El Servicio Nacional de Manejo del Fuego dio a conocer la alarmante cifra de 315 mil hectáreas afectadas por el fuego en Córdoba, con un foco activo en el departamento de Capilla del Monte. Según el organismo, el 95% de los incendios forestales son producidos por intervenciones humanas y entre las primeras causas se encuentra el uso del fuego para la preparación de áreas de pastoreo.
Este martes, la comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados comenzó a discutir una reforma a la ley 26.815 de Manejo del Fuego. La iniciativa, impulsada por Máximo Kirchner, busca prohibir durante un período de entre 30 y 60 años la venta de terrenos de bosques nativos o implantados, áreas naturales protegidas y humedales que hayan sido afectados por incendios provocados o accidentales.
Por su parte, el bloque de Juntos por el Cambio rechazó la medida. “Creemos que es una solución irracional porque castiga exclusivamente al propietario, independientemente del hecho que cause el incendio. Legisla sobre las cenizas y no evita los incendios ni su propagación” dijo la vicepresidenta de la Comisión de Recursos Naturales, Brenda Austin.
Este bloque opositor no es el único que desaprueba la reforma. Daniel Pellegrina, titular de la Sociedad Rural, durante una entrevista pidió que el Congreso vote en contra de la reforma y expresó: “Se quemaron 200 mil hectáreas sin valor productivo y mucho menos inmobiliario”. Hace unas semanas, también mencionó en televisión que los proyectos de ley que protegen el ambiente sólo afectan a los sectores productivos y que no resuelven el problema de los incendios.
Si bien son aceptables los debates sobre el cuidado del ambiente, también son necesarias decisiones rápidas. Año tras año se ven las postales del fuego en varias localidades de la provincia de Córdoba, que además no es la única afectada en el país.
Agustina Sosa, periodista cordobesa, contó para ARG que “lo más duro es el silencio, el bosque hecho cenizas, los troncos secos y ni hablar de las personas fallecidas, detrás de cada pérdida hay una historia de vida”.
El trabajo de la comunidad
En su cuenta de Twitter Juan Schiaretti expresó: “En un año donde el clima es cruel y castiga a Córdoba con los incendios (…) Dios nos envió la lluvia y apagó las llamas”, luego de eso agradeció a quienes trabajaron para poder apagar los focos en toda la provincia. Sin embargo, al gobernador se le escapó que el trabajo no fue obra divina, sino de una organización comunitaria, que involucró a vecinos y vecinas, bomberos voluntarios y brigadistas.
Gustavo Protti, ex Bombero de Villa de Soto, contó para ARG que en algunas zonas afectadas “los bomberos no trabajaron porque tenían órdenes de custodiar que el fuego no llegue a las casas y no estuvieron para apagar los incendios forestales”. Comentó, además, que “se logró apagar el fuego con los vecinos y baldes de agua sobre los caballos y las mulas”.
Existe una diferencia entre los bomberos, que son quienes se encargan de los incendios de manera general, y los brigadistas o combatientes forestales, que son quienes tienen una formación específica para apagar incendios en zonas como bosques nativos o humedales. Una formación que no es reconocida a nivel nacional pero es necesaria, los brigadistas suelen capacitarse por sus propios medios ya que los cursos que deben hacer son pagos, sin contar el equipamiento que deben utilizar para realizar su trabajo.
Laura Gomez, una brigadista que nos contó su experiencia, explicó que es necesaria, y de manera urgente, una capacitación en incendios forestales: “Los bomberos no dan abasto, los aviones hidrantes no son suficientes y es necesario un cambio de paradigma, la educación ambiental debe comenzar desde las escuelas”.
Hay una realidad insoslayable: la crisis ambiental está tocando la puerta para cuestionarnos las formas de producción y preguntarnos cómo cuidamos el suelo, los bosques, los humedales y todo el ambiente. La sobreexplotación ya no puede ser la salida y es necesario resolverlo de manera urgente.