No soy yo, sos vos: diálogo y tensiones entre China y EE.UU

Del 2000 a la fecha, la economía de occidente creció casi 3 veces y la china, más de 14 veces. Ante este avance inminente del gigante asiático, ¿Cuáles son los puntos de negociación y tensión con EEUU?

Si la economía mundial creció 2,8 veces en el período 2000-2021, la economía estadounidense creció 2,24 veces, la europea 2,34 y la china 14,1 veces.

Previo al comienzo de la cumbre del G20 en Indonesia, la mañana del 14 de noviembre, se dio la primera reunión presencial entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping, que durante 3 horas y media encontró a los altos mandatarios de las dos mayores economías del mundo debatiendo sobre el futuro de las relaciones bilaterales entre los países.

El tono de ambos mandatarios se enmarcó en el slogan utilizado durante esta cumbre, “recuperarse juntos, recuperarse más fuertes”, haciendo referencia a una estrategia de cooperación para salir de la fragilidad económica que el mundo está atravesando.

Esta fragilidad económica no solamente es sofocante para los países con menos recursos para enfrentar la pandemia del COVID, las subas de precios de los commodities y los impactos del cambio climático, sino que está acelerando la pérdida de poder relativo de Occidente en relación a Oriente, en particular, de Estados Unidos y Europa versus China.

Los datos lo dicen por sí solo: entre el 2000 y el 2021, Estados Unidos pasó de representar 30,3% del PBI mundial en el año 2000 (con US$ 10,25 billones) a 23,93% (con US$ 23 billones), similar a la Unión Europea de 21,52% (US$ 7,28 billones) a 17,78% (US$ 17,09 billones), mientras que China hizo el proceso contrario, con su PBI creciendo de 1,21 a 17,73 billones de dólares entre el 2000 y el 2021, y pasando de representar 3,58% de la economía mundial a 18,45%.

En otras palabras, la pérdida de poder económico relativo de Occidente frente a China se expresa en el hecho de que, si la economía mundial creció 2,8 veces en el período 2000-2021, la economía estadounidense creció 2,24 veces, la europea 2,34 y la china 14,1 veces, representando una porción cada vez mayor de la economía global, junto con posiciones estratégicas en las cadenas de suministro global.

A este ritmo, China se convertiría en la mayor economía del mundo en menos de una década, siendo la primera vez en los últimos 140 años que una economía sobrepase a Estados Unidos.

Tres puntos de acuerdo:

Según los trascendidos, la Casa Blanca enfatizó sobre tres puntos principales:

  1. En relación a la competencia entre países. Biden se refirió a continuar una política de competencia vigorosa para con China, pero remarcando que es responsabilidad de ambos países que la competencia no derive en conflicto.
  2. En relación a Taiwán, remarcó que Estados Unidos se adscribe al principio de Una Sola China, y que el mundo y la región asiática encesitan paz y estabilidad en el Estrecho de Taiwán. Al mismo tiempo, reconoció que no imaginan un escenario de “invasión de Beijing a Taipei” en el corto plazo. 
  3. Un fuerte posicionamiento en contra del uso de armas nucleares y reafirmaron su compromiso de no utilizarlas.
Si la economía mundial creció 2,8 veces en el período 2000-2021, la economía estadounidense creció 2,24 veces, la europea 2,34 y la china 14,1 veces.

Hechos recientes

Estados Unidos pone la responsabilidad en ambos países para evitar el conflicto. Sin embargo, hay un marcado contraste entre la versión de Estados Unidos presentada en esta reunión y la historia reciente, posicionándolo como iniciador de los conflictos.

Por un lado, porque fue la misma Casa Blanca quien, en el marco de su pérdida de poder económico relativo contra China, inició una guerra comercial contra el país asiático en el año 2018, imponiendo aranceles discriminativos del 25% a lso productos de origen chino. Así mismo, ejecuta una política permanente de sanciones hacias las empresas chinas que cotizan en bolsa en los mercados estadounidenses (en particular, aquellas de tecnología), acusándolas de espionaje, y tiene una guerra muy marcada contra Huawei, con centralidad en la disputa por el dominio de la producción de chips.

Por otro lado, en relación a Taiwán, es muy difícil encontrar un ejemplo de acto de paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán promovido por Estados Unidos. Por el contrario, sus actividades más recientes fueron directamente en el sentido opuesto, provocaciones hacia un escenario bélico: además de los discursos pro-guerra que transmite la Casa Blanca y los medios de comunicación hegmónicos en Estados Unidos, la visita de Nancy Pelosi a la isla (en agosto de 2022) incrementó las tensiones bilaterales con Beijing. Además, en un plano más concreto, en septiembre de este año el Senado estadounidense aprobó la venta de armas a Taiwán por 4.500 millones de dólares.

Si bien Biden plantea no adherir a un escenario de guerra fría contra China, en la propia política de Seguridad Nacional estadounidense reconoce a China como un enemigo estratégico, una continuidad de la política internacional profundizada durante la era Trump, pero con menor nivel de presión sobre sus aliados europeos.

*Gisela Cernadas es una economista argentina viviendo en China, integrante del colectivo Dongsheng (Noticias de China), miembro del Frente Patria Grande de Argentina y de la campaña internacional Basta de Guerra Fría.