Las razones por la cual la CGT abandona el diálogo y se suma a la marcha de San Cayetano

La central obrera había tenido un encuentro con el secretario de Trabajo del gobierno de Javier Milei, pero nada de lo que se planteó fue escuchado. La CGT ve con malos ojos la reforma laboral que encabeza la Casa Rosada y para presionar se suma a la tradicional marcha de San Cayetano, el próximo 7 de agosto. Será el punto de tensión más alto desde el segundo paro general, de mayo. 

Que el panorama para la clase trabajadora es muy complejo, ya no es novedad en la Argentina. Sin embargo, la CGT había bajado su intensidad de reclamos desde el segundo -y último- paro general, allá por el 9 de mayo. 

De hecho, la semana pasada se reunió con el Secretario de Trabajo, Julio Cordero, mientras de forma extraoficial algunos medios de comunicación aseguraban que el ahora ministro Federico Sturzenegger preparaba una reforma laboral que incluía destrucción de muchos derechos laborales, entre ellos, la posibilidad de extender la jornada de trabajo a 12 horas. 

Con todo esto de fondo y tras una muy mala negociación con el gobierno, finalmente la cúpula de la Central Obrera decidió retirarse del “diálogo social” que había ofrecido el Ejecutivo, en el marco del “Consejo de Mayo”, una mesa que se creó posteriormente a la firma del Acuerdo, el pasado 9 de julio en Tucumán. 

No solo eso, si no que el triunvirato de la CGT ya anunció que se sumará a la marcha de San Cayetano, del próximo 7 de agosto, una tradicional movilización que pone sobre la mesa reclamos de las clases populares, entre ellas, las más conocidas: Pan, Paz y Trabajo. 

Ayer, en la última reunión del Consejo Directivo de la CGT, el ala más combativa liderada por Pablo Moyano, se impuso en la pulseada ante el sector moderado de Hector Daer y Carlos Acuña.

“El Gobierno no ha dado una respuesta positiva dos temas que para nosotros eran fundamentales: el Impuesto a las Ganancias y que se retirara la apelación al fallo del capítulo laboral del DNU 70/23”, sostuvo Daer, tras la reunión realizada en la tradicional sede de calle Azopardo. 

La CGT solo había llevado dos temas claves para negociar -y en los que pensaba que se iba a llevar una respuesta satisfactoria-: que se modificara la aplicación de Ganancias para la cuarta categoría, que el Gobierno restituyó con la ley Bases para que volviera a alcanzar a los salarios de 1,8 millones de pesos, por un lado, y que se retirara la apelación en tribunales al fallo que en el verano había tumbado el capítulo laboral del mega DNU de Milei.

“No estamos dispuestos a sentarnos en un mesa tripartita cuando habíamos quedado en discutir la reglamentación, y el Gobierno este miércoles reglamentó la figura de que un independiente puede tener tres colaboradores, a los que llama independientes, y que tienen que ir al monotributo”, agregó Daer. 

Además, la central obrera pone sobre la mesa el hecho de que la reforma laboral que tiene en mente el gobierno hasta ahora solo tiene en cuenta los reclamos de los empresarios y no la de los sindicatos y trabajadores. En ese sentido se plantaron fuerte contra algunos artículos que hablan del “trabajador colaborador”, así como el de la posibilidad de ser despedido por bloqueos a las empresas. 

A todo esto, desde la central obrera nace la idea de que el secretario de Trabajo, Cordero, no es un real interlocutor entre el gobierno, los empresarios y los trabajadores. Por lo que se desdibuja la imagen del funcionario ante el reclamo que va a resurgir a partir de agosto.