A casi siete meses de comenzada la Operación Militar Especial rusa en Ucrania, cualquier intento de negociación ha sido boicoteada: las tensiones aumentan, Rusia avanza con determinación, Ucrania sigue rogando por apoyo occidental, Donbass, Jerson y Zaporozhye eligen su futuro, la amenaza nuclear ocupa un mayor lugar, EEUU/OTAN cantan una nueva victoria sobre Europa. Por otro lado, Alemania se hunde, Polonia saca ventaja, el pueblo europeo sale a las calles y la multipolaridad se consolida.
Los referéndums y la pronta incorporación de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, y las regiones de Jerson y Zaporozhye como territorios partes de la Federación de Rusia; los atentados a los gasoductos Nord Stream y Nord Stream II; la explosión en el puente en Crimea y el nuevo, pero no novedoso, paquete de sanciones de la UE contra Rusia, marcaron una nueva etapa de la situación de la guerra, pero también de la crisis europea y las relaciones internacionales.
Referéndums e incorporación a Rusia
A siete meses de iniciada la operación militar rusa en Ucrania, las Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) y las regiones de Jerson y Zaporozhye convocaron a un referéndum. Por un lado, Jerson y Zaporozhye consultaron sobre la declaración de independencia de Ucrania e incorporación como territorio de Rusia. Por otro lado, las RPD y RPL, ya declaradas independientes y reconocidas por Rusia dos días antes de la operación militar especial, consultaron sobre la adhesión como territorio ruso.
Con el objetivo de resguardar la seguridad de todxs, los referéndums se desarrollaron del 23 al 27 de septiembre, focalizando la votación de las primeras cuatro jornadas en lugares públicos y en las casas, mientras que el último día los habitantes acudieron a los colegios electorales. La población refugiada en Rusia también participó del referéndum. El proceso contó con observadores de Italia, Alemania, Venezuela, Letonia y otros países.
De acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, la participación en el referéndum fue del 97% en la RPD, 92% en la RPL, 85% en Zaporozhye y del 76% en Jerson. De quienes participaron, el 99% (RPD), el 98% (RPL), el 93% (Zaporozhye) y el 87% (Jerson) apoyaron la idea de adhesión de sus territorios a la Federación Rusa.
Pocos días después la Duma Estatal y el Consejo de la Federación reconocieron la independencia de los territorios y la unificación de los cuatro oblast a Rusia.
La respuesta internacional no se hizo esperar: EEUU anunció más apoyo para Ucrania y sanciones contra Rusia, la UE lanzó un nuevo paquete de sanciones y el Consejo de Seguridad de la ONU buscó aprobar una resolución que declaraba la adhesión de los territorios como una violación de la Carta de las Naciones Unidas y exigía su inmediata retirada. No obstante, la resolución fue vetada por Rusia quien posee poder de veto. Albania, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Francia, Ghana, Gran Bretaña, Irlanda, Kenya, Noruega y México votaron a favor de la resolución, mientras que Brasil, China, Gabón e India se abstuvieron y Rusia votó en contra.
En la Asamblea General de las Naciones Unidas fue aprobada la resolución que rechazaba los referéndums con 143 votos a favor, incluído el voto argentino, 5 en contra incluídos Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua y Siria, y 35 abstenciones incluídas China, Bolivia, Argelia, Pakistán, Honduras y Mali.
El mismo día que Putin declaró su apoyo a los referéndums, también anunció la “movilización parcial” de 300 mil reservistas, es decir, aquellos militares que se encuentren actualmente en reserva. De acuerdo al ministro de defensa ruso, Serguéi Shoigu, el objetivo es la consolidación de los territorios ocupados y su control.
Una de las últimas medidas adoptadas por Rusia fue la introducción de la ley marcial a partir del 20 de octubre en las regiones recientemente incorporadas. También se estableció un régimen de alerta media para la República de Crimea, el territorio de Krasnodar, las regiones de Belgorod, Bryansk, Voronezh, Kursk, Rostov y la ciudad de Sebastopol; un régimen de alerta máxima para los territorios de las entidades constitutivas de la Federación Rusa que forman parte del Distrito Federal Central y del Distrito Federal Sur y; el resto del territorio ruso se encuentra en régimen de alerta básico. Estas medidas forman parte de un plan de defensa territorial que busca garantizar la seguridad de las personas, de las instalaciones críticas, del orden público, de la economía y la industria.
De esta manera Rusia incorpora nuevos territorios, posee acceso único al Mar de Azov, más presencia en el Mar Negro, posee uno de los principales puertos: Mariupol y sigue luchando por la central nuclear de Zaporozhye.
Atentados a los Nord Stream
Mientras se desarrollaban los referéndums en Ucrania, sucedió el atentado contra los gasoductos Nord Stream y Nord Stream II, boicoteando no sólo una mega infraestructura rusa, sino también el mayor suministro estable de energía para Europa en contexto de crisis energética, y el proyecto más sólido que conducía a la autonomía estratégica europea.
