El 24 de junio es la fecha clave. Ese día la justicia electoral recibirá las listas con los nombres que irán en las boletas para las PASO de agosto. Es casi un mes en los que el oficialismo deberá darle forma a su estrategia electoral además de elegir los candidatos que encabecen dichas listas. Es difícil saber qué desenlace tendrá esto en el oficialismo.
Con la posibilidad de una candidatura de Cristina Fernández de Kirchner descartada, el escenario para el Frente de Todos se vuelve incierto y abierto. La primera traba tiene que ver con si habrá una Primaria Abierta en el oficialismo o no. Si bien aún hay sectores en el oficialismo que empujan la idea de una PASO, eso ha quedado reducido al presidente Alberto Fernández y los dirigentes que cuentan con su apoyo.
Por un lado Daniel Scioli blanqueó sus intenciones de ser candidato apoyado en su experiencia como vicepresidente y como gobernador. Además es una figura política conocida por haber sido candidato en 2015 y por haber perdido contra Macri luego de advertir todas las políticas que el candidato de Cambiemos iba a aplicar en el país. A partir de eso y de su rol como embajador en un país importante a nivel estratégico para el país como Brasil, Scioli piensa que puede ser un buen candidato.
Lanzó su candidatura estos últimos días con un spot en el que defendió las PASO como método de elegir las candidaturas. Cambió de opinión respecto a 2015, cuando se erigió como candidato único luego de que Cristina bajara la candidatura de Florencio Randazzo.
Por otro lado, el jefe de gabinete Agustín Rossi asumió ese cargo este año con la expectativa de suceder a Alberto Fernández y también aboga por las PASO. El presidente atraviesa los últimos meses de su mandato y la decisión del candidato o candidata del oficialismo por media de primarias parece ser su último objetivo como jefe de Estado.
La decisión de Cristina
Otros dirigentes del oficialismo están en contra de que tan importante decisión se resuelva mediante una PASO. El argumento lo dio Cristina en la entrevista que brindó C5N el pasado jueves: “Va a ser una elección de tercios. Lo importante es entrar al ballotage”, resumió la vice. Si bien serán las generales las que definan al ganador de la presidencia, la foto de las PASO puede ser definitoria para el futuro.
La preocupación de la vice es que la foto de la elección de agosto muestre a los candidatos del peronismo muy por debajo de los candidatos de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, tras una gestión de gobierno marcada por la recuperación del empleo con salarios pulverizados por la inflación y una gran cantidad de sectores clave de la economía (como la vivienda) dolarizados.
Uno de los candidatos que viene impulsando el camporismo es Eduardo Wado de Pedro, que apareció inmediatamente en la cabeza de la política cuando Cristina mencionó que “la generación diezmada” debía tomar la posta. El ministro del Interior tuvo un lunes de primeras planas en los medios de comunicación por haber sido objetivo de Gabriel Levinas, un comunicador del grupo Clarín que declaró que “Argentina no está preparada para tener un presidente tartamudo”.
De Pedro, que padece una disfluencia en el habla producto de traumas sufridos durante su infancia en la que sus padres fueron desaparecidos por la dictadura, recibió el apoyo de un importante sector de la sociedad y la política y fue tendencia en las redes sociales. Mientras tanto se reunió con intendentes de los distritos más populosos del conurbano bonaerense y se mostró con la cúpula de La Cámpora. Hay quienes especulan con un posible salto a la gobernación de la provincia del 38% del padrón electoral.
Claro que ese último escenario solo sería posible si el actual gobernador Axel Kicillof decide saltar a la presidencia. Desde la gobernación bonaerense admiten que es una posibilidad que la vicepresidenta baje esa directiva, el único escenario en el que el mandatario provincial abandonaría su proyecto reeleccionista.
Uno de los candidatos que viene impulsando el camporismo es Eduardo Wado de Pedro
A favor del argumento del proyecto Kicillof está la cuestión de que, siempre según las encuestas, es el único dirigente político que absorbería la totalidad de los votos de Cristina en todo el país e incluso podría ampliar ese techo. Sin embargo, abriría una pregunta muy difícil de responder: ¿Quién lo sucedería en la provincia de Buenos Aires? Allí hay varios pretendientes dentro del oficialismo y la imposición de un candidato como De Pedro no sería nada sencilla.
Por su parte, el ministro de economía Sergio Massa continúa manteniendo centralidad política desde su cargo central. Su suerte está atada al destino de la economía del país y la inflación, que hasta el momento no dan tregua. Candidato o no, al igual que Cristina por su volumen político mantendrá un capital político importante de cara a la definición electoral que se viene. Su principal activo es haber evitado una catástrofe económica luego de la renuncia de Martín Guzman y su capacidad para negociar con el FMI. El problema es que incluso él tendrá problemas para tener una buena gestión con un programa impuesto por el organismo internacional.
Con o sin PASO, Grabois está decidido a jugar
El canciller Santiago Cafiero apoyó vía redes sociales el lanzamiento de la candidatura de Juan Grabois, bajo el argumento de que enriquece a la coalición que haya varias candidaturas. Lo cierto es que en su acto en Ferro el dirigente social devino completamente en precandidato presidencial por el Frente Patria Grande.
Si bien bajó un poco el tono de las críticas con las que raspaba a Sergio Massa, Alberto Fernández y Daniel Scioli por considerarlos candidatos del establishment, el dirigente del MTE está decidido a estar en la oferta electoral. Su candidatura se lee un poco como “barrera de contención” frente a una eventual fuga de votos por izquierda del espacio. Gabrois ha repetido que sólo bajaría su candidatura si la boleta la encabezara un De Pedro o Kicillof, pero no así si alguno del “establishment” se decide como candidato de consenso. Incluso ha deslizado la posibilidad de presentarse por fuera del Frente de Todos.
El 25 de mayo el oficialismo acudirá a la plaza de mayo al acto en el que la líder del espacio dará una nueva alocución. Será una nueva demostración de fuerza y músculo político para la vicepresidenta, que contará incluso con la presencia estelar del massismo en la organización. La ausencia estelar será la del presidente Alberto Fernández que no irá, aunque si enviará a su delegación de dirigentes a sabiendas de que la centralidad de la campaña electoral en el peronismo la mantendrá una sola persona.