El gobierno nacional bajó las retenciones de manera temporal a la soja, maíz, trigo y girasol sólo hasta el mes de julio. Debido a la necesidad de contar con dólares que engrosen las negativas reservas del Banco Central, y al mismo tiempo, beneficiar al conglomerado agroexportador, un puñado de mega empresas que concentran la totalidad del negocio.
Es bueno aclarar que las retenciones las pagan las exportadoras al gobierno, y estas le descuentan esa diferencia (y algo más) al productor al que le compran el grano cosechado. Por lo tanto, es el productor el que las paga finalmente.
No estamos ante una “baja de retenciones” sino ante un acuerdo temporal entre el gobierno y las exportadoras. Similar al denominado “dólar soja de Massa”, donde también se concretó un mega subsidio al complejo agroexportador, para alentarlos a liquidar los dólares. El gobierno, a cambio de que liquiden, les otorga el beneficio de bajarle unos cuantos puntos las retenciones. Pero ese beneficio difícilmente llegue a los productores.
Incluso como opción, las cerealeras pueden adelantarle el dinero al gobierno mediante créditos que obtengan sin tener que vender los granos. Y ese costo financiero también se lo van a descontar a los productores. Los más perjudicados son los chacareros medianos y chicos por su menor volumen de venta y todo el sector de producción ganadera. Las retenciones no son segmentadas, es decir, son iguales para empresas de 20 mil hectáreas que para campos de 50 hectáreas.
Además obliga a los productores a cosechar y vender rápidamente quitándole todo margen de negociación. Todo esto, sumado a que las cerealeras tienen grano guardado de la campaña 2023/2024, con lo cual se van a beneficiar doblemente de este premio.
Esta distorsión de los precios impacta en el precio del maíz, que se traslada a un aumento del precio de la carne de pollo, cerdo, vacunos y lácteos. Los aumentos del trigo y girasol van a impactar en la harina y el aceite.
Es decir, subirá aún más el precio de los alimentos para las familias argentinas. Con respecto a la baja a cero de las retenciones para las economías regionales, es una burla, teniendo en cuenta que el gobierno puso en marcha la apertura indiscriminada de importación de alimentos. Hoy las economías regionales se están fundiendo, ante una baja del consumo interno, bajos precios y costos altísimos. El sector agropecuario y sobre todo los pequeños y medianos productores necesitamos:
• Bajar los altísimos costos que han aumentado un 300% en el 2024. Como ejemplo, en el año 2023, con 2 toneladas de maíz comprabas mil litros de gasoil, mientras que en 2024 necesitamos 6 toneladas.
• Frenar la importación de alimentos, que quiebra a las economías regionales y a las fábricas que agregan valor a dicha producción.
• Segmentar las retenciones.
• Créditos accesibles para cooperativas agropecuarias.
• Políticas de acceso a la tierra.