El 26 de septiembre se informó dos fugas en el Nord Stream cerca de la ciudad de Simrishamn y otra fuga más en el Nord Stream 2 en la zona económica exclusiva de Dinamarca, cerca de la isla de Bornholm. De acuerdo a la empresa Gazprom, los gasoductos sufrieron severos daños y la posibilidad de restauración no sólo implica logística tecnológica, sino también decisión política por parte de la UE y Alemania.
Desde occidente hablan de sabotaje, mientras que en Rusia hablan de terrorismo internacional.
Una de las primeras reacciones ante el atentado fue la del ex ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, quien tuiteó: “Gracias, Estados Unidos”, junto a una foto de la fuga de gas, que luego eliminó.
Polonia adquiere una importante relevancia geopolítica, por un lado porque uno de los gasoductos provenientes de Rusia atraviesa su territorio, y por otro lado, porque al día siguiente del atentado se inauguró el “Baltic Pipe”, el nuevo gasoducto para transportar gas desde Noruega a través de Dinamarca hasta Polonia y los países vecinos. El Baltic Pipe suministrará gas en Europa Central y Oriental y en los Estados Bálticos.
El actor más perjudicado es Alemania. La potencia europea se verá obligada a negociar con Polonia, República Checa o Ucrania. Así, termina de condenarse como vasalla estadounidense y podría hundirla cada vez más en las crisis que incluyen una enorme inflación, endeudamiento, recesión, fuga de empresas, aumento del costo de vida, pérdida de bienestar, movilización social, despidos, quiebras e incertidumbre económica.
Estados Unidos era uno de los actores a los que más molestaba los proyectos de Nord Stream y la relación entre Alemania y Rusia que, por un lado conducía al desarrollo del proyecto euroasiático y, por el otro impedía el desarrollo del negocio de gas natural licuado (GNL) a Europa, ahora consolidado.
El analista internacional, Pepe Escobar, plantea que “podemos estar ante el caso que un miembro de la UE/OTAN esté implicado en un acto de sabotaje contra la economía número uno de Europa; la economía alemana. Eso es un casus belli”.
O, en caso contrario, si la hipótesis de que Rusia es el autor del sabotaje contra Alemania, entonces ¿Por qué no se ha invocado el artículo 5 de la OTAN?, el cual determina que cualquier ataque contra cualquier integrante de la Organización militar será considerada “como un ataque dirigido contra” todos los integrantes, por lo que se considera legitimado el uso de la “fuerza armada”.
Explosión en el estratégico puente de Crimea
A todo esto, el 8 de octubre explotó un camión en el tramo de carretera del puente de Crimea, provocando el incendio de siete depósitos de combustible de un tren ferroviario. Tres personas murieron a raíz de la explosión y el puente sufrió graves daños, pero no lo suficiente como para paralizar su uso. A pesar del intento de cortar una infraestructura estratégica para Rusia, el 12 de octubre el puente retomó su funcionamiento.
El puente se comenzó a construir en 2014 luego de que Crimea se unificara con Rusia. Atraviesa el estrecho de Kerch y consta de dos tramos, el de carretera con cuatro carriles inaugurado en 2018, y el servicio ferroviario con doble vía para trenes de pasajeros y mercancías terminado en 2020. Con 19 km de longitud y arcos de 35 metros que permiten el paso de barcos, es considerado el puente más largo de Europa.
Se trata de una arteria vital de transporte, turismo y abastecimiento necesario para la economía de la península. También es un fuerte símbolo de la unificación de Crimea y Rusia.
La conexión directa del puente también permite el traslado rápido de tanques, cañones de artillería y demás equipos necesarios para suministrar a las tropas. No obstante, esto no se vio afectado ya que el suministro continuó sin problemas por otros pasos por tierra y mar.
Como respuesta al ataque del puente y la gran avanzada del ejército ucraniano en varios frentes, Rusia realizó un ataque masivo con armas de precisión de largo alcance en Kiev y en regiones como Jarkov, Odesa, Dnipropetrovsk, Leópolis y otros puntos claves más. De acuerdo a funcionarios ucranianos, los ataques se dirigieron cerca de la oficina del Servicio de Seguridad de Ucrania y la Oficina Presidencial, contra la base y cuartel general del batallón de Azov y las instalaciones energéticas en Zaporozhye, Vinnitsia, Sumi y Zhitómir dejando algunas regiones sin electricidad, luz ni agua.
En el marco de la escalada de tensiones, EEUU consolida aún más su hegemonía sobre Europa asegurando su mercado de GNL, a medida que aísla a los países europeos del proyecto euroasiático y lo hunde en una gigantesca crisis que moviliza al pueblo europeo. Mientras, Rusia avanza con determinación pese a ciertos retrocesos en el frente de batalla.
Occidente no sólo no logró aislar a Rusia, sino que aceleró el proceso de multipolaridad solidificando las relaciones multilaterales en oriente, los organismos de cooperación asiáticos junto a los países del Sur Global, mientras que socios claves de EEUU velan por sus propios intereses y sueltan la mano a Washington.