familias con menores a cargo perdieron todo lo que tenían y desde la fecha no tienen una respuesta concreta por parte del gobierno de Rodríguez Larreta.
Además de la pérdida de sus hogares, la demolición provocó heridas en tres obreros que quedaron atrapados en las viviendas y tuvieron que ser trasladados al Hospital Fernández.
Tras el derrumbe, el gobierno de la Ciudad ordenó el corte de luz y horas más tarde, sin embargo, se produjo un incendio presuntamente por deficiencia en el cableado eléctrico de la zona.
“Desde el derrumbe hasta ahora el Gobierno de la Ciudad no nos ha dicho nada. Nosotros ahora no podemos ir a trabajar. Nos estamos quedando en un galpón pero tenemos miedo a que nos saquen nuestros hogares, nuestras cosas”, contó Gladys Espinoza, vecina del barrio, a La Garganta Poderosa.
La Subsecretaría de Emergencia porteña no permite que las personas afectadas retornen a sus hogares hasta tanto estén garantizadas las condiciones edilicias ni otorga soluciones concretas a la familia.
Ante esa situación, las familias del barrio Padre Carlos Mugica, en la zona de Retiro, duermen con colchones en la calle y expuestas a la lluvia desde hace una semana. A pesar de no ser escuchados por el Gobierno de la Ciudad, las familias consiguieron una medida cautelar del juez Andrés Gallardo que le ordena a la administración porteña la reconstrucción de las casas.
Además, le exige al gobierno porteño que entregue en 24 horas un plan de emergencia habitacional para el período de transición (y que no sean subsidios o paradores nocturnos), que ponga consigna policial las 24 horas donde la gente todavía tiene sus pertenencias y temen que se las roben, que retire los escombros y residuos y que garantice las necesidades de higiene, salubridad y alimentación.