A Cristina ya la tocaron, pero el quilombo nunca se armó

Desde las expresiones de la ex mandataria se puede advertir que no es que ella no quiera ser candidata, si no que no la dejan. Este 25 de mayo, ¿Se esperará un discurso de Cristina o el pueblo saldrá a las calles para exigir poder votar libremente?

*Nota de opinión

Cristina no será candidata. A nada.

La vicepresidenta lo tuvo que repetir en al menos tres oportunidades desde diciembre del año pasado. Por supuesto, se entiende por qué: para miles de argentinos y argentinas representa una figura capaz de poder sacar al país de la crisis económica y social que se vive desde hace por lo menos ocho años.

Pero lo llamativo es que la expresidenta aclaró en todas estas oportunidades que no será candidata debido a una “proscripción” por parte de la Justicia, luego de que sea condenada en una causa por supuesta corrupción.

Hay al menos dos análisis importantes acá:

1: Desde las expresiones de la ex mandataria se puede advertir que no es que ella no quiera ser candidata, si no que no la dejan.

2: Por otro lado, si la proscripción de la justicia es real y si además le sumamos que el año pasado la quisieron asesinar en frente de las cámaras de televisión, se podría admitir que la expresidenta ha recibido varios atentados.

Por lo tanto, -relacionándolo a una canción militante que suena desde hace mucho-, a Cristina “ya la tocaron”. Y hasta ahora nunca se armó “quilombo”.

 

Lo más preopupante de todo esto es que la vicepresidenta no es precisamente una referenta social ligada a la extrema izquierda y una representante del anti sistema. Desde sus discursos se ha podido conocer que es una abierta defensora del capitalismo y en sus gobiernos lo comprobó. Solamente que con una perspectiva de inclusión y desarrollo para las clases más humildes y trabajadoras (más allá de todo lo que podamos discutir y criticar).

Es decir, en pleno 2023 -y pese al arrastrado sufrimiento que viene soportando el pueblo- un sector muy pequeño de la sociedad prohíbe este tipo de candidaturas, que ni siquiera pueden catalogarse violentas o incitadoras al odio, como sí lo son otros representantes de la extrema derecha argentina. Un homenaje siniestro a poco de que se cumplan 40 años del retorno de la democracia.

 

La pregunta para finalizar es: este 25 de mayo, ¿Debemos esperar un discurso de Cristina o demostrar en las calles la dignidad de un pueblo que solo quiere elegir libremente a sus representantes?