Una gira poco pacífica

Antony Blinken realizó una gira por Australia donde se reunió con mandatarios y buscó reafirmar alianzas militares. Desde Washington, ya no esconden su rivalidad con China.

Antony Blinken mira al ministro de Exteriores surcoreano, Chung Eui-yong, en una conferencia junto al ministro japonés Yoshimasa Hayashi. Foto: Reuters

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, realizó una gira por Australia, Fiji y Hawai, donde se reunió con autoridades de diversos países para tratar la seguridad en el Mar del Este de Asia. Según Washington, la idea es ganar influencia en la región para contrarrestar el peso que hoy tiene China. La gira fue para reactivar la alianza de defensa Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD, por sus siglas en inglés), un espacio creado en 2007 que está integrado por India, Australia, Japón y Estados Unidos y que busca incluir en la nómina a Corea del Sur. 

No sólo a través de la visita de Blinken se busca presionar a Seúl para que participe en el QUAD, sino también a través de Mark Lambert, subsecretario adjunto de Estado estadounidense para Corea y Japón, quien enfatizó en que Corea del Sur debería ser más proactivo en mecanismos multilaterales (en referencia a los defensa). 

La presencia norteamericana en el Pacífico se da también a través de AUKUS, otra alianza de seguridad que incluye a Reino Unido y Australia para contrarrestar la presunta amenaza a la libertad de navegación en el Mar Meridional de China. Por esas aguas circula un tercio del comercio mundial, ahí se encuentran importantes yacimientos de gas y petróleo por lo que existen riesgos de conflicto armado en la región. En enero pasado, el Ejército Popular de Liberación de China dijo en un comunicado que un destructor estadounidense invadió sus aguas territoriales alrededor de las islas Xisha “sin la aprobación del Gobierno chino”.

“Los reclamos marítimos ilegales y radicales en el Mar Meridional de China representan una seria amenaza para la libertad de los mares, incluidas las libertades de navegación y sobrevuelo, el comercio libre y sin impedimentos, y la libertad de oportunidades económicas para las naciones litorales del mar de China Meridional”, manifestó el ejército chino.

Para Washington, Taiwán también es muy importante. La isla sostiene con la República Popular China (RPC) un conflicto que es histórico y comenzó luego de la guerra civil en China, en octubre de 1949, con triunfo del partido comunista de la mano de Mao Zedong. Los nacionalistas del Kuomintang perdieron la guerra y se refugiaron en ese territorio. Hoy continúa una disputa interna por la isla de Taiwán bajo el principio de “una sola china”, sostenido por ambas partes. 

Finalmente, en este cuadro de situación, la relación con Japón y Corea del Sur se vuelve relevante. Si bien entre Tokio y Seúl existen conflictos históricos (debido a que Japón invadió la península coreana por casi 35 años), Estados Unidos intenta unir a las partes por objetivos en común en la región. La relación con Japón cambió luego de la Segunda Guerra Mundial hasta llegar a ser aliados en la actualidad. Con Corea del Sur la relación es más estrecha aún, debido a que tuvieron una participación activa en la guerra de Corea (1950-1953) en la defensa surcoreana, y actualmente hay alrededor de 30 mil soldados estadounidenses en la frontera con Corea del Norte. 

El factor Corea del Norte

Corea del Norte es un país que genera incomodidad en la región de Asia Pacífico, desde Pyongyang son bastante herméticos cuando se trata de información interna. La única manera de visitar el país es a través de una agencia autorizada por el gobierno, vía terrestre, desde la ciudad de Dandong, en China. 

Uno de los reclamos hacia Corea del Norte es su programa militar, que de acuerdo a las autoridades gubernamentales es para defensa, mientras que Estados Unidos y otros países del Pacífico señalan una amenaza. En diciembre del 2017, a propuesta del gobierno de Donald Trump, el Consejo de Seguridad de la ONU sancionó a Corea del Norte por el desarrollo de su programa nuclear. Los norcoreanos que trabajaban en el extranjero debieron volver a su país, se prohibieron las exportaciones de maquinarias y equipos eléctricos, y se implementaron restricciones en la importación de petróleo. 

La última gira de Blinken incluyó este tema en agenda, en conversaciones en Hawai con los cancilleres Yoshimasa Hayashi, de Japón, y Chung Eui-yong, de Corea del Sur. Según los gobiernos de estos dos países, los recientes lanzamientos de prueba de misiles de Corea del Norte desestabilizan la seguridad regional.

Blinken dijo que Kim Jong-un estaba en una “fase de provocación”. Por otro lado, expresó que desde Estados Unidos no tienen ánimos de disputa con la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y que están abiertos al diálogo si en Pyongyang están dispuestos a discutir su programa nuclear. Desde China, respondieron a los dichos sobre las nuevas sanciones a la RPDC a través de su portavoz oficial: “si Estados Unidos realmente se preocupa por el bienestar de las personas de Corea del Norte, debe cambiar el enfoque de presión a través de sanciones”.