El actual jefe de gobierno porteño comenzó su carrera política en la estructura del peronismo. Allí fue donde conoció a Sergio Tomás Massa, con quien forjó una amistad que se mantiene hasta el día de hoy, aunque no se sigan en las redes sociales.
Hoy busca ser el referente de la moderación en la coalición de derecha Juntos por el Cambio. Quizás hace algunos años hubiera sido un candidato de consenso para el establishment argentino. Pero en este 2023, el contexto internacional marca un mapa en el que las ultraderechas no paran de ganar terreno en el panorama internacional.
Dentro de la coalición que gobernó entre 2015 y 2019, hoy los que mejor posicionados están de cara a las PASO que se avecinan son Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Uno busca referenciarse en el diálogo y el acuerdo cómo forma de hacer política, mientras que la otra hizo de la mano dura y la confrontación (una acentuación de la grieta) su marca registrada, con una porción del electorado (según muestran las encuestas) dispuesto a votar esa mano dura.
Mientras que la exministra de seguridad promete que con ella “se acaban” los males de la Argentina (los piquetes de trabajadores-no los de la sociedad rural-, los sindicatos, el kirchnerismo, los pueblos originarios), Larreta confía en que con el discurso de la moderación tiene la oportunidad de ganar y en eso coincide con un importante sector del radicalismo referenciado en Gerardo Morales.
Sus razones se basan en encuestas y focus groups (herramientas fundamentales para tomar decisiones en su forma de hacer política) que le indicarían que, si bien hay un hartazgo importante con la situación económica y social, a la hora de votar la población prefiere inclinarse por opciones sobrias y moderadas que garanticen cierto órden cotidiano. Larreta lo llama la “mayoría silenciosa”.
Pero no todo es diálogo y consenso para HRL. “Yo quiero gobernar con el 70% de la Argentina”, supo decir públicamente, lo cual incluye a todos los arcos políticos incluyendo un sector del peronismo (¿Referenciado en Massa?) y excluyendo al kirchnerismo y a la izquierda. “Con el kirchnerismo nunca me voy a poder poner de acuerdo”, esgrimió en un mensaje directo al electorado antiperonista acérrimo. Sin embargo, los extremos no le creen tanto y se ven mejor representados en Bullrich o Milei . ¿Lo votarían si le ganara una PASO a “la dama de hierro de las Pampas”?
Orígenes
Proviene de una familia con historia en la política y con vínculos con las elites argentinas. Un tío bisabuelo homónimo suyo fue procurador General de la Nación entre los años 1923 y 1935; mientras que su bisabuelo Carlos Rodríguez Larreta fue canciller y ministro del Interior de los presidentes Manuel Quintana y José Figueroa Alcorta.
Su padre fue funcionario público durante los gobiernos de Arturo Frondizi y Carlos Menem, además de presidente de Racing Club de Avellaneda en 1977 y 1978. En ese período Larreta padre fue secuestrado por la dictadura militar. El jefe de gobierno recordó el episodio el 24 de marzo de 2022 en las redes sociales, pero no habla habitualmente del tema.
Es economista recibido de la Universidad de Buenos Aires (al igual que Axel Kicillof) y realizó un Master en Administración de Empresas en la Universidad de Harvard a principios de los 90. En 1993 regresó a la Argentina y comenzó su carrera política en la gestión de Carlos Menem. En 1995 estuvo a cargo de la ANSES, donde aplicó la llamada Segunda Reforma del Estado: redujo su planta en 978 agentes, lo que significó un ajuste del 14% en su presupuesto anual y así lograr las metas fiscales para el año 1996.
Este origen político en el peronismo fue el que cruzó sus caminos con Sergio Massa, pero también lo une con Patricia Bullrich. Con el actual ministro de Economía compartió equipo de asesores en 1999 para las campañas de Palito Ortega para gobernador y para la presidencial de Eduardo Duhalde. Durante esos años fundó el Think Thank llamado “Grupo Sophia”, el cual promulgaba la continuidad de las políticas neoliberales del “turco”.
Durante el gobierno de la Alianza Larreta fue interventor del PAMI en representación del Justicialismo, que tenía una deuda descomunal. De ese paso el episodio más recordado es el suicidio del renombrado médico René Favaloro, ya que su fundación no pudo cobrar la deuda de 2 millones de pesos que mantenía con la obra social. El propio Favaloro contó en su carta de suicidio que intentaron sobornarlo de parte de la obra social y que si hubiera aceptado dichas dadivas probablemente el dinero se hubiera transferido.
Succession
En 2003 se unió al proyecto político que fundó Mauricio Macri y que participó de las elecciones de ese año, que perdió contra Anibal Ibarra. En 2007 llegaron a la intendencia de la Ciudad y Larreta fue nombrado por Macri como jefe de gabinete de ministros, para luego suceder a Macri en la jefatura de gobierno de la Ciudad en 2015.
Como miembro fundador del partido que lidera Juntos por el Cambio, construyó un perfil basado en el conservadurismo económico y político, con profundo eje en el equilibrio fiscal (a costa de recortar lo que haya que recortar), en la obra pública como motor económico y como forma de hacer política y en el otorgamiento de cuantiosas pautas oficiales a medios de comunicación como estrategia comunicacional. Durante los últimos años pocos políticos fueron tan cuidados por los medios de comunicación como Larreta.
Desde que Cambiemos dejó el gobierno nacional en 2019, Larreta quedó como el único dirigente de la oposición con responsabilidades de gestión importante. Todo lo que implica ser jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es un trampolín político para cualquier político con aspiraciones: la visibilidad que te da en la agenda política y mediática, la cantidad de recursos que brinda para un proyecto político y el peso político son algunas de las herramientas que tiene HRL para apuntalar su proyecto presidencial.
Pero estos recursos también le sirvieron para un objetivo previo que quizas fue igual de difícil: desbancar a Mauricio Macri en su rol de dueño y jefe del espacio político. Hoy su disputa con Patricia Bullrich tiene como trasfondo ese traspaso de liderazgo en el PRO. Larreta hoy corre con ventaja por el armado político que supo construir en este tiempo, pero habrá que ver si acaso llega a las elecciones con el perfil de “dialoguista” que supo mantener como capital político.
Cuando hay discusiones de poder entre personas hay que ser un “killer” (un asesino) para salir victorioso. Así lo afirma Logan Roy, el dueño de Waystar Royco, la empresa de multimedios de comunicación de la serie Succession. En términos metafóricos (o no tanto) ser un “killer” implica no tener escrúpulos a la hora de pasar por arriba a tus contrincantes, a los que chocan con tus intereses. Durante la interna en el PRO, Macri (un killer consagrado), está poniendo a prueba la capacidad de matador de Larreta. De eso dependerá su liderazgo en el espacio fundado por el expresidente.