Carmen Sánchez Viamonte crece a pasos agigantados en el mundo de la música y el arte nacional. Luego de su paso en “La Niña transformen” y “Eva”, ahora comienza a desarrollarse desde el lugar de solista, destacándose en su tercer álbum: “La fuerza”.
Nacida en Villa Elisa, partido de La Plata, la joven se desarrolló en una familia de músicos y artistas.
También, en el marco de una historia de dolor: Carmen es sobrina de Santiago y Cecilia, militantes desaparecidos en la última dictadura cívico-militar.
Su abuela, Herenia Cámara de Sánchez Viamonte, es una de las las madres y abuelas de Plaza de Mayo que tal como dice la propia Carmen, se erigió como una “matriarca” en la familia.
“Es como un pilar que mantiene unida la familia. Es una historia de aprendizaje. Nos marcó valores esenciales de su lucha, que son valores esenciales para la vida y para el ser humano en general”, sostiene Sánchez Viamonte en la entrevista que dio para ARG MEDIOS.
Para la joven música, el hecho de que su vida se haya envuelto en el mundo del arte, tiene que ver con su familia pero también con el entorno: “La Plata es medio mística y mágica en el ida y vuelta cultural que hay”, cree.
Pero a lo largo de su joven carrera, llegar hasta donde hoy llegó no ha sido nada fácil: destacarse en el ambiente del rock, siempre fue un doble esfuerzo para las mujeres.
“Eso fue difícil y triste. Cuando empecé era bastante más ingenua y no sabía que me hacían falta referentas mujeres”, aclara Sánchez Viamonte.
Carmen dice que tarde o temprano maduró la idea de que “el mundo era mucho más hostil para todas las identidades que no sean varones”, pero que su fuerza personal “tuvo mucho que ver la oleada feminista y la visibilización de mujeres en el rock”.
Respecto a su último disco, Carmen dice que “la fuerza surgió en la pandemia. Tiene que ver mucho con el encierro. Siento que es un disco muy nocturno, de desvelarte y pensar en el futuro. Es la preparación y la fantasía sobre ese futuro”.
“Creo que una de las cosas que me preocupa mucho de mi generación es esa sensación de tirar la toalla. Como de ´bueno ´ya está´. Hoy creo que ese mensaje que nos bajan es una herramienta de poder porque nos inhabilitan. La Fuerza me motivó a expresar esa esperanza de que no es así y de hacer otra cosa con lo que no nos gusta”, reflexiona Carmen Sánchez Viamonte.