Moctezuma es un pueblo del Partido de Carlos Casares y tiene sólo 445 habitantes. Pero la vida tranquila de la localidad se vio sacudida con un conflicto gremial en la fábrica Lácteos Vidal S.A, una de las pocas fuentes de trabajo.
Desde hace más de 10 días, los laburantes de la empresa mantienen una medida de fuerza junto con la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera, para que la patronal los categorice de acuerdo al convenio colectivo de trabajo.
“El Ministerio de Trabajo de la Provincia emitió las multas a partir de inspecciones que realizaron que nos dan la razón. Lo que marcan estás multas es que los compañeros están mal categorizados y que la empresa debe adecuarse a lo que dice el convenio colectivo de trabajo”, manifestó en diálogo con ARG MEDIOS el secretario Gremial de ATILRA, Heber Ríos.
Durante el conflicto hubo paros, conciliación obligatoria, vencimiento de la misma sin grandes resultados y la definición de una medida de fuerza por tiempo indeterminado, frente a la falta de voluntad de la empresa de incorporarse a la ley.
El conflicto no es nuevo, de hecho desde el 2014 la empresa se encuentra fuera de la ley. En aquel entonces eran 11 trabajadores mal categorizados, pero año tras año ese número se fue incrementando. Actualmente, la empresa adoptó otra modalidad de contratación que empeora la situación: contratar a personal bajo la modalidad de monotributo. “Es totalmente fuera de la Ley, también hemos visto que le solicitan al trabajador que se saquen el monotributo”, afirmó el referente gremial.
En resumen, tres trabajadores están por fuera del convenio, mientras que otros 20 se encuentran mal categorizados en un total de 46 empleados de la planta de la pequeña localidad.
“Moctezuma es un pueblo chico, donde hay falta de puestos laborales. Y la patronal sabe eso y por eso hace lo que quiere. Sin embargo, los trabajadores y los propios vecinos comenzaron a darse cuenta de la necesidad de mejorar sus condiciones después de un proceso de charla y conversación con ellos”, sostuvo Ríos.
El conflicto en los medios
El conflicto laboral rápidamente escaló a nivel nacional a partir de los medios hegemónicos. Los titulares denominaron “bloqueo” a lo que fue una medida de fuerza de laburantes en reclamo de sus derechos.
Los micrófonos se pusieron del lado de Alejandra Bada Vázquez, heredera de la firma que se mantiene fuera de la ley, quien en una entrevista se victimizó por no poder contratar bajo sus modalidades: “Yo soy libre de contratar a quien quiera y como quiera”, argumentó.
Entre sus declaraciones, la empresaria manifestó estar perdiendo 33 millones de pesos por la huelga que mantienen los trabajadores. “Para ajustarse a lo que marca la ley implica poner 500 mil pesos al mes. Prefieren perder 33 millones como salió a decir la dueña. Por eso decimos que es un capricho y una visión de patrones de estancia”, agregó Ríos para este medio.
La estrategia de los medios hegemónicos era funcional al Movimiento Empresarial Antibloqueo y la victimización de la empresaria. “La estrategia de este grupo, conducida por Florencia Arieto y Patricia Bullrich, es denunciar penalmente y mediáticamente los conflictos laborales”, señaló el dirigente gremial.
Empresarios antibloqueos y Juntos, un solo corazón
La estrategia no incluyó solo a los medios. Políticos del tenor de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal se sumaron con declaraciones en las redes.
El pasado 13 de agosto, el expresidente compartió en su cuenta de Twitter una nota de Clarín sobre el conflicto incluyendo un vídeo de la dueña de Lácteos Vidal, Alejandra Bada Vázquez. Allí Macri expresó: “Estos hechos mafiosos se van a terminar, falta poco. Falta poco”.
Por su parte, la exmandataria bonaerense viene con una campaña mediática contra los sindicatos, la cual coronó con una ley que prohíbe las reelecciones en los gremios. En medio de su ataque contra las organizaciones de los trabajadores, también apuntó contra ATILRA difundiendo un supuesto apriete de dirigentes a laburantes que no adherían al paro.
