Mes del orgullo. Historia de revueltas, presente de desafíos

Se cumplen 52 años de “la Revuelta de Stonewall”, aquella revolución callejera del orgullo que se convirtió en el puntapié inicial de una serie de acciones organizadas por el colectivo LGTTTBIQ+.

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El orgullo y Stonewall

Esa noche, un grupo de lesbianas, maricas, trans, latinas, afro descendientes, trabajadorxs sexuales y queers, decidió rebelarse. Gritar basta a la violencia y persecución policial e institucional. Durante esas horas, lxs insurrectxs compartieron en Stonewall el orgullo de resistir en manada y cansadxs de los abusos policiales, se organizaron y respondieron unidxs a esa violencia, marcando el camino para las generaciones futuras.

Probablemente, Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson, referentas de aquella revuelta, no imaginaron que su rebeldía implicaría un antes y un después en nuestra historia. Una repleta de resistencias y luchas por derechos y visibilización en todo el mundo. Fue a partir de la manada que habitó las calles que hoy podemos entendernos y visibilizarnos como existencias dignas de ser vividas.

La organización en torno a la sexualidad se desarrolla a partir de ciertos hitos. A lo largo de los años ponen en tensión el orden heterosexual y patriarcal de nuestra sociedad. Y aunque pareciera que nos remontamos a muchos años atrás, es evidente que no tenemos que mirar a un pasado tan lejano.

Las transformaciones son paulatinas, complejas y recientes. La homosexualidad fue considerada en EE.UU. una enfermedad mental hasta 1973. En Nueva York, los tratamientos con descargas eléctricas continuaron hasta ese mismo año.

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El 28 de junio de 1969 la policía de NY organizó una redada en el Bar Stonewall. | Foto: Victoria Pickering

El orgullo y Argentina

En esos tiempos en nuestro país, desaparecieron y torturaron a más de 400 maricas, lesbianas y trans en la más sangrienta dictadura que sufrió Argentina. Sin ir más lejos, ya en democracia, en el 2010 fusilaron a la Pepa Gaitán por lesbiana. En 2015, nos quitaron también a Diana y Laura. Y en el 2017 judicializaron a Marian Gómez por besarse con su novia en la vía pública.

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Tehuel de la Torre está desaparecido desde el 11 de marzo.

Golpizas y desapariciones convierten nuestro tránsito en una verdadera resistencia. La lista de quienes nos faltan continúa. Llos pedidos de justicia y verdad se renuevan. Cuando nos preguntamos qué pasó con Santiago Cancinos y dónde está Tehuel. Cada día que pasa continuamos exigiendo que no se nos condene por nuestras identidades y existencias.

De revueltas nos nutrimos. El 2021 es un momento para repensarnos, ampliar las miradas y reconstruir. Si algo nos enseñó la pandemia, es que la salida es colectiva. Nosotrxs sabemos desde antes que colectivizarnos y mantenernos en movimiento, es la manera de habitar el mundo. Seguir la ruta de rebeldía y bronca organizada que nos mostraron en aquel momento y convertimos en bandera. Seguimos conquistando derechos.

Orgullo es Ley de Cupo e Inclusión Laboral

El mes del orgullo nos encuentra en 2021 con una nueva victoria legislativa para el colectivo travesti trans: la aprobación de la Ley de Cupo e Inclusión laboral.

Probablemente, como la mayoría de nuestras heroínas colectivas, Lohana y Diana tampoco sabían que su eterna resistencia, siempre del brazo con las compañeras y en la primera línea de fuego, iba a ser recordada por cada persona travesti y trans que acceda a un trabajo digno.

Menos sabrían que sus nombres y luchas pasan a la historia en cada paso de la discusión de una ley que busca garantizar un derecho históricamente negado para este colectivo. La ley lleva sus nombres. Otra victoria simbólica para que no mueran nunca, y su legado arda en la memoria de nuestro pueblo. A las luchas, siempre debemos ponerles nombres, para no olvidar quienes escriben nuestra historia.

Orgullo son las protagonistas

Cecilia Cheku Romero es militante de la Asamblea Trans Travesti, parte de Mil Flores y trabajadora de la Agencia Territorial del Ministerio de Trabajo de Córdoba. En diálogo con ella, abrimos a pensar y preguntarnos qué escenarios se abren a partir de este momento.

 

¿Cuáles serán nuestras nuevas revueltas?

Para Cheku, el debate por la Ley de Cupo laboral trans y travesti refleja una compleja trama de exclusión. Afecta distintos ámbitos de la vida (acceso a la educación, a la salud, habitacional),  y dejó en evidencia que la violencia estructural ejercida sobre el colectivo trans travesti es generalizada y sistemática.

A partir de la sanción de la ley, podemos pensar en otro futuro de la mano de esta herramienta y así volver la vida más vivible. Pero también, se abre la posibilidad de que las infancias trans tengan la sublime oportunidad de elegir su futuro.

Sobre la ley, Cheku sostiene que “se hizo justicia”. Pensar en cupos laborales para la comunidad trans es clave, es necesario y es urgente. Sí, llegó tarde. Y como coloca, este es el tipo de “perdón del Estado que necesitábamos, porque a partir de esta ley podemos decidir y dignificar nuestras vidas, que tan violentadas tenemos.

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Cheku Romero

Orgullo es avanzar

Es fundamental que este tipo de leyes, se construyan día a día en nuestra sociedad. Deben ser defendidas para avanzar, para pensar en nuevas oportunidades. Las leyes, en nuestro país visibilizan las discusiones de años. Se convierten nuevamente en procesos abiertos que marcan condiciones de posibilidad para nuevos derechos, como pasó con el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género. Ahora el foco de desafíos estará puesto en la aplicación efectiva del cupo e inclusión TTT. 

Construimos un nuevo mundo, y en este momento en que la humanidad nos decepciona, sabemos que la esperanza está en nosotrxs. En quienes no nos callamos, porque no queremos este mundo injusto. Nos hermanamos en movimientos rebeldes, orgullosxs, con memoria y furia organizada para nombrar y visibilizar nuestras existencias. 

El camino que construimos, es para las nuevas generaciones y -como dice Cheku- para que las que sobrevivieron puedan ver que valió la pena la resistencia”. Sabemos que la conquista de esta ley es fundamental. Da cuenta de la necesidad de que el Estado propicie una reparación para quienes han sido históricamente excluidxs y estigmatizadxs.

También sabemos que es sólo otro comienzo, y que los movimientos feministas y lgtttbiq+, y en particular el colectivo travesti trans va a seguir imponiendo su agenda y demandas. Para construir un país más justo, diverso e igualitario.

Explotemos nuestras identidades, con la escucha a quienes nos marcan el camino, porque como plantea Marlene Wayar “se puede dejar de ser lo que se es para ser lo que cada unx desea” y esto no debería costarnos la vida.

Es necesario que nunca dejemos de patear los límites de lo que imaginamos como posible. Seamos protagonistas y desconfiemos cada vez que hablen por nosotrxs. Somos esas grietas que quiebran y desordenan la escena pública heterosexual y patriarcal. Tenemos la tarea de seguir, porque es por allí “por donde pasa la luz”.

Los lugares que conquistamos con arduas batallas sin descanso cada vez serán más. Nos mueve el deseo de ampliar los horizontes establecidos y tenemos el coraje de darlo vuelta todo.