A pesar del peso constante de un bloqueo económico que desfinancia su economía y crecimiento, Cuba fue capaz de producir dos proyectos de vacunas para salvar miles vidas frente a la pandemia de coronavirus. Ambas se encuentran en fase 3 y las autoridades de ese país estiman que se podrían empezar a producir y aplicar a partir de junio.
En una entrevista exclusiva para ARG Medios, el nuevo embajador argentino en Cuba, Luis Ilarregui, asegura que “está todo encaminado” para que el país pueda acceder a esa vacuna.
“Hay objetivos mediatos e inmediatos. El más rápido es ser asistente de la Cancillería y el ministerio de Salud para acceder a las vacunas de Cuba, que están avanzadas, pero todavía no están finalizadas en su fase 3”, explica Ilarregui, a pocos días de haber arribado a la isla y todavía sin poder entablar encuentros formales con las autoridades cubanas por el aislamiento protocolar.
El flamante embajador es un dirigente político con vínculo cercano a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Nacido en la localidad bonaerense de Ayacucho, sus primeros pasos en política se dieron cuando rompió la hegemonía radical y se convirtió en el primer intendente peronista de ese pueblo. Posteriormente, pasó a ocupar una banca en el Senado provincial y también fue funcionario en el gobierno de Néstor Kirchner, con quien entabló una relación de amistad a mediados de los 90.
Lejos de su ciudad natal, Ilarregui contempla las paradisíacas playas caribeñas y las calles cubanas, hoy vaciadas por la prohibición del turismo y la poca circulación de la gente. Cuba se encuentra en fase 1 por el grave aumento de casos de COVID19, que se aceleró a partir de diciembre pasado. Pero la esperanza está puesta en las vacunas.
El embajador indica que una vez que estas sean aprobadas por las autoridades sanitarias de Cuba, se priorizará inmunizar a gran parte de la población local. “Se piensa empezar a vacunar en la segunda quincena de junio para llegar al 70% de la población a finales de agosto”, precisa Ilarregui.
Y agrega un dato que podría volver a colocar a la isla en las páginas de la historia: “Cuba podría ser el primer país que vacune a toda su población con la fabricación de una vacuna propia”.
“Antes de fin de año la vacuna podría llegar a la Argentina. Está definido en términos políticos. Eso es muy importante. Que los dos presidentes hayan hablado y que el presidente Alberto Fernández haya ordenado los contactos, esto refiere que va en serio”, expresa el embajador argentino desde La Habana.
El rol de Argentina es más que importante: “podría ayudar al pre financiamiento para que la producción sea en escala y que, de esta forma, se acelere la provisión de vacunas para Cuba y otros países de América Latina”, cuenta Ilarregui.
Aun así, advierte: no conviene aventurarse a dar una fecha exacta de la llegada de las vacunas, porque se juega en un “terreno resbaladizo” y —considera— que es “un poco irresponsable”. Pero, como explica el embajador, “la voluntad política está y el deseo de adquirir la vacuna está”.
“Es para destacar el esfuerzo de este país con un bloqueo tan importante. A los problemas que podía tener Cuba, la pandemia lo complicó mucho más, así que es para felicitarlos”, enfatiza Luis Ilarregui.
¿Qué se puede esperar de Biden?
Otro de los temas que se estudia con detenimiento en Cuba es el nuevo gobierno de Estados Unidos, tras la asunción del presidente Joe Biden. Antes de llegar a la Casa Blanca, el nuevo mandatario había sido el vice de Barack Obama, el primer presidente que pisó tierra cubana desde que Fidel Castro y los suyos derrocaron la dictadura de Fulgencio Batista y comenzaron la Revolución.
Además, las primeras apariciones de Biden dieron que hablar: anunció un programa social y laboral progresista para la política estadounidense y apoyó la eliminación de las patentes de las vacunas para tratar el coronavirus. Muestras de una gestión totalmente diferente a la del expresidente Donald Trump y que despierta ilusiones sobre un cambio de relación con Cuba.
“Soy militante del vaso medio lleno y a veces peco de optimista”, admite Ilarregui al respecto. Para evitar cualquier ingenuidad, remarca el hecho de que Trump volvió a colocar a Cuba en el listado de países terroristas días antes de que Biden asumiera el poder, y que el nuevo presidente jamás lo denunció pese a que Obama ya había quitado a Cuba de esa lista. “Biden podría haber tenido la oportunidad de denunciar ese hecho a días de su asunción y tenía un justificativo bastante valioso y no lo hizo”, recuerda.
Por eso, el nuevo embajador se entusiasma con que el gobierno demócrata “mejore en algunos aspectos y recupere algunas de las cosas que hizo Obama”, como por ejemplo “volver a tener una embajada en Cuba, permitir vuelos más frecuentes y el turismo”.
En particular, lo que toda Cuba denuncia y reclama desde hace décadas es el fin del bloqueo que sólo buscar hacer fracasar su modelo económico y político, disidente al orden capitalista en el mundo.
“No hay algo peor que un bloqueo porque se convierte en un hecho trágico. Ojalá que la racionalidad prime en las políticas internacionales y que Estados Unidos termine de una vez por todas con esto que complica muchísimo la vida del pueblo cubano”, concluye Ilarregui.