A la discusión también ingresó un grupo de empresarios denominados “Movimiento de Empresarios Antibloque”, un sector empresarial encargado de judicializar los conflictos laborales, con apoyo de algunos referentes de Juntos como Florencia Arietto y Patricia Bullrich.
El MEAB denunció a los trabajadores y a ATILRA de “el bloqueo de la entrada a quienes quieren ir a trabajar”. Por su parte, Florencia Arietto manifestó en las redes sociales “Lácteos Vidal resiste, no están solos: el movimiento empresarial antibloqueo ya está interviniendo”.
“La patronal hizo denuncias penales acusando un supuesto bloqueo. Pero es totalmente falsa, el fiscal pudo comprobar que no hubo y no va a haber bloqueo. Hay libre circulación de personas y camiones”, comentó Heber Ríos para ARG.
Los negocios son políticos
Desde hace algunos años, existe una pelea entre APYMEL (la cámara que aglutina a las medianas y pequeñas empresas lecheras) y la organización de laburantes lecheros, en torno a poder flexibilizar el convenio colectivo de trabajo.
La búsqueda central que pretende APYMEL es diferenciar el salario de las pequeñas y medianas empresas con respecto a las grandes usinas lácteas, de la que forman parte Lácteos Vidal y Pampa Cheese. ¿Pero cuál es el vínculo político con Juntos?
La composición societaria de Pampa Cheese está integrada por Mario Quintana, Gustavo Lopetegui y Miguel Braun, exintegrantes del gabinete nacional. Particularmente, Lopetegui es el fundador de Pampa Cheese.
El 24 de noviembre de 2016 Pampa Cheese publicó en el Boletín Oficial el cambio de paquete accionario y un reemplazo de jugadores que no hizo más que evidenciar los vínculos y negocios: Ximena Teresa De Toro Garcia (la esposa de Lopetegui) ingresó en su reemplazo, mientras que también salió Miguel Braun e ingresaron sus hijos.
Por su parte, Quintana dio paso a Nicolás Pichon-Rivière, socio en Pegasus, y se incorporó Sebastián Luis Caputo, vinculado al exministro de Finanzas Luis Caputo.
Una de las grandes disputas se dio durante el gobierno de Mauricio Macri en el contexto de la crisis de Sancor. En aquella discusión, el gobierno logró torcerle el brazo a ATILRA frente a la posible quiebra de la cooperativa láctea, imponiéndole una flexibilización laboral a cambio de un salvataje económico.
Quintana participó de la discusión pese a tener “conflicto de intereses”, al ser accionista y fundador de Pampa Chesse, además de haber sido director de Milkaut entre 2002 y 2003, antes del desplome de esa cooperativa.
La presión del macrismo para romper el convenio de ATILRA a cambio del salvataje, benefició a Quintana, Lopetegui y Braun, que pusieron condiciones para ayudar a Sancor la disminución del aporte patronal a los sindicatos, pero ya no para la empresa en crisis, sino para todas las que integran el sector, incluida la compuesta por los exintegrantes del gabinete.
En concreto, con la firma de aquel acuerdo, Lopetegui logró dos objetivos: el fin del aporte patronal y cambios en los pagos por horas extras, los dos puntos que la administración de Macri consideraba “inviables” para el sector.
El ataque no concluyó con la flexibilización del convenio, ATILRA sufrió una estigmatización y persecución judicial en años donde el macrismo gobernaba. “A nuestra organización gremial le iniciaron dos causas penales, nos hicieron 11 allanamientos. Y en dos instancias quedamos libres de culpa y cargo. Fue un ataque directo y llano”, explicó el dirigente de ATILRA.
Este miércoles, el pueblo de Moctezuma se movilizó para acompañar la huelga. La trama de una empresa poderosa que tiene la capacidad de dar laburo, condicionar los medios zonales y nacionales a través de publicidad, y de tener contactos políticos de gran escala, comienza a desmoronarse por la resistencia de los trabajadores y sus vecinos.