Las cuatro urgencias que debe atender Milei en un país con poco tiempo

Atender la economía real, la de la gente.  Buscarle una salida a un endeudamiento sin fin, que no hace más que condicionar al país a las decisiones -ya no solo del FMI-, sino del propio gobierno de los Estados Unidos.  Sanear su gobierno de las denuncias de corrupción abiertas.  Y dejar de sumar cada vez más enemigos.  Una nota para analizar si existe un golpismo en ciernes, o hay un gobierno que se pone en peligro solo. 

Si Javier Milei tuviese a un asesor honesto, capaz de desvincularse por momentos del ensimismamiento libertario,  le debería decir al presidente que su gobierno tiene al menos cuatro problemas nodales.  Capaces de arrinconarlo a una crisis sin precedentes. 

Es la economía, pelotudo

El primero, por supuesto, es económico.  Si bien la administración de Milei obtuvo buenos resultados en la macroeconomía, es eso precisamente lo que está descuidando por completo a la economía real. La de la gente. La de la calle. 

El consumo está frizado. Y no es de hace unos meses, sino desde que La Libertad Avanza llegó al poder, en diciembre del 2023. Tomemos dos ejemplos bien significativos para la cultura de nuestro país: En enero de este año, el consumo de carne se ubicó en 47 kilos per cápita, mostrando una caída del 3% en la comparación interanual. Se trató de la caída más grande en 30 años. 

Por otro lado, la yerba mate cayó un 6,8% en agosto, lo que determinó el peor consumo de los últimos cinco años.

Es decir, el gobierno mostró un logro político en bajar la inflación sostenidamente,  pero eso no refleja un beneficio directo para la población, que no solo ha dejado de consumir, sino que evidentemente no lo hace porque no tiene ingresos suficientes. 

Sin embargo, la macroeconomía de este gobierno sólo se sostuvo en base al ajuste fiscal  y al endeudamiento feroz. Primero con el Fondo Monetario Internacional (FMI)  -que a la ya deuda existente de 45 mil millones de dólares se le sumó otros US$20 mil millones más–   y ahora nada más ni nada menos que con el propio Tesoro de los Estados Unidos. Es decir, directamente de la billetera de Donald Trump. 

Y eso nos lleva al segundo problema nodal. 

Nuevas formas de ser colonia

Si, el segundo conflicto sensible y profundo pasa por el lugar de extrema dependencia que el gobierno de Javier Milei está poniendo a la Argentina.

Primero con su alineamiento irrestricto a Washington y a Israel en materia de política exterior, lo que hizo perder el histórico posicionamiento de no intervencionismo de nuestro país,  algo que sabemos puede generarnos conflictos diplomáticos o incluso exponernos a ser blanco de ataques. 

Pero también con la propia deuda que estábamos analizando antes. ¿Puede un gobierno que llega al poder hacer lo que quiera en materia de endeudamiento?  ¿El Congreso no tiene ninguna herramienta para intervenir? 

El nuevo préstamo que recibirá la Argentina en materia de Swap (intercambio de monedas) con los Estados Unidos, sale del Tesoro yanqui  y es una muestra de respaldo político de Trump a Milei.  Sin embargo, nos ubica en un lugar de sumisión preocupante. Al punto que el propio Secretario del Tesoro, Scott Besent, llegó a darle órdenes al gobierno argentino a través de la red social “X”. 

Prueba de que la Casa Rosada ya responde a las directivas de Washington se dio luego de acortar abruptamente el tiempo para exportar con retenciones cero,  lo que benefició únicamente a grandes exportadoras multinacionales y dejó en ridículo a miles de productores agropecuarios, que hasta ahora venían apoyando a este gobierno. 

Otro punto preocupante de pérdida de soberanía  -atado a lo que venimos diciendo-  es el ingreso de tropas extranjeras a nuestro territorio por decisión unilateral del presidente Milei. La decisión, hasta ahora, debía pasar por el Congreso. 

La corrupción avanza

Y siguiendo con el ejemplo de un hipotético asesor presidencial (que de verdad asesore),  sería central advertir sobre la corrupción que empieza a brotar por los poros de este gobierno. 

Primero con un senador que se inclinó abruptamente del peronismo a las filas libertarias y le votó todo en el Congreso. Su nombre es Edgardo Kuider y semanas después de haber apoyado al oficialismo en una ley clave, terminó detenido en Paraguay cuando intentaba ingresar con 200 mil dólares sin declarar y más de 6 millones de pesos. 

Después, con la escandalosa estafa internacional a partir de una criptomoneda que fue promocionada públicamente por el presidente Milei. La moneda virtual denominada “Libra” desfalcó a más de 75 mil inversores de todo el mundo y dejó un saldo de 280 millones de dólares.

En esa causa, además, se desprende las reuniones privadas que armaba la Secretaria de la presidencia y hermana del primer mandatario, Karina Milei, en la que se denuncian coimas. 

Más tarde estallaría la causa coimas, con los audios del ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, en donde otra vez Karina Milei quedó especialmente afectada por ser una de las funcionarias que participaba de retornos millonarios a cambio de beneficiar a la farmaceútica Suizo, en licitaciones con el Estado. 

Según se escuchó de parte de Spagnuolo,  los hechos de corrupción habían sido notificados al presidente. 

Y a menos de un mes de las elecciones legislativas nacionales, el principal candidato libertario –José Luis Espert– quedó más comprometido en su vinculación directa con el narco Fred Machado. Un video lo muestra agradeciendo públicamente la disposición del avión privado del ahora detenido narcotraficante, pero además un documento comprueba que Espert recibió 200 mil dólares de parte de Machado, en febrero de 2020.

Demasiados enemigos

Por último, si alguien pudiese hacerle ver la realidad al presidente, debería advertirle algo muy visible: se está ganando demasiado rechazo en poco tiempo.  No solo de parte de la política, sino de parte de la gente de a pie. 

El peronismo -más allá de lo que se pueda decir de su interna- sintetizó una unidad y en las pasadas legislativas de la provincia de Buenos Aires venció por 13 puntos a La Libertad Avanza. Eso consolidó a Axel Kicillof como nueva figura del movimiento y también empezó a mostrar fisuras en un gobierno que no escucha. 

El Congreso de la Nación ya no es tan permisivo y empieza a acertarle duros golpes al oficialismo. Por primera vez un gobierno sufre la caída de un DNU, algo que pareciera podría volver a repetirse. 

En tanto, el ajuste a jubilados, universitarios, Salud  (con el Garrahan a la cabeza) y discapacitados,  sensibilizó a una buena parte de la ciudadanía. Incluso de algunos que votaron a Javier Milei con la esperanza de un cambio. 

El último (grosero) error del oficialismo fue ponerse en contra a una gran parte de los productores agropecuarios del país, históricamente alineados a gobiernos más de centro o de derecha. Milei prometió bajar a cero las retenciones hasta el 31 de octubre y después revirtió la medida, luego de que las principales agroexportadoras vendieran por más de 7 mil millones de dólares. 

Vale aclarar que en los comicios de la provincia de Buenos Aires, el peronismo volvió a ganar  -después de 20 años-  en la cuarta sección electoral,  una zona profundamente agropecuaria. 

 

Cortemos por acá para no hacerlo más extenso, pese a que la realidad es un poquito más compleja.  Aún así,  vale analizar si de estos cuatro puntos nodales, el gobierno está tomando nota  o más bien está echando más leña al fuego.