En política, las fricciones y tensiones siempre pueden escalar un poco más y en ese sentido, el gobierno de Javier Milei no parece esquivarle en absoluto al conflicto. Con la salida de Nicolás Posse al frente de la Jefatura de Gabinete, el hasta ahora ministro del Interior, Guillermo Francos, ocupó su lugar.
Pero con este enroque, el Poder Ejecutivo decidió eliminar el Ministerio del Interior, una herramienta gubernamental que hasta ahora todos los presidentes de la historia de Argentina utilizaron.
Será la primera vez, entonces, que alguien gobernará sin esa cartera, que como es de público conocimiento, uno de sus principales objetivos es mantener una relación directa con las provincias y orbitar las elecciones.
Por ahora, el gobierno de Milei la reducirá en una Secretaría, que estará a cargo de Lisandro Catalán, exfuncionario durante el Gobierno de Alberto Fernández.
Sin embargo, esta decisión caerá como un baldazo de agua fría a los gobernadores, que salvo excepciones, mantuvieron una tensa calma con la Casa Rosada desde el pasado 10 de diciembre.
La decisión será leída como otro golpe a esta articulación entre Nación y provincias, que se venía dado en plena conflicto, principalmente con el recorte de los fondos coparticipables. Situación que en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, llegó a una tensión máxima cuando el gobernador Axel Kicillof denunció este hecho en la Corte Suprema de Justicia.
También con la provincia de Chubut, en donde el mandatario “Nacho” Torres amenazó con “dejar sin gas ni petróleo” al resto del país, si el gobierno de Milei no dejaba de retener fondos de los y las chubutenses.
El periodista Marcelo Longobardi le consultó a Francos en Radio Rivadavia si en su nuevo cargo tendrá el rol de generar diálogo y consensos con la clase política. El flamante Jefe de Gabinete respondió: “Para aquellos que dicen que el Presidente no se da cuenta: el Presidente me elige a mí porque se da cuenta que con la política argentina a él se le hace complicado, porque no la entiende, porque tiene diferencias”.
En esta línea, continuó: “El Presidente tiene una visión de la política, la cuestiona, pero tiene la sagacidad de entender que no se puede conversar con la política sin alguien que sea capaz de dialogar y ese es el rol que me ha asignado”.