Todo indicaba que la jornada del 14 de junio sería más dura para Juntos por el Cambio (JxC) que para el viejo Frente de Todos (FdT), ahora rebautizado Unión por la Patria (UP). La tensión que implicaba la posible adhesión a la alianza opositora del actual gobernador de Córdoba, Juan Scharetti, vaticinaba un cierre de alianzas complejo para JxC, con posibilidad incluso de rupturas.
Nada de esto sucedió. Por el contrario JxC conservó su nombre y sumo a sus filas al GEN de Margarita Stolbizer y Avanza Libertad de José Luis Espert. Los jefes de la coalición opositora se reunieron en el Comité Nacional de la UCR para firmar la documentación e inscribir el frente electoral ante la Justicia sin mayores inconvenientes.
Por su parte el viejo FdT, sin candidatos definidos ni ampliaciones que generasen debates acalorados, debía solo firmar la documentación correspondiente e inscribir al frente ante la Justicia modificando el nombre, algo que ya se esperaba y sería la frutilla del postre. La sorpresa por la nueva denominación de la alianza sería luego absorbida por una seguidilla declaraciones que dejaron en evidencia las fuertes tensiones que conviven en la (no tan) flamante “unión”.
La disputa se inició a partir de diferentes criterios en la conformación futura de las listas de legisladores. Los dos sectores encabezados por el diputado Máximo Kirchner y representantes de Daniel Scioli, acordaron que la minoría, es decir el que salga segundo en la interna, deberá superar el 30% de los votos de la coalición y recién podrá poner diputados cada cuatro lugares, que ubican un legislador o legisladora en el cuarto lugar, en el octavo, y en el décimo segundo.
Antes del acuerdo, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, ya había anunciado en una entrevista radial que de “no estar atado a la ley”, el acuerdo interno del frente se recurriría a la Justicia. El compromiso finalmente se firmó, pero evidentemente fue a regañadientes. Horas después de presentarse la documentación, el Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires encabezado por Máximo Kirchner emitió una contundente declaración pública que reavivó la interna.
“Llama la atención la especial dedicación que han puesto en la discusión sobre un “diputado nacional más o uno menos”, indicaron. “Ante la posibilidad de que dicho sector abriera las puertas a la intromisión judicial aprovechándose de la enemistad manifiesta y la animosidad persecutoria para quienes hoy tenemos la responsabilidad de conducir el partido, decidimos dar por concluida la discusión”, sostuvo el partido en el comunicado. “Problema de cartel, abundancia de vanidades”.
La declaración apuntó no solo contra el ex gobernador bonaerense, Daniel Scioli, sino también contra el presidente de la Nación y líder del Partido Justicialista a nivel nacional, Alberto Fernández al cual no le escatimaron ni el segundo nombre en pos de señalarlo como culpable de la maniobra.
La declaración fue respondida al siguiente día por el exgobernador bonaerense, quien aseguró estar en contra de la judicialización de las diferencias políticas e intentó despegarse del actual presidente. “No soy títere ni candidato de nadie. El candidato de Daniel es Scioli, ¿está claro? Y quiero legitimar y tener el poder político, la independencia de autonomía y lo que haya que hacer el tiempo que se viene en la Argentina a partir del resultado de las PASO”, subrayó Scioli durante una entrevista radial. Por su parte, Alberto Fernández esquivó el tema y se refirió al nuevo nombre durante un acto en el Centro Espacial Punta Indio: “Cristina y yo tenemos el mismo objetivo y por eso fundamos Unión por la Patria”.
Este contexto le puso una expectativa distinta a la intervención que Cristina Fernández de Kirchner tenía prevista en tierras santacruceñas junto a la gobernadora Alicia Kirchner y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. La intervención de la vicepresidente fue en línea con la declaración del miércoles por la noche. Denunció el intento de judicialización y apuntó contra el presidente: “Cuando uno está en el Gobierno, la responsabilidad es gobernar”.
Más allá de las riñas coyunturales del frente, volvió a apuntar sus darlos contra el acuerdo que sostiene la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI): “En nombre del derecho que tienen los jóvenes y nuestros nietos a vivir en un mundo mejor, es necesario que reflexionemos e impulsemos con responsabilidad que haya diálogo entre todas las fuerzas políticas para abordar el terrible tema del endeudamiento con el FMI. Créanme que ese es hoy el principal problema que tiene la República Argentina. No los trajimos nosotros”.
Lejos de esta disputa quedaron las tres figuras que conformarían la lista competidora a la de Scioli: Wado de Pedro, Sergio Massa y Axel Kicillof. En este caso el orden de los factores si altera el producto. Un referente de UP como Juan Grabois lo entiende así, y sostiene todavía en los medios que de ser Massa, el candidato de la otra lista, él no bajará su candidatura presidencial.
Sergio Massa gozará de una buena semana tras ver la baja del índice de precios que aún se encuentra lejos de los tres puntos porcentuales a los que su gestión aspiraba, pero lo esperanza a encarar un plan de estabilización. Kicillof por su parte mantiene su campaña en busca de la reelección, pero anticipa que hará “lo que defina el conjunto”. Su nombre sigue en danza.
Wado de Pedro sigue subiendo su perfil. Con una extensa nota biográfica en un importante portal del progresismo, con videos y encabezando el primer acto de UP como tal. “Voy a estar donde mis compañeros y mis compañeras quieran”, el ministro de Interior estrenó el nuevo sello electoral desde el oeste bonaerense en un plenario de la militancia devenido en acto de campaña. “Se viene una discusión entre dos modelos de país, uno que quiere un Estado presente y otro que busca entregarnos al FMI”, dijo.
La incertidumbre sobre la conformación definitiva de las listas ya va llegando a su fin y falta poco para saber quiénes serán los candidatos ¿Habrá vida después del misterio? ¿Cómo hacer campaña en un frente que tras bambalinas se ve perdedor? Pocos meses quedaran para el norte trazado por CFK: volver a enamorarse de la patria, volver a enamorar al pueblo.
Algo dice que hay poca paciencia para las disputas palaciegas mientras la calle se pone cada día más fría.