No. Un gobierno no puede encargarse simplemente de que las cuentas cierren y no se gaste un centavo más del equilibrio fiscal que se estableció.
Un gobierno no puede vivir vetando leyes que se aprueban en el Congreso de la Nación, después de semanas de debates y consensos con todas las fuerzas políticas del país.
No se puede seguir adelante sin escuchar a las urnas -que el pasado domingo le marcaron una dura derrota al oficialismo- , así como tampoco ningunear el reclamo de los gobernadores, el poder legislativo y hasta la Justicia.
Es decir, quien simplifica que las críticas al gobierno de Javier Milei sólo nacen del peronismo, está buscando desviar la realidad o engañar.
Acá no se trata simplemente de una observación ideológica crítica del gobierno nacional. Se trata de poner los elementos sobre la mesa y sacar conclusiones de la forma más objetiva posible: ¿Quién puede decir que el país está bien?
Todos los problemas económicos, sociales y políticos que antes se marcaban y se denunciaban, se están agravando con este gobierno.
Somos el país que más le debe al Fondo Monetario Internacional (FMI) en el mundo, con más de 65 mil millones de dólares de deuda. Un problema central, porque desde que en 2018 el gobierno de Mauricio Macri nos condenó a esta vieja dependencia, todos los gobiernos se encuentran atados de pies y manos.
Los pocos dólares genuinos que surgen, se destinan a pagar la deuda. Y es precisamente la falta de dólares lo que hace que el país viva en un loop de inestabilidad financiera.
Hoy con Milei, la dependencia con el FMI se agigantó.

Por otro lado, más allá de que este gobierno logró bajar la inflación, hay una verdad estructural que indica que la economía no se está encendiendo, está estancada; cada semana cierra alguna Pyme -principalmente por la apertura de importaciones- y por otro lado, empresas multinacionales están empezando a abandonar el país. Son datos objetivos… simplemente hay que mirarlos.
Los salarios no alcanzan y pese a que los números oficiales hablan de que la pobreza está bajando, no hay manera alguna de que esto esté ocurriendo realmente. Hay algo que se llama “tener calle” y quienes caminan y no se ponen anteojeras, podrán dar testimonio de que hay cada vez más gente tirada en todos los rincones del país.
Pero el malestar general no sólo pasa por la economía, sino también por la angustia que empieza a extenderse en las personas. Si en otras crisis del país, la población explotó, al menos por ahora podríamos decir que la gente está implosionando. Con el consumo, con la violencia social y la violencia de género, principalmente.
Párrafo aparte merece recordar que las manifestaciones que sí se están dando reclamando los derechos vulnerados, son sistemáticamente reprimidas, sin distinguir siquiera reclamos de jubilados o discapacitados.
Entonces, NO… no se puede seguir gobernando así. Y no se puede seguir viviendo así. Sencillamente porque es insostenible.

Necesitamos que el gobierno de Javier Milei piense alguna vez en la población y no en lo que ellos denominan “macro-economía”. Los resultados positivos de la macro no nos están dando de comer, ni aumentando nuestros salarios, ni mejorando nuestras vidas en ningún aspecto.
Necesitamos que deje de ajustar los presupuestos destinados a Salud, Educación, Seguridad, Obras, Universidades, Discapacitados y Jubilados.
Necesitamos que el Congreso y la Justicia le ponga frenos concretos a un gobierno que no escucha.
Necesitamos que la política se imponga a la locura.
Confundir estas propuestas con golpismo, es una completa estupidez. Porque en realidad, es todo lo contrario. Gobernar así es propio de regímenes, mientras que la democracia es precisamente el consenso y el equilibrio entre los poderes de la República.
El pueblo necesita paz, pan y trabajo. El pueblo necesita señales concretas de una vida digna.
Nuestra Patria pagará un precio muy alto, si se le sigue dando la espalda a esta verdad latente.
O expondrá de forma bien clara, quiénes luchan por salvarla y quiénes la entregan